Ganó Sebastián Battaglia. Perdió Marcelo Gallardo. El fútbol es así. “Se define por detalles”, se repite hasta el hartazgo. Y los detalles esta vez favorecieron a un Boca que recibió un justo premio a haber deseado más el triunfo que en su anterior visita al Monumental.
Boca ganó a lo Boca. Triunfos como este, el “Xeneize” ha logrado muchos en el rodeo de Núñez. Pateó poco y nada al arco. La posesión (61% a 39%) y la mayoría de las situaciones de gol (8 a 2) fueron de su rival.
Pero la visita fue oportuna, lo fue Sebastián Villa. Hasta entonces “desaparecido en acción”, el colombiano aprovechó la desgracia ajena.
En toda historia suele haber un villano, en este caso un tal Leandro González Pirez. Y un héroe con nombre y apellido, un tal Agustín Rossi, que se atajó todo, que –dicen- hasta se dejó crecer las uñas para arañar al córner el cabezazo de su tocayo Agustín Palavecino.
Pasaron otras cosas, muy diferentes a las del 3 de octubre, de esa goleada de River en el juego que terminó en un rácano triunfo 2-1, con el atenuante para la visita del hombre de menos.
Una de ellas: este Julián Álvarez no parece tener la pólvora tan seca como entonces. Aquella vez, ajustició por duplicado a Rossi, en esta ocasión el arquero tuvo doble revancha, en el primer y en el segundo tiempo.
Sebastián Battaglia quizá le erró con poner a un Darío Benedetto fuera de forma desde el inicio, pero corrigió más rápido de lo que acostumbraba: en el entretiempo, el ingreso de Luis Vázquez otorgó nuevas energías. Y evitó la casi segura expulsión de Luis Advíncula al dejarlo en el vestuario, cuando el peruano caminaba por la cornisa.
A Marcelo Gallardo, en tanto, los hechos no le tiraron una soga. ¿En qué sentido? La lesión de David Martínez no pasó desapercibida -Carlos Zambrano suplió mejor a Carlos Izquierdoz-, y su apuesta por González Pirez no pagó ni por lejos dividendos.
¿Tan mal estarán Jonatan Maidana y Javier Pinola para no tener un lugar de urgencia en la zaga?, se preguntaban los colegas tras el pitazo final del “prolijo” Darío Herrera.
Los revulsivos elegidos por el “Muñeco” en el complemento quizá se demoraron demasiado, aunque las chances de quienes ingresaron ahí estuvieron, negadas por Rossi. O el travesaño, que se ensañó con Álvarez en el primer tiempo y con Enzo Fernández en el segundo.
En fin, hacía cinco años que Boca no se iba con el corazón contento del “Monumental”. “Puede ser un triunfo bisagra”, deseó Battaglia, que le restó cierta importancia al rol de Rossi, como si hubiera sido un tiro para el lado de la justicia la victoria.
“La derrota no me va a confundir”, pontificó por su lado un Gallardo que intentó disimular el golpe (pero igual entró en un contrapunto con un periodista que intentó cuestionar sus decisiones en conferencia de prensa).
El superclásico futbolísticamente quedó en deuda, sobre todo con aquellos que se ilusionan con grandes exhibiciones que generalmente nunca se concretan en esta clase de partidos. Hubo emociones, eso sí.
El superclásico dejará algunas consecuencias, que solo el paso del tiempo habrá de develar. Lo cierto es que anoche ganó Boca, así es el fútbol.
Actitudes y señales de un tiempo cada vez más lejano
BUENOS AIRES (por Marcelo Androetto).- El “efecto Madrid” todavía se percibe en Núñez, se hace especialmente patente en la previa de los superclásicos. No porque aquella victoria de River en el “Santiago Bernabéu” asegure nada en el presente, como quedó demostrado cuando Darío Herrera pitó el final del partido, sino por el tamaño del impacto que supuso una Copa Libertadores ganada al eterno rival.
Pasaron tres años y pico desde el 9 de diciembre de 2018. Y los hinchas de River siguen viviendo en una suerte de estado de gracia permanente, como si el triunfo más resonante de su rica historia hubiera sido anteayer nomás.
La fiesta que armaron los hinchas en la previa -no la locura de las inmediaciones del estadio, con simpatizantes pretendiendo ingresar sin entradas y en modo patota- fueron una señal de ello: las 5.000 banderitas repartidas, las 200 cintas rojas y blancas que caían desde las bandejas superiores, los fuegos artificiales y las bombas de estruendo.
Eso sí, más allá de que el Superclásico del que Boca se adueñó por la viveza de Sebastián Villa y las virtudes de Agustín Rossi no tiene punto de comparación en su trascendencia con la gesta de Madrid, la noche cerró con señales en sentido contrario.
Como por ejemplo, esa salida vergonzosa de la cancha de jugadores y cuerpo técnico de Boca, protegidos por los escudos de la policía ante la agresión anónima de gente que no sabe perder (y que evidentemente se olvidó de Madrid).
En pocas palabras
Incidentes y detenidos
En la previa del Superclásico entre River y Boca se produjeron corridas e incidentes por personas sin entradas. Desde el club sacaron un duro comunicado con mensaje para los socios. “Serán sancionados con una suspensión de seis meses, con prohibición de ingresar al club y al estadio”, dice parte del mensaje.
Una salida complicada
Tras vencer a River, el plantel de Boca tuvo que ser protegido por los escudos de la policía, ya que los hinchas del “Millonario” comenzaron a arrojar objetos, desde los distintos sectores del Monumental. Ante esto, algunos jugadores del “Xeneize” antes de ingresar al vestuario para extender los festejos, intercambiaron insultos con los simpatizantes, que se acercaban para mostrar todo su descontento con el rival de toda la vida.
Disfrutaron del Superclásico
Sergio Agüero se reunió con Juan Martín Del Potro, confeso hincha de Boca, para ver el clásico y transmitieron sus reacciones, en vivo. El “Kun” ya había expresado sus sensaciones, tras el clásico de Avellaneda.
Aparecieron las cargadas
Tras el triunfo del “Xeneize” ante River, los hinchas jugaron su partido aparte, a través de las redes. Además, hubo elogios para el arquero Agustín Rossi y repercusiones, por la no expulsión de Luis Advíncula.
La “Academia” se quedó con el clásico
Racing, como visitante, derrotó a Independiente, por 2 a 1, con goles de Gabriel Hauche y Enzo Copetti. Mientras que para el “Rojo” había igualado Lucas “Saltita” González. De esta manera, los dirigidos por Fernando Gago se subieron a la cima, con 15 unidades.
Gran victoria de la “Lepra”
Newell´s venció a Rosario Central, por 1 a 0, gracias al tanto de Juan Manuel García. Por otro lado, Gimnasia y Estudiantes empataron 1 a 1. Hoy, desde las 19.15, Defensa y Justicia será local de Arsenal; Mientras que a partir de las 21.30 se enfrentarán Argentinos-Vélez.