Triunfo de la Selección: tanta jerarquía inclina la balanza

Argentina fue demasiado para la inexpresiva Venezuela.

LO TRATARON MUY MAL. Los jugadores venezolano abusaron del juego brusco contra Messi. Cada vez que el “10” tocó el balón, intentaron cortar con falta. LO TRATARON MUY MAL. Los jugadores venezolano abusaron del juego brusco contra Messi. Cada vez que el “10” tocó el balón, intentaron cortar con falta.

Las Eliminatorias Sudamericanas otorgan cuatro plazas y medias a cada Mundial. Los primeros cuatro equipos de la tabla viajan derecho, mientras que el quinto puede hacerlo mediante un Repechaje.

Tomando en cuenta eso y que sólo la disputan 10 selecciones, los grandes del continente casi siempre tienen asegurado su lugar en la máxima cita ecuménica. Es casi imposible que haya alguna sorpresa y eso quedó demostrado (una vez más, por si hiciera falta) anoche en el estadio Olímpico de Caracas.

Argentina, último campeón de América y el segundo mejor equipo en lo que va de las Eliminatorias, fue demasiado para una entusiasta selección venezolana.

Fueron tres, pero podrían haber sido varios más. Los dirigidos por Lionel Scaloni hicieron casi lo que quisieron con la “Vinotinto” y si no convirtieron más goles fue porque por momentos decidieron tomarse algún descanso, teniendo en cuenta que el domingo volverán a pisar Brasil, con la firme intención de volver a dar un golpe.

La Selección ya tiene una marca registrada. Scaloni le imprimió un estilo y le entregó la identidad que se le reclamaba desde hace mucho tiempo. Además, como sucedió casi históricamente, a Argentina le sobran jugadores, todos ellos participando en las principales ligas del mundo, con todo lo que ello implica.

Si no están Rodrigo De Paul o Leandro Paredes aparece Exequiel Palacios, si Ángel Di María debe dejar en el campo las opciones que aparecen son Paulo Dybala, Ángel Correa o Alejandro “Papu” Gómez. Y si Lautaro Martínez necesita mayor compañía en los metros finales el que aparece en escena es Joaquín Correa.

Además cuenta con Lionel Messi (el as de espadas que anoche congeló todos los corazones del país, cuando recibió la patada criminal de Luis Martínez) en su mejor momento en el seleccionado.

Todo eso, sumado a la tranquilidad y confianza que le entregó el título en la última Copa disputada en Brasil, hacen que la Selección cada vez se muestre más sólida.

Está claro que debe mejorar algunos aspectos. Sobre todo, pensando en Qatar, donde sí se topará con equipos mucho más fuertes que, por ejemplo, la endeble Venezuela.

Pero da la impresión que Sudamérica le queda chica a Argentina. Anoche, salvo en los primeros momentos del juego, dominó casi de principio a final.

Atacó con calma, tuvo mucha posesión, movió la bola de un lado al otro buscando explotar los espacios y, cuando aceleró, fue letal para sentenciar un triunfo que, casi llegando a la mitad de las Eliminatorias, le entregó una ventaja bastante amplia con el primer equipo que se estaría quedando afuera de la próxima Copa.

Anoche, además, dio la impresión que se propuso marcar sólo goles de buena factura. Los tantos de Martínez, del “Tucu” y de “Angelito”, llegaron precedidos de jugadas con sello propio y un brillo deslumbrante.

Pudo marcar más, pero entre algunas engolosinadas previas al toque de gracia y la buena respuesta de Wuilker Faríñez, impidieron que el resultado fuera más abultado.

Quizás lo único negativo fue que Argentina, en el inicio de la segunda etapa, reavivó esos fantasmas que habían aparecido durante la última Copa América. Entró dormida, le regaló pelota y espacios a su rival y sufrió lo que no debió haber sufrido.

Pero la “Scaloneta” es demasiado para muchos rivales del continente por estas horas y con paso firme sigue su camino hacia el objetivo.

Ahora llega Brasil, al que ya superó hace casi dos meses e intentará seguir dejando su huella. Porque con un plantel lleno de buenos futbolistas, que tienen objetivos claros, lograr cosas importantes es mucho más posible. Y eso está demostrado.

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