Un informe de la Fundación Libertad y Progreso (LyP) sostiene que "las argentinas son las que más sueldo destinan en sus necesidades básicas de la región", dado que "usan el 37,4% del sueldo", sin contar "el alquiler, estudios superiores privados, las tarifas de servicios o los impuestos".
"Según datos de la Organización Internacional de Trabajo (OIT), las mujeres argentinas ganan en promedio, a dólar oficial, unos US$446 por mes. En tanto, una canasta alimentaria para una sola persona, en dólares, se encuentra en los US$167 mensuales, a dólares oficial. Esto significa que el 37,4% del salario se gasta en necesidades básicas, sin contar el alquiler, estudios superiores privados, las tarifas de servicios o los impuestos", sostienen en Libertad y Progreso.
Y compararon la situación con otros países de la región. "Si nos vamos a Latinoamérica, en Brasil vemos que el costo de una canasta de alimentos es del 30,9%, es decir, 6,5 puntos porcentuales menor de lo que representa en nuestro país. La misma fotografía se observa si comparamos con otros países como Paraguay (35,4%)", afirman en LyP.
En la fundación advierten que, "de esos datos, se desprende que el poder adquisitivo de un sueldo promedio en cualquiera de estos países es mayor que el de un sueldo promedio argentino". "Esto implica que el nivel de vida que puede esperar una mujer con un sueldo medio en Argentina es bajo, ya que con su sueldo accede a una menor cantidad de bienes y servicios", alertan.
"La situación de las mujeres -prosigue el informe- se agrava cuando observamos países mejor ubicados en los índices de libertad económica. En los Estados Unidos, por ejemplo, el salario promedio mensual de una mujer (analizado de la misma manera) es de US$3.925, en tanto una canasta básica, con los mismos alimentos contemplados que en Argentina, es de US$288. Esto significa que el costo de alimentos es 5 veces más alto que en nuestro país, donde el ratio llega al 7,3%. En el Reino Unido cuesta 4,5 veces menos adquirir una canasta alimentaria que en nuestro país".
Natalia Motyl, economista de la Fundación Libertad y Progreso aseguró que “para poder mejorar las condiciones de vida de las mujeres es imprescindible llevar adelante una serie de reformas estructurales: reducir el tamaño del Estado, reforma del sistema previsional, reforma del sistema de coparticipación federal, modernización de las regulaciones laborales, baja impositiva y apertura comercial".
"En la Argentina, hay poco capital y mucha mano de obra. Con las reformas estructurales, se incrementaría el capital sobre la mano de obra y los salarios se encarecerían. Sólo así las mujeres podrían disfrutar de salarios reales más altos, equiparables a los de los países más prósperos", indicó.