“Antes del tiempo era todo azul/ Leve de suspensión/ Al no haber gente, no había bien ni mal/ No existía esperar”, canta Luis Alberto Spinetta en “Suspensión”, con un juego simbólico tan intenso como la dulzura romántica de “Muchacha ojos de papel” (“Sueña un sueño despacito entre mis manos/ Hasta que por la ventana suba el sol/ Muchacha piel de rayón/ No corras más, tu tiempo es hoy”), o la sensación de finitud e infinito de “Barro tal vez” (“Ya lo estoy queriendo/ Ya me estoy volviendo canción/ Barro, tal vez/ Y esta es mi corteza/ Donde el hacha golpeará/ Donde el río secará para callar”). Es una canción adolescente que el Flaco dio a conocer en plena madurez artística, cuando ya era un ícono de la música y de la poesía argentina, porque las dos vertientes se fusionaron en él, sacudiendo la estética y las conciencias con la mejor estrategia de los artistas iconoclastas.
¿Qué canción de Spinetta te ha conmovido? La pregunta deja pensando a los interlocutores. En la intensa trayectoria del artista nacido el 23 de enero de 1950 y fallecido el 8 de febrero de 2012 (hace ya 10 años...) hay de todo. Desde la hiperpopular “Muchacha (ojos de papel)” (cuyo éxito desconcertaba a los mismos integrantes de “Almendra”, porque siendo un grupo que revolucionaba la música argentina en la época del Club del Clan, veían que generaba diferentes reacciones en el público. Había quienes se desconcertaban del paso de esa canción a “Mestizo” y el mismo Spinetta renegaba de que la compañía discográfica quisiera que la letra fuera traducida al italiano y que fueran a competir al festival de San Remo con la “Muchacha...”. Habrá quienes recuerden cuánto se le pedía al Flaco que cantara “Me gusta ese tajo” que había sacudido la escena con su grupo Pescado Rabioso, así como habrá quien se quede con la “Canción para los días de la vida” (“Tengo que aprender a ser luz,/ entre tanta gente detrás,/ me pongo las ramas, de este sol que me espera,/ para usarme como al aire”. ¿Quién era Spinetta? ¿El autor del poderoso lamento de “Perdonado”? ¿El maravilloso poeta de “Los libros de la buena memoria”? (“El vino entibia sueños al jadear/ Desde su boca de verdeado dulzor/ Y entre los libros de la buena memoria/ Se queda oyendo como un ciego frente al mar”). O, tal vez, el creador de la figura del astronauta argentino con “El anillo del Capitán Beto”.
“Para mí, Spinetta es ‘Post-crucifixión’, dice Leonardo Castellani, escultor geselino que construyó la estatua de Spinetta erigida en 2015 en una curva de la avenida 3 y paseo 113. “Está hecha en chapa de bronce, chapa batida, que resiste la erosión del viento, el sol y la lluvia en esta ciudad”, explica. Dice que no conoció al Flaco; sí fue a ver sus recitales y trató de reflejar el mundo complejo del artista. “Además de la música también dibujaba, era muy prolífico. Cada vez que armaba una banda hacía un disco, tenía un éxito bárbaro y la desarmaba para hacer otra cosa distinta”. Manuel Artieda, secretario de Cultura geselino, dice que esa escultura forma parte del sendero del rock en la ciudad costera, que quiere marcar la influencia de los pioneros de la música en los 60 y los 80. “Hay postas de Willy Crook, Sumo, Pappo, el Flaco, Moris, Catupecu...” . Los geselinos reflejan que el vínculo de Spinetta con la ciudad se gestó en 1987, cuando el cineasta Fernando Spiner, que había conocido al Flaco en la casa de Fito Páez, lo convocó a hacer una película que se filmó en un local de la avenida 3, “Balada para un Kaiser Carabel”. Se trata de un corto de 20 minutos en el que el Flaco es uno de los tres protagonistas y dice unas pocas palabras.
¿Volvió Spinetta después? No se sabe. Castellani dice que la estatua ya se ha transformado en una referencia cultural, igual que la escultura del Che en la villa. “Tienen mucha repercusión”.
El 23 de enero, día de la Música argentina en homenaje al Flaco, hubo cierto movimiento cultural en la calle 3 y hoy el homenaje será más bien con música. “Se lo celebra en el día del nacimiento”, dice Artieda.
