Hace pocos días, el Ministerio de Educación local anunció que durante el ciclo lectivo del año en curso se promoverá el estudio de la obra de María Elena Walsh, una de las intelectuales más lúcidas que ha dado el país. A través de sus canciones la creadora ha tocado el alma de los niños y de los adultos. La imaginación y el juego han sido fundamentales en la vigencia de su producción.
La iniciativa de la cartera educativa es llevar esta propuesta pedagógica a establecimientos provinciales con la intención de impulsar el conocimiento de la producción artística y literaria de la autora argentina, a través de los programas Plan de Lecturas, Historia, Identidad y Cultura, Educación Artística y Modalidades.
Se explicó que se desea promover también el involucramiento de estudiantes y docentes con la finalidad de fomentar la expresión de emociones y sentimientos a través de producciones literarias y artísticas de la cantautora; desarrollar la creatividad y la indagación científica de chicos y adolescentes en proyectos de Ferias de Ciencias, así como incentivar la capacitación docente para conocer su vida y obra, y que las escuelas viajen a conocer el Museo María Elena Walsh en Buenos Aires. En la década de 1950, Walsh conformó con la artista tucumana Leda Valladares un dúo de destacada trayectoria, en Francia y en nuestro mismo país, y dejaron un extraordinario legado que sigue siendo motivo de estudio.
El ministro provincial de Educación ha señalado que muchas veces los chicos atraviesan situaciones complejas y necesitan de las herramientas necesarias para poder transmitir y gestionar sus emociones.
“La escuela es ese lugar que posibilita que ellos y ellas puedan expresarse, reflexionar sobre lo que les está pasando para reconocer y controlar las emociones. La alfabetización es también brindarles a nuestros alumnos las inestimables herramientas que nos dejó María Elena Walsh en todo su legado, para enfrentar la vida cotidiana”, afirmó.
Es, sin duda, una buena iniciativa promover el estudio de la producción de una mujer que se destacó por su inteligencia, su creatividad, que marcó varias generaciones. Nos parece que algo similar podría hacerse con Atahualpa Yupanqui, que llevó a Tucumán por el mundo a través de las más de veinte piezas que le dedicó y que además hacía gala de su tucumanidad. Vivió en nuestra provincia en varios momentos de su vida.
Su producción musical es actualmente muy poco difundida, y mucho menos su obra literaria que permanece olvidada y desconocida, no solo para los tucumanos. En otros países, como Francia y Japón, sus textos se estudian en los ciclos primario, secundario y terciario. Sus libros “Piedra sola”, “Cerro Bayo”, “Aires indios”, “Guitarra”, “El canto del viento”, “El payador perseguido”, “Del algarrobo al cerezo”, “La capataza”, merecerían ser leídos y estudiados.
Por otro lado, en octubre de 2019, el ministro anunció que a partir de 2020 sería obligatorio el estudio de la historia y la cultura de Tucumán en la totalidad de los niveles educativos. Ello no se concretó, seguramente a causa de la pandemia que alteró la metodología de enseñanza, pero en 2021 nada se supo de este asunto.
Nos parece que enseñar la obra de Yupanqui en los establecimientos educativos sería un reconocimiento importante para el creador de “Luna tucumana”, zamba que desde 2004, mediante la ley 7375, se ha convertido en el himno cultural de la provincia.