El Gobierno aumentó las retenciones y generó el rechazo de los sectores productivos

Decidió aumentar la alícuota para la harina y el aceite de soja e informó que planea crear el Fondo de Estabilización del Trigo para controlar el precio de la harina.

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20 Marzo 2022

Ambas medidas fueron publicadas en la madrugada de ayer en el Boletín Oficial a través de los decretos 131/2022 y 132/2022, el primero fue firmado por el presidente, Alberto Fernández; por el jefe de Gabinete, Juan Manzur, y por los ministros de Agricultura, Ganadería y Pesca, Julián Domínguez, de Economía, Martín Guzmán, y de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas. La decisión se fundamentó en que desde el Gobierno quieren “mitigar el impacto” de la Guerra entre Ucrania y Rusia, y evitar que esa situación afecte a los precios locales de los alimentos.

La decisión consiste en aumentar dos puntos la alícuota a la exportación de los derivados del grano de soja que son el aceite y la harina, sube del 31% al 33%; mientras que el fideicomiso apunta a controlar “el costo de la tonelada” de trigo.

El Gobierno defendió la decisión, pero diferentes sectores productivos manifestaron fuertemente su rechazo y no descartaron iniciar acciones judiciales. Desde la industria aceitera (CIARA) manifestaron que la medida “atenta contra el proceso de industrialización” Y advirtieron que “las empresas agroexportadoras están analizando todas las acciones judiciales para cuestionar el referido decreto”.

Gustavo Idígoras, presidente de Ciara, sostuvo que entienden que desde el Gobierno deben controlar la inflación pero pidió que se lo haga “sin perjudicar a las empresas y a los trabajadores”.

Por su parte, el presidente de ACSOJA (Asociación de la Cadena de Soja Argentina),  Luis Zubizarreta, manifestó en una entrevista radial que “el impacto es para toda la cadena agroindustrial. Es quitarle competitividad al sector que más potencial tiene en Argentina y que tiene la oportunidad, con estos mejores precios, de que el productor los reciba y aumente la producción para generar más trabajo”. Y consideró que “aumentar las alícuotas aún más es ir en el sentido contrario de lo que necesita el país”.

Además, dijo que desde el sector entienden que la mejora en los precios se traduce en más dólares y poder productivo, “pero lo malo es que aumentan los precios en las góndolas. Lo que está haciendo el Gobierno es armar fidecomisos o aumentar retenciones en un sector que ya tiene una mochila pesadísima”, apuntó.

El presidente de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino, también expresó su rechazo y dijo que “la guerra que el Presidente de la Nación dice haber lanzado contra la inflación se parece más a una batalla contra la producción. Se anuncian medidas que no solucionan ninguno de los problemas existentes, sino que continúan enviando pésimas señales al sector. La inflación en los alimentos se combate con más oferta y estas medidas no van en esa línea”.

Paralelamente, el Gobierno nacional justificó las nuevas resoluciones y las calificó de “temporales”. El ministro Domínguez, anunció que el Gobierno trabaja para dar previsibilidad a los productores, que son “la gallina de los huevos de oro” del país. Explicó que buscan “desacoplar” el precio interno de los precios internacionales con dos objetivos: “uno, tratar de cuidar a los consumidores; segundo, que esta medida no perjudique a los productores argentinos”. Por último, aclaró que con esta medida “pretendemos lograr el objetivo de darle previsibilidad a los productores para la próxima siembra de trigo y lograr un nuevo récord de producción”.

“Decisión absurda”

El presidente de la Sociedad Rural de Tucumán, Sebastián Murga, calificó a las nuevas medidas como “absurdas” y remarcó que no hubo ninguna intención de diálogo y desde el Gobierno insisten en “cargar con más impuestos a los sectores que trabajan y producen”.

“Esto implica desmotivar al sector, volver para atrás. Están aplicando recetas que ya se usaron y dieron pésimos resultados”, sostuvo. Y agregó que éstas decisiones “ahondan la desconfianza en un Gobierno que prioriza lo político y lo ideológico, que perdió el rumbo y no tiene ningún plan agropecuario”.

Muga sostiene que las decisiones que adoptan desde el Gobierno “ratifican que al campo lo siguen viendo como el lugar para ir a recaudar, en vez de verlo como uno de los sectores que genera riqueza y mano de obra” y señaló una actitud “malintencionada”. “Quieren confundir a la sociedad, el campo no forma precios bajo ningún punto de vista, los precios se disparan como consecuencia de la inflación que ellos no pueden manejar ni administrar. Siempre echan la culpa a terceros, a la guerra, a los especuladores, a los empresarios pero nunca asumen la responsabilidad que tienen de controlar la inflación”.

Opinó, además, que las estrategias adecuadas que se deberían haber tomado tienen que ver con “bajar el desastre de gasto político y público que tienen. Hasta ahora no han tenido ningún gesto con la sociedad que trabaja”. Y señaló que desde la Sociedad Rural de Tucumán creen que “no es un problema que agravie solamente al campo, sino que es una decisión que le causará mucho daño a la sociedad argentina”.

Por último, adelantó que hablarán con distintos sectores comerciales, industriales y de servicio para “buscar consenso y que esto se tome como un agravio al campo y a toda la sociedad”. “Buscaremos un consenso para frenar el avasallamiento por parte de un gobierno que no hizo una sola autocrítica ni tuvo un solo gesto de asumir su responsabilidad”, apuntó. (Producción periodística, Graciela Di Vico)

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