Fiestas y vacaciones: qué hacer con las mascotas cuando salimos

Rescatistas y cuidadores remarcan la necesidad de armar planes incluyendo a nuestros compañeros de cuatro patas.

Al aire libre para disfrutar en compañía. Al aire libre para disfrutar en compañía.

Las fiestas de fin de año y las vacaciones suelen ser ocasiones en las que decidimos dejar nuestros hogares con la intención de reunirnos con familiares y amigos para celebrar. A pesar de que se tratan de fechas de relax, para quienes tienen mascotas este plan puede presentar inconvenientes.

Aunque disfrutemos de la compañía de nuestro compañero de cuatro patas, lo cierto es que no podemos llevarlo con nosotros a donde quiera que vayamos dado que muchos lugares no son del todo “pet friendly” y sencillamente podemos exponerlos a momentos de ansiedad o peligro.

Ante las ansias de concretar los planes, resumimos mentalmente las opciones que tenemos a mano: encomendar su cuidado a un familiar o amigo. Otra de las opciones es dejarla en casa y pedirle a alguien de confianza que pase diariamente a chequear que esté bien, aunque, según explican especialistas, esta alternativa no es del todo recomendable en caso de planear salidas prolongadas. En particular, en el caso de los perros, ya que pueden experimentar ansiedad y estrés.

Para preservar la salud de nuestras mascotas y garantizar su bienestar durante nuestra ausencia, las guarderías o pensiones pueden facilitar el camino. Se trata de establecimientos preparados para albergar perros y/o gatos, que suelen contar con grandes espacios de esparcimiento y la supervisión de personal instruido.

En su guardería Gaia, Belén Vaca brinda cuidado a perros y gatos durante todo el año. “Los animales nos dan amor de un modo distinto al que lo hacemos entre humanos,  nos  transmiten emociones, ideas, cosas que quieren o necesitan que sepamos”, asegura. Vaca explica que los cuidados que brindan apuntan a mucho más que tenerlos en casa por algunos días. “Nosotros realizamos una especie de puente de comunicación con ellos, con sus dueños y con los otros animalitos a los cuáles damos servicio”, agrega.  

Para poner en marcha el establecimiento, explica que acondicionó su casa, que cuenta con un gran jardín parquizado y un espacio cerrado en el que los animales que la visitan están sueltos todo el tiempo para que se sientan más cómodos.

“Nos caracterizamos por la atención personalizada con cada animalito. No utilizamos caniles y contamos con varias personas al servicio y requerimientos de cada uno”, precisa.

Para poder hospedarse, las mascotas deben ser amigables con las personas y otros animales, y tener puesta la pipeta. El costo del servicio ronda los $1.300 por día y es necesario realizar reserva.

Por su parte, la adiestradora canina certificada Noelia Tacacho, remarca que en estas fechas hay que intensificar la protección de los animales. “El 24 y el 31 son días en los que los perros se estresan mucho porque su oído está muy desarrollado y pueden sufrir mucho el ruido de la pirotecnia aunque se la tire lejos”, señala.

Tacacho es además fundadora del refugio canino "Lola Polola" en el que funciona una pensión de perros y brinda cobijo a animales en situación de calle. Su predio está ubicado en la zona de El Naranajo, a 25 minutos de la capital.

Se trata de un campo de 35.000 m2 parquizado con doble cerramiento perimetral, pileta de natación, laguna de barro y un espacio privado para cada perro de 4x6 metros donde tienen agua, comida, un lugar para dormir y un pequeño jardín.

“En el lugar vive una familia y hay caseros que constantemente les están dando agua y comida, sacándolos a dar paseos. También tienen visitas periódicas del equipo veterinario que supervisa el estado de salud de los animales tengan o no una patología. Se controla a todos sin excepción”, precisa Tacacho.

Para alojarse en la pensión, los animales deben ser sociables y contar con el esquema de vacunación completo o contar con una revisión veterinaria obligatoria donde se certifique por escrito que no posee ninguna enfermedad contagiosa.

