Las cosas que cada uno puede hacer por su entorno

20 Septiembre 2021

Miles de voluntarios dedicaron unas horas a la limpieza del mundo el sábado, cuando salieron a levantar desperdicios por calles, rutas, espacios verdes y entornos de espejos de agua. La idea, a la que se sumaron entidades públicas (comunales, municipales y provinciales, de higiene y de turismo), así como entidades no gubernamentales, apunta a promover el cuidado del ambiente y de los espacios públicos, generando conciencia y compromiso ciudadano.

Así es que durante la mañana y el mediodía del sábado se vieron “brigadas ambientales” interviniendo en diferentes espacios de la provincia, desde los accesos a ciudades y localidades como Alberdi, Tafí Viejo, Famaillá, Tafí del Valle, Simoca, Concepción, El Mollar, San Miguel de Tucumán y San Javier, entre otras, y en espacios emblemáticos como el parque 9 de Julio, Escaba o El Cadillal, donde además se plantaron ejemplares de árboles autóctonos. “El paradigma medioambiental debe ser abordado desde todos los flancos, desde el sector educativo y desde los demás organismos del Estado”, describió la bióloga Ana María Gerez, de la agrupación Suchái, de Lastenia, que agregó que “hay que sentir y pensar sobre ello”, con el objetivo de que “seamos capaces de cambiar algunas conductas que perjudican nuestro entorno”.

El Día Mundial de la Limpieza se realiza el tercer sábado de septiembre de cada año desde 2008, cuando los habitantes de Estonia salieron a las calles y limpiaron por completo su pequeño país, enviando un contundente mensaje al resto del mundo. En nuestro medio se realiza desde hace cuatro años. Esa idea pone el énfasis en la solidaridad, en la demostración de que con en conjunto se pueden lograr no sólo cambios en prácticas dañinas al ambiente y su estética y sino también sembrar la convicción de que los espacios públicos les pertenecen a todos y cada uno de los habitantes de una comunidad, de modo que cada uno piense en las cosas que puede hacer individualmente para mejorar su entorno, como si se tratara de su propia casa.

Se han visto así, escenas de buen impacto emocional, desde plantar arbolitos (haciendo frente a la negativa idea de que pueda haber depredadores que los rompan) y entregar desechos en ecocanjes a cambio de plantines y tierra compostada, hasta levantar papeles, plásticos y otros desperdicios de lugares de recreación, con lo que se fomenta el placer de la visita y la conciencia de su cuidado, así como se visibiliza la complejidad de la tarea de limpieza y las dificultades que entraña. “Tucumán es una provincia que genera muchos residuos y limpia poco. En relación a años anteriores, sí se ve un aumento de la conciencia, pero el problema es que esto no es suficiente. Se necesita el apoyo de los gobiernos y las grandes empresas”, dijo Julián Sorroza, de la Agenda Ambiental Tucumán.

La actividad, de este modo, se enfoca no en la crítica frente a situaciones que generan frustración que se suelen destacar con mucha frecuencia, como la comprobación de que hay 200 basurales clandestinos en los alrededores de la capital, sino en enfatizar la importancia de la conciencia personal sobre el cuidado ambiental para mejorar el mundo. Cuantas más personas adviertan de la necesidad de ese cambio cultural, mejor será. Obviamente, esta conciencia tiene que crecer entre las autoridades y entre las empresas, porque sus actividades alientan o desalientan a los ciudadanos. El buen ejemplo es el que moviliza y los funcionarios están obligados a mantenerlo en todo momento. Que haya más días de limpieza solidaria.

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