El cáncer sorprendió hace 10 años a Spinetta ya entrado en sus 60. Su último cumpleaños fue de 62. ¿Había dicho lo suficiente? Tras los grupos Almendra (disuelto y vuelto a reunir), Pescado Rabioso (que tuvo tres discos, uno de los cuales, “Artaud”, era sólo Spinetta sin sus compañeros), Invisible y Los socios del desierto; tras las reuniones de Spinettalandia y su amigos y el gran encuentro de todos los que lo acompañaron en el espectáculo de las Bandas Eternas en 2009, es posible acercarse a la complejidad de un artista total. Dibujo, poesía, música, experimentación. La tapa del disco “Artaud” sigue dando que hablar, a 50 años de su edición: tiene una forma imposible de pop art, rompe con la función de un objeto de diseño y dificulta sacar o guardar el disco de vinilo. El disco doble de Invisible tenía un bolsillo para guardar un disco simple con las canciones “La llave del mandala” y “Lo que nos ocupa es esa abuela, la conciencia que regula el mundo”. Mandalas, conciencia a partir de su interés por Jung, por el artista holandés M. C. Escher, por Artaud y el surrealismo, por Van Gogh, empujado al suicidio por una sociedad que no quería ver su modo de apreciar el mundo; por el emperador transgénero Heliogábalo... los estímulos culturales de “Artaud” son múltiples. Preocupado por el sentido de la vida y por sus formas, Spinetta se zambulló en ella en “Artaud” y dejó canciones simbólicas, como “Bajan”, “Todas las hojas son del viento”, “Cementerio club”, la polisémica “Por” y la “Cantata de puentes amarillos”, de donde sale esa especie de declaración por la vida spinettiana: “Aunque me fuercen yo nunca voy a decir / Que todo tiempo por pasado fue mejor. / ¡Mañana es mejor!”
Muchacha: la primera gran canción
En la biografía autorizada del músico: “Spinetta. Ruido de magia”, de Sergio Marchi, Emilio del Guercio y Rodolfo García, integrantes de Almendra, cuentan los pormenores de la creación y difusión de una de sus canciones más famosas: “Muchacha ojos de papel”, una balada que, cuando Luis se las mostró a sus compañeros, consideraron que era un tema redondito, al que no había que hacerle ninguna modificación. En esa época, era novia del músico Cristina Bustamante, a quien le dedicó la canción que rápidamente prendió por su frescura, por su singularidad, por la belleza de la voz de Luis Alberto. La misma Cristina minimizó el hecho de que haya sido compuesta para ella, pues consideraba que el músico era un artista inspirado, y que cualquier cosa delante de él podía ser el puntapié para su creación: “Artistas como él no dependen de la musa inspiradora.” Con esta canción, “Luis tenía miedo de que lo encasillaran como un cantor de canciones de amor”, apunta Del Guercio, que también recuerda que la compañía grabadora propuso que hiciera una versión en italiano y fueran a competir al Festival de San Remo. A ellos les pareció una aberración.
Capitán Beto: el astronauta argentino
El astronauta argentino por antonomasia es el Capitán Beto. Un ex colectivero nacido en Haedo que padece la tristeza y la soledad en el espacio y extraña a su vieja y el mate. La canción -“El anillo del Capitán Beto”- es de 1976 y fue presentada en el recital del disco “El jardín de los presentes”, que Invisible ofreció en el Luna Park ese año, donde Spinetta usó una guitarra pintada con los colores de River Plate, equipo al que extraña el astronauta. Se dice que Spinetta compuso el tema inspirado en la lectura de “La suerte está echada” de Jean Paul Sartre. En abril de 2013, el primer nanosatélite argentino fue designado por los científicos que lo desarrollaron con el nombre “Capitán Beto” en homenaje a Spinetta. Otro astronauta de la música, de alta fama, es el Mayor Tom, atrapado en su nave de hojalata en “Space Oddity”, que David Bowie hizo conocer en la semana de la llegada del hombre a la Luna, en 1969.