Los precios rondan los $550 por día para quienes deban dejar a sus mascotas por vacaciones. En el caso de pertenecer a agrupaciones protectoras de animales, ser rescatistas, y/o buscar tránsito para animales en situación de calle, consultar descuentos.

Planes para la familia

A pesar de que muchos aman genuinamente a sus mascotas y cumplen con la responsabilidad de brindarles cariño y cuidado, en particular por estas fechas, existe una gran cantidad de casos de animales abandonados. Lo que refuerza la importancia de concientizar sobre esta problemática.

“Los animales son seres sintientes sujetos de derecho vulnerables y susceptibles de sufrir. Por lo tanto, deben ser cuidados con responsabilidad y contemplados en los planes de una familia”, insiste la presidenta de la Asociación Perros de la Calle Tucumán, Gabriela Uzqueda.

La rescatista advierte que muchas personas viajan y dejan sin reparos ni contemplación a los animales abandonados en la calle o encerrados en domicilios.  Lo que se traduce en un aumento en el  número de reportes de los vecinos que se preocupan por el bienestar de los animales y denuncian estos hechos.

“Debido a la pirotecnia se observa un aumento de publicaciones en redes sociales referentes a animales perdidos que son asistidos por ciudadanos con empatía que avisan para encontrar a los dueños, y también muchas personas activamente publican de forma desesperada la desaparición de su perro”, alerta.

Uzqueda celebra que cada vez más personas se preocupan por asegurar el bienestar de sus mascotas y busquen alternativas de alojamientos en caso de tener que separarse de ellas por períodos. Para despejar algunas dudas recurrentes, brinda una serie de consejos:

-Asignar las tareas de cuidados y atención a personas que cuenten con habilidades para tratar animales y que estén acostumbrados a manejarlos. De esa manera, es posible cubrir todas las necesidades de la especie y contenerlos para que estén más relajados y confiados.

-Es aconsejable que el cuidador haya sido presentado previamente y haya compartido tiempo para crear vínculos, conocer sobre actitudes, condiciones o forma particular de vida que tenga el animal en su hogar. Esto es en particular en el caso de animales que necesiten tratamientos médicos.

-Siempre es fundamental buscar pensiones recomendadas que cuenten con una trayectoria y experiencia comprobable. Además, de intentar hacer una visita al lugar para conocer las instalaciones y la infraestructura, que deben proporcionar medidas de seguridad, salubridad, dispersión, entre otras.

-Es importante que estas pensiones soliciten carnet sanitario veterinario al día, que exhiban vacunas y desparasitación para que no haya animales en celo dado que eso provoca serias alteraciones comportamentales, exacerba el territorialismo y la competencia que podrían ocasionar peleas o incluso la muerte de los más indefensos.

-Colocar el collar (“la chapita”) con el nombre, domicilio y celular del dueño del animal.

-La persona que queda a cargo de nuestros animales debe contar con los datos del veterinario de cabecera y la información sobre cualquier alergia o tratamiento que el animal estuviera recibiendo.

-Altas temperaturas, una alerta. Vivimos en una provincia con clima cálido por lo tanto es decisivo que los animales cuenten siempre con agua fresca y limpia en recipientes de tamaño adecuado a disposición, como así también que puedan disfrutar de espacios amplios, ventilados y con sombra. Las comidas y los paseos deben realizarse en los horarios y en cantidad adecuada al tamaño y estado de salud. En ninguna circunstancia, deben quedar encerrados o atados de forma permanente  o en lugares con exposición prolongada al sol o intemperie desde donde se podrían escapar y perder. Tampoco en situación  de hacinamiento con otros animales que podrían provocar peleas o ciertos sufrimientos.

-Traslados del animal. Es importante asesorarse con el médico veterinario de cabecera y tener en cuenta algunos consejos básicos, como viajar con la libreta sanitaria al día, verificar que se cumplan los requisitos del lugar de destino, llevar los implementos necesarios como correa y bozal, bebedero, alimento, entre otros. Si el viaje es al exterior, se necesita una certificación del Senasa. Y si al volver se quiere ingresar un perro y/o gato a nuestro país, se debe contar con una certificación del país de origen.

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