Mini gamers en línea: consejos para mantener su seguridad

Nuestros hijos pueden divertirse, socializar y desarrollar su creatividad en los entornos virtuales de los videojuegos sin riesgos.

Mini gamers en línea: consejos para mantener su seguridad

Por sus alucinantes gráficos y posibilidades creativas, el atractivo que despiertan los videojuegos ha hecho que los niños participen en estos universos virtuales desde edades cada vez más tempranas.

Las fantasías a las que nos invitan (con su riqueza de colores, tramas narrativas y la adrenalina de cumplir misiones) pueden fomentar la imaginación, la socialización e integración a grupos de pertenencia, incluso brindándoles beneficios que perduran al apagar la PC. Sin embargo, eso no omite la existencia de peligros y riesgos.

“Hoy más que nunca los padres deben ser conscientes del contenido recreativo que consumen sus hijos pequeños y estar alertas. La democratización de los contenidos en internet permitió que los adultos, jóvenes y niños tengamos acceso a las mismas cosas. En el plano de los videojuegos en línea eso significa que los menores son capaces de ver y de experimentar con productos poco recomendables para su edad. Además de mantener charlas con extraños y ser susceptibles a casos de grooming, ciberbullying o delitos”, comenta la docente María del Mar Alzogaray, especialista en educación y tecnología.

¿Qué hacer entonces para calibrar diversión con seguridad? Antes de prohibir a rajatabla, lo mejor es focalizarnos en la concientización y fijar pautas de uso.

“Hay que advertirles de manera directa y con ejemplos detallados sobre las prácticas maliciosas de las que podrían ser víctimas. En esta línea es central insistirles que en los videojuegos multijugador limiten sus grupos solo a amigos, usen apodos en sus perfiles y jamás enlacen las partidas a las redes sociales”, explica Alzogaray.

Para minimizar las posibilidades de que sufran un engaño pederasta es igual de importante aclararles que nunca charlen con extraños en los foros de consulta ni brinden datos personales o fotos de referencia.

Tarea extra

Hablar con nativos digitales que saben mejor que nosotros cómo funciona la tecnología -sumado a sus peros y el justificativo de “mis amigos lo hacen/en casa de… podemos”- complica un poco las cartas a la hora de poner restricciones. Por eso, antes de llegar al plano de las reglas es necesario aprender sobre cada videojuego que consumen o está de moda.

“Hay que entender por qué les gusta, cuáles son sus personajes favoritos y el nivel de fanatismo que despierta en ellos. Por ahí, hacerles demasiadas preguntas sólo genera que se retraigan y midan sus palabras con cuentagotas. En estas instancias, la sugerencia es buscar gameplays en YouTube para chequear con qué se encuentran nuestros hijos en primera persona y tener ejemplos de lo que ocurre allí al momento de argumentar”, detalla Lautaro Torres, especialista en ciberseguridad.

En complemento, cada videojuego cuenta con su propia clasificación de edad disponible en el empaque o a través de su sitio web oficial: a aquellos importados desde Estados Unidos les corresponde el sistema Entertainment Software Rating Board (ESRB21) y para los juegos europeos el Pan European Game Information (PEGI).

“Un error frecuente de los padres es dejarse guiar por el merchandising que les compran a sus hijos o por las portadas de los juegos e imágenes que vemos al googlear. La estética puede ser acorde con su edad, pero el contenido o el concepto de la historia (como en ciertos battle royale) no”, agrega Torres.

Chequear estas etiquetas es otro indicio dado que los programadores detallan algunas características potencialmente conflictivas. Por ejemplo, de tener ese título un lenguaje soez, violencia, uso de armas o alusiones a las drogas.

Según las páginas de rankings que se manejan este año (sumado a videojuegos que ya son clásicos) tenemos que prestarle atención a Fornite, Minecraft, Among Us, League of Legends (LOL), World of Warcraft y Call of Duty. En la lista figuran también Free Fire, PUBG, Apex Legends, , The Sims y Second Life.

Control parental

Las últimas generaciones de consolas que han salido al mercado (Xbox, Nintendo, PlayStation y Switch) traen incorporados mecanismos de control parental. Lo mismo pasa con bastantes juegos online que poseen protocolos de protección infantil para anular las funciones de contacto con terceros.

Otra disputa recurrente es el tema de los horarios y el tiempo que pasan los chicos con el joystick en la mano. En promedio, los especialistas recomiendan tomar pausas cada dos horas para evitar el cansancio ocular y los vicios posturales… algo fácil de decir pero difícil de cumplir cuando están absortos en alguna partida multijugador.

“Ser imparcial en estas instancias no es tan bueno porque las partidas, peleas o misiones de los videojuegos son diferentes entre sí y ponernos tan rígidos puede frustrar el proceso de gamificación y cortar la actividad lúdica en la mejor parte. Esto no implica que los dejemos cinco horas seguidas con la mirada perdida en el televisor, pero entender sus códigos y las reglas de esos mundos hará que nos acerquemos más a ellos y mejore el canal de comunicación ante cualquier problema que surja”, reflexiona Alzogaray.

En cuanto al ambiente, ambos especialistas aconsejan que los videojuegos se utilicen en un espacio común del hogar (como el living o comedor) para tener a los niños a la vista y evitar perder la noción de la cantidad de horas que le destinan a esta actividad al estar encerrados en sus habitaciones.

“A la mayoría nos puede resultar molesto por el griterío, pero un extra de seguridad sería pedirles que no usen auriculares. Eso nos permitirá escuchar las cosas que pueden estar fuera de lugar, si alguien se sobrepasa o aparecen malas palabras y vocabulario inapropiado”, aconseja Torres.

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