"La Iglesia considera al abuso infantil solo un pecado, por la debilidad de la carne", dice un ex cura

Adrián Vitali sostuvo que para la Iglesia católica "el abuso es solo un pecado que se resuelve rezando".

Adrián Vitali. Adrián Vitali. FOTO/DIARIO CON VOS
07 Octubre 2021

La noticia generó un revuelo en el seno de la Iglesia católica. Según un estudio del Instituto Nacional de Salud y de Investigación Médica encargado por la Comisión Independiente sobre los Abusos Sexuales en la Iglesia, entre 1950 y 2020 más de 216.000 niñas, niños y adolescentes fueron abusados sexualmente por sacerdotes y religiosos en Francia.

De acuerdo con ese informe, los abusos tuvieron un "carácter sistémico" y la Iglesia católica francesa mantuvo una "cruel indiferencia" con las víctimas. Además, indicó que de los 115.000 sacerdotes censados en los últimos 70 años en Francia, hubo "entre 2.900 y 3.200 pederastas".

Situaciones similares se habían descubierto ya en otros lugares el mundo, como Alemania, Estados Unidos, Chile, Canadá, Australia e incluso Argentina, donde la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual Eclesiástico lleva adelante más de 40 casos de curas abusadores.

En ese sentido, el ex sacerdote Adrián Vitali le dio una entrevista a Clarín y calculó: "en Argentina somos 45 millones de habitantes y hay un cura cada 7.000 habitantes. Es decir, hay cerca de 6.428 curas. La iglesia generó un 10% de curas pederastas, lo que equivale a 642 curas pederastas. De ese porcentaje solo hay denunciados 63 curas. El resto, por decisión de la jerarquía eclesiástica, sigue oculto en los templos".

Vitali tiene 53 años, es cordobés y vive en Río Tercero. Ingresó al Seminario a los 18 años y a los 27 fue ordenado sacerdote, pero a los tres años renunció. Se enamoró de una mujer y formó una familia. Luego escribió dos libros: "Cinco Curas, confesiones silenciadas" y "El secreto pontificio, la ley del silencio", sobre la pederastia en la iglesia.

Respecto a lo sucedido en Francia, consideró que "no basta para las víctimas con que el Papa se avergüence por lo sucedido. El Papa tendría que tomar el ejemplo de la iglesia francesa y abrir los archivos secretos a las organizaciones de abuso eclesial, para que accedan a los expedientes de los curas abusadores y puedan llegar después de muchos años a encontrarse con una justicia largamente esperada. La vergüenza que pueda sentir el papa jamás se podrá comparar con la necesidad de justicia que tienen las víctimas".

Según Vitali, "el infierno que se reveló en Francia sucedió en todo el mundo. La iglesia siempre consideró al abuso infantil por parte de sus sacerdotes solo un pecado, por la debilidad de la carne. Este pecado se absolvía en la confesión por parte de otro sacerdote. Nadie podía revelar el sigilo sacramental, porque si lo hacía quedaba excomulgado. La ley del silencio instaló la impunidad de los sacerdotes".

"En Argentina -siguió-, como en muchos países del tercer mundo, la impunidad sigue gozando de buena salud. Por la complicidad de los poderes de turno. El poder político, judicial económico y eclesial. La asimetría de los poderes frente a las víctimas siguen siendo desproporcionados. Las víctimas para denunciar siempre tienen que confesarse públicamente frente a sus familiares y a la sociedad".

El ex sacerdote aseguró que la Iglesia no excomulga a curas con sentencia y condena "porque para la iglesia no es grave abusar de un menor. El abuso es solo un pecado de la debilidad de la carne, que se resuelve rezando. Dentro de las penas que la iglesia tiene en su legislación que es el código de derecho canónico, la pena más grande es la reducción al estado laico del sacerdote. La mayoría de las sentencias de la congregación para la doctrina de la fe no fue la expulsión sino la suspensión del ministerio".

Por último, planteó que "la iglesia sigue encubriendo porque está convencida que no es una acción grave. Por eso el cura Grassi sigue siendo sacerdote después de todo lo que hizo. Para salvar a sus sacerdotes, la iglesia busca todos los medios para lograrlo. Comprando el silencio de las víctimas, firmando un pacto de confidencialidad, hablando a jueces y a políticos a cambio de bendiciones políticas".

Y aseguró que el 95% de los curas abusadores usa la confesión para elegir a sus víctimas, indagar sobre su sexualidad y su situación social.

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