Barro tal vez: “Raro y divino”
El actor y músico Mex Urtizberea ha declarado innumerables veces que es fan de Spinetta y que una de sus canciones favoritas es “Barro tal vez”, esa bellísima fusión de zamba y rock que, aunque compuesta en 1965, recién se grabó en 1982, en el álbum “Kamikaze”. En una entrevista en Página 12 afirma: “El tema de Spinetta para mí es “Barro tal vez”. Me impresionó mucho desde siempre: lo compuso muy joven, a los 14, 15 años. No entendía bien cómo alguien a esa edad podía escribir algo así. Me partió la cabeza. Era muy raro que escriba algo así. Y divino a la vez.” Mercedes Sosa la versionó en 2009, poco antes de morir, en su álbum “Cantora” y también hicieron bellas interpretaciones Ligia Piro, Pedro Aznar y la banda de reggae puertorriqueña Cultura Profética. “Spinetta es EL músico de rock argentino. Tiene una conducta increíble, una ética de estar siempre jugando y haciendo su música desde su corazón, sin negociar nada de su arte. Es un ejemplo de músico. Y es el único de su especie”, concluye Urtizberea.
Canción “Por”: lecturas en un libro
Eduardo Berti explora “Por”, de Spinetta y su mujer Patricia Salazar, una de las letras más singulares no solo del rock argentino, sino de la música en general. Leyendo y reescribiendo las palabras de “Por” (en claves surrealistas y oulipianas) y con el aporte de Emilio del Guercio, Rodolfo García o Patricia Salazar, Berti ensaya 47 opciones y combinaciones de esta canción y ofrece hasta un mazo de cartas para que el lector efectúe sus propias multiplicaciones.
Drugstore en Marcos Paz y Salta
“El hombre de la tapa” del primer disco de Almendra ilustra la pared del drugstore “Spinetta” que Santiago Godoy Sigona montó hace diez años en la esquina sudeste de Marcos Paz y avenida Salta. Este dibujo,que fue realizado por el mismo Spinetta en 1969 y es una guía de las canciones del álbum, fue reproducido en esta esquina tucumana por el dibujante César Carrizo. Del otro lado de la entrada del drugstore hay una imagen de Spinetta hecha por el dibujante Rodolfo Paz. “Lo pinté así porque Spinetta significó mucho en mi vida. Esto es mío”, dice Godoy Sigona. Antes había en la pared también una figura de Pescado Rabioso y otra de “Durazno sangrando”, el álbum de Invisible que, para Godoy Sigona, fue la mejor banda de Spinetta, “porque es jazz, es un trío que hace tanto que no sabés cómo podía hacerlo con tres personas”. ¿Qué canción elegirías del Flaco? “No. Para mí es todo Spinetta”, responde.
Iconoclasta: “Artaud”, un disco de vinilo inclasificable
“Artaud se trata de una de las obras culminantes de la música latinoamericana, considerada como el mejor disco del rock argentino. El disco figura bajo el nombre de la banda Pescado Rabioso por razones contractuales, pero fue elaborado y grabado por Luis Alberto Spinetta en 1973 como solista, con colaboración de Gustavo Spinetta, Rodolfo García, y Emilio del Guercio, estos dos últimos ex integrantes de la banda Almendra”, dice Fiona Brown en “Artaud, el concepto como fiorma de transgresión” (19/6/16) Durante la grabación, Spinetta se encontraba atravesando un cambio muy importante: había decidido tomar las riendas de su vida, caer en la realidad. Toda esta revolución personal está reflejada en la poesía de sus canciones. Es, quizás, el único lugar de su extensa discografía en donde podemos encontrar a un Spinetta tan expuesto, tan íntimo y entregado. “Puso el nombre de un poeta que no era masivamente conocido, probablemente mucha gente supo de Artaud a partir de escuchar el disco”, dijo Emilio del Guercio. “En esta rebeldía de trasgredir las normas, el disco salió a la venta con una tapa deforme, con cuatro puntas no aptas para los stands de la época, una idea muy original diseñada por el propio Spinetta y el diseñador Juan Gatti, hoy jefe de arte del director de cine Pedro Almodóvar. Los colores de la portada están basados en un escrito del poeta refiriéndose al verde y al amarillo como colores opuestos de la muerte. Es recordada como una de las joyas del diseño de portadas de todos los tiempos y es un objeto de culto para coleccionistas”, describe Brown.
El año de Artaud: libro de Sergio Pujol
Un análisis minucioso del convulsionado año 1973 realiza Sergio Pujol, historiador especializado en música popular. Cada uno de los doce capítulos de este libro lleva por título algún fragmento de las canciones de “Artaud” y a su vez, cada uno se refiere a un mes del año, manteniendo un cierto ritmo de crónica de época. Pujol relaciona el emblemático álbum de Pescado Rabioso con el contexto político, económico, social y cultural que atravesaba la Argentina.