30 Marzo 2022
OBJETIVO. El sustituto de Márquez deberá acelerar para que la Honda oficial sea la mejor de la marca en la pista.
El último conquistador de MotoGP en Las Termas, Marc Márquez, no estará. Su visión doble sigue siendo lo suficientemente peligrosa, aunque en menor medida, como para pilotear a más de 160 kilómetros por hora. Los miles de seguidores que tiene el español se quedarán sin ver a su ídolo en el autódromo santiagueño en la tercera fecha del Campeonato Mundial que se correrá durante el fin de semana. Marc no, pero si estará la Honda RC213V al mando de Stefan Bradl.
La atención estará muy enfocada en el alemán de 32 años. “Al principio de mi carrera quería superar a mi padre”, contó hace un par de años el reemplazante del ocho veces campeón mundial. Helmut, papá de Stefan, fue subcampeón del mundo en 250 cc en 1991. Stefan logró su meta cuando en 2011, en esa categoría, logró el título. “Jamás hemos estado enfrentados por ello. Es genial haberte mentalizado de: ‘quiero ser campeón del mundo’. Pienso que alcanzar ese objetivo fue muy importante para todos nosotros, nos hizo sentir orgullosos”, afirmó.
Quizás su discurso, ambicioso y autoexigente, no se condice mucho con el estilo de manejo que mostró las veces que reemplazó a Márquez en los últimos seis años. En ese tiempo tuvo un rendimiento consistente, sumando puntos con regularidad, y en dos ocasiones cruzó la bandera a cuadros como la mejor Honda.
Es probable que los que vayan a la tribuna que lleva el nombre de Márquez en el trazado termense no delirarán tanto como cuando alguna de las pantallas gigantes mostraba al español realizando algún sobrepaso por las curvas más alejadas del circuito. Esa osadía con la que Márquez suele manejar la Honda no estará en Las Termas. El estilo del alemán es mucho más conservador. Es de aquellos que prefiere ser cuarto, sumar buenos puntos, antes que arriesgar todo y quedarse sin nada.
Un equipo de punta como el LCR Honda, el oficial de la marca japonesa, necesita de alguien así: el piloto de pruebas ideal. Constante y ajeno a las caídas, precisamente, el motivo por el que Márquez está fuera de la pista. Vale recordar que el fuerte impacto que sufrió en una caída en el Gran Premio de Indonesia reactivó su diplopía.
Si bien los estudios a los que el piloto fue sometido mostraron mejorías, los médicos mantienen la postura de un tratamiento que