Las “maras” ponen en riesgo la democracia en El Salvador

El Congreso del país centroamericano aprobó un régimen de excepción ante el incremento de homicidios perpetrados por pandillas. Se suspenden algunas garantías constitucionales.

ESCALADA. La cantidad de homicidios subió en las ultimas semanas. ESCALADA. La cantidad de homicidios subió en las ultimas semanas.
28 Marzo 2022

SAN SALVADOR, El Salvador.- El Congreso salvadoreño aprobó un régimen de excepción, que suspende por 30 días algunas garantías constitucionales, luego de que el país centroamericano registrara un alza de homicidios atribuido a las violentas pandillas.

El Salvador vivió la jornada más violenta de su historia desde la guerra civil con 62 asesinatos atribuidos a la pandilla conocida como Mara Salvatrucha (MS13). Los asesinatos ascienden a 76 si se suman otros 14 ocurridos el viernes, informó la Policía Nacional Civil.

Este conteo marca la cifra más elevada en lo que va del siglo, dijeron especialistas-, por lo que el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, solicitó a la Asamblea Legislativa que aprobara la medida para intentar contener a las llamadas “maras”, grupos violentos que controlan el trafico de drogas y otros crímenes.

Los diputados avalaron la limitación del derecho de asociación, la suspensión de la inviolabilidad de la correspondencia y las telecomunicaciones, así como la ampliación del plazo para la detención administrativa y derecho a la defensa por un periodo de 30 días que pueden ser prorrogables.

“Aprobamos el régimen de excepción que permitirá que nuestro gobierno proteja la vida de los salvadoreños y enfrente de manera frontal a la criminalidad”, dijo el diputado presidente del Congreso, Ernesto Castro, tras la celebración de una sesión extraordinaria en la madrugada del domingo.

Extendidas por todo el país, unos 70.000 miembros de la pandilla Mara Salvatrucha y su rival el Barrio 18 extorsionan, venden drogas y se disputan a muerte el control de los territorios. El viernes, las autoridades reportaron un total de 14 homicidios.

“Las medidas a tomar serán implementadas por las instituciones pertinentes y anunciadas solo cuándo sea necesario. Para la inmensa mayoría de personas, la vida continúa normal. Dios nos bendiga a todos”, escribió Bukele en su cuenta de Twitter.

El Salvador, que en 2015 registró una tasa de 103 homicidios por cada 100.000 habitantes, una de las más altas del mundo, según Naciones Unidas, ha reducido considerablemente el número de asesinatos desde la llegada del mandatario.

Estadísticas policiales señalan que en 2021 se cometieron un total de 1.140 muertes, 15% menos que el año previo.

La cifra más cercana a los 62 asesinatos del sábado es la de 51 homicidios en un solo día, registrados en agosto de 2015, cuando el país vivió su año más mortífero tras el final de la guerra civil (1980-1992).

Este escenario supone un duro golpe para el Gobierno de Bukele, que atribuye a su Plan de Control Territorial la acentuación de la baja de los homicidios en los últimos años, con una tendencia iniciada en 2016.

”Declárase en todo el territorio nacional régimen de excepción derivado de las graves perturbaciones al orden público por grupos delincuenciales”, consignó el decreto aprobado por 67 de los 84 diputados del parlamento unicameral.

La Constitución salvadoreña establece que un régimen de excepción se puede aplicar “en casos de guerra, invasión del territorio, rebelión, sedición, catástrofe, epidemia u otra calamidad general, o de graves perturbaciones del orden público”.

En diciembre de 2021, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos sancionó a dos funcionarios del gobierno de Bukele, a los que acuso de haber llevado a cabo “negociaciones secretas” con la MS13.

En aquella oportunidad, analistas y expertos en el proceso de violencia que vive El Salvador atribuyeron la escalada de homicidios a la ruptura de un supuesto pacto entre el gobierno y las pandillas. Ahora, diputados del partido oficialista Nuevas Ideas (NI) responsabilizaron a sectores de la oposición de esta racha de asesinatos, pero no aportaron pruebas para respaldar sus acusaciones. (Especial-Reuters)

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