Inquietante falla en la seguridad en el rally

En pocos días, Tucumán volverá a ser sede de una carrera de rally. Se requerirá atención, control, seriedad y responsabilidad de autoridades y público.

05 Septiembre 2021

Hace algunos días, se repitió de manera insistente en los medios audiovisuales, y en las redes, el video capturado en el tramo El Cadillal-Ticucho, dentro del programa de la primera fecha del Rally Tucumano. Ese fuera de camino que tuvo el piloto Karim Drube ocupó espacios insospechados. Para muchos asomó como anécdota, un susto que no llegó a mayores. Se han hecho descargos y se han repartido responsabilidades. Pero a nadie escapa que la escena pudo haberse evitado, ni que pudo haber sido una tragedia. Sin embargo, y mirando todo en perspectiva, no queda claro qué es lo que se hará para evitar situaciones similares en próximas carreras.

En pocos días, Tucumán volverá a ser sede de una carrera de rally, esta vez en conjunto con el Campeonato Argentino. Será con sede en Trancas y recorrido por La Higuera, río Rearte, Tacanas. La mención a estos tramos no es fortuita: da cuenta de que los autos transitarán por zonas que los espectadores suelen frecuentar en cantidad. Es decir, se requerirá mucha atención, mucho control y, por sobre todas las cosas, seriedad y responsabilidad. Algo que no les cabe cumplir solamente a las autoridades civiles y deportivas, sino también al público.

“Lo que pasó nos lleva a replantear la próxima competencia”, afirmó a poco de lo sucedido José Giménez. El jefe de la División Seguridad Deportiva, junto con su gente, estuvo trabajando coordinadamente en el llamado Rally de Tafí Viejo, con los miembros de la Federación Tucumana de Automovilismo Deportivo y del Club Tucumán Motor Sport.

Visto lo sucedido, al menos en el lugar de conflicto, no todo estuvo preparado lo suficiente. Justamente, mirando al siguiente desafío, Giménez opinó: “quizás, directamente, haya que cerrar los circuitos al público porque, evidentemente, no está la conducta adecuada para presenciar este deporte”.

Es válido lo que plantea Giménez. Pero, de todos modos, hay que recordar que, según normativas del COE, no está habilitada la presencia de público en los espectáculos deportivos. Y esto no es sólo privativo del automovilismo. Pese a esto, es preocupante ver cómo a pesar de mantenerse las medidas sanitarias debido a la permanencia de la covid-19, se las vulnera de manera sistemática en todos lados. Esta actitud temeraria, irrespetuosa, lindante con el peligro, suma día a día capítulos en cualquiera de los ámbitos donde haya actividad humana. Da la sensación de que la pandemia pasó a un segundo plano. Y nada más peligroso pensando en la salud pública.

De vuelta al deporte y al rally. Así como hace falta más control de parte de las autoridades, se requiere compromiso de los espectadores. No fue esta vez la primera vez que suceden situaciones así; de hecho, son comunes en esta disciplina. Pero ello no impide seguir con la prédica de ocupar lugares seguros. Dicho sea de paso, no se entiende por qué la gente se expone de la forma en que lo hace. Más preocupante es saber que muchos de los que estaban en la zona del despiste tienen conocimiento de los peligros que conllevan las actividades de los deportes motor.

Lo que pasó tiene que servirle a la gente para que entienda que siempre hay que estar lejos del camino. Y a los que organizan o hacen trabajo de apoyo, les debería servir para entender que cuando hay vidas en peligro, el entretenimiento y por extensión el deporte, no son posibles. Tienen una enorme responsabilidad en cuanto a organizar las competencias contemplando, en primer lugar y en todos los aspectos, la seguridad.

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