Violación en grupo en Burruyacu: “Sin castigos ejemplares, los abusos seguirán ocurriendo”

El inicio del juicio, que estaba previsto para hoy, se postergó para las próximas semanas.

“Sé que queda muy poco para que haya justicia. Eso es lo único que me permite seguir adelante hace ya más de un año”, aseguró A., la joven que fue víctima en de un abuso sexual grupal en Burruyacu. “No sólo fue el ataque, sino todo lo que vino por detrás, que incluyeron amenazas, lesiones e intenciones de comprar nuestro silencio en contra de mi familia”, agregó la joven que estará presente en el juicio que comenzará en los próximos días en contra de tres jóvenes.

El 7 de marzo, la joven aceptó la invitación que le había hecho Rafael Benjamín Padilla para ir a tomar algo en un bar. Allí, según la denuncia, tomaron varias cervezas. Después decidieron dirigirse a una fiesta clandestina que desarrollaba en la casa de un conocido de ambos. En ese lugar, la víctima se fue a recostar en una habitación de la vivienda porque se sentía mal.

La víctima dijo que el chico con el que había salido, aprovechando que estaba alcoholizada, la atacó en la habitación donde ella se había acostado a dormir, ya que la relación no había sido consentida. Después, se sumaron otros dos jóvenes y entre los tres abusaron de ella. “Primero me quitaron la ropa. Luego dos me violaban y uno me tocaba todo el cuerpo. Les pedía que me dejaran, pero no me hicieron caso. Después perdí el conocimiento y me desperté al otro día, totalmente dolorida”, relató. Pidió la ayuda a un amigo para que la llevara a su casa. Al día siguiente, los padres de la víctima volvieron de un viaje y encontraron a su hija demacrada. Ella no les contó lo que le había pasado hasta varios días después.

La madre de la joven se presentó en la Oficina de Violencia Doméstica (OVD), que depende la Corte Suprema de Justicia, para pedir ayuda. Ella relató el caso y de manera inmediata se activó el protocolo para este tipo de situación. El expediente ingresó a la fiscalía que conduce María del Carmen Reuter. La víctima se presentó en Tribunales y relató lo que había ocurrido esa madrugada. También habría reconocido que tardó nueve días en realizar la denuncia por pudor y por el temor de que le pasara algo a ella o a su hijo menor de edad. La joven aportó los nombres de personas que podrían ser testigos y aceptó ser revisada por los profesionales.

Testimonio fuerte

Uno de los testimonios más fuertes que consiguió Reuter fue la declaración del dueño de la casa. Él reconoció, al igual que otras personas, que la víctima estaba alcoholizada y que había pedido acostarse en una habitación de la casa. También dijo que una vez terminada la reunión (en la que habrían participado unas 80 personas), fue a la pieza donde se encontraba la chica y la encontró a ella semidesnuda y a uno de los sospechosos, con el pantalón y la ropa interior bajada, tocándose su miembro. “Lo corrí del lugar y, después de despertarla, le pregunté que le habían hecho. Estaba golpeada y me dijo que no sabía, que no recordaba nada”, habría declarado el testigo. La Justicia entendió que había indicios suficientes para sostener la acusación y dictó la prisión preventiva en contra de Padilla, David Nicolás Aranda y Hugo Maximiliano Décima, medida cautelar que aun se mantiene.

“Ellos son gente muy poderosa que creen que se llevará el mundo por delante. Durante este año hicieron de todo para que levantara la denuncia en contra de ellos. Pero no lo quiero hacer, no quiero que esto quede en la nada. Hicieron mucho daño y lo que más me dolió es que ellos crean que con dinero van a comprar mi silencio. Mi dignidad no se vende”, señaló A.

Padilla, según explicó la familia de la víctima, es hijo de David Padilla, ex intendente de la ciudad, ex legislador y actual coordinador de comunas rurales.

A. le dijo a LA GACETA que allegados a los acusados insultaron, amenazaron y hasta golpearon a sus familiares. “A mí, cuando salía a la calle, me sacaban fotos y se burlaban de mí diciéndome que subirían las fotos a las redes sociales para que todos sepan qué clase de persona soy. No tengo vida”, destacó.

A la víctima no le sorprendió el ataque que sufrió una joven en Palermo, caso que disparó un enorme debate en todo el país. “Y esto va a seguir sucediendo en todos lados si no hay castigos ejemplares. Me alegré mucho de que la chica haya decidido contar todo para que los acusados tengan su sanción. Hice lo mismo y espero que aquí también haya una condena que sirva de escarmiento”, añadió.

En Burruyacu es imposible mantener el anonimato. Todos se conocen los rostros. La joven reconoció que sólo recibió el apoyo de organizaciones, familiares y la mayoría de los habitantes de la ciudad. El Estado no la asistió. “Se hicieron más de 15 pedidos de medidas de protección en todo el proceso. Como no había efectivos, un juez ordenó que la camioneta de la comisaría pasara dos veces por día por la casa de la joven, pero nunca lo hicieron”, dijo.

A. está tranquila. Consideró que la fiscalía realizó un buen trabajo y que espera que eso sea tenido en cuenta en el debate. “Me siento apoyada por mi familia y por la gente que me acompañó en todo este tiempo. La gente que venció el miedo y hasta marchó por las calles de la ciudad reclamando justicia”, finalizó.

Extensión de preventiva: acusado de intentar prender fuego a su pareja

Por pedido de la auxiliar Lucrecia Lugones, de la Unidad de Violencia Familiar y de Género III, el juez Eduardo González extendió por 60 días más la prisión preventiva de un hombre que en septiembre roció con alcohol a su pareja con intenciones de quemarla.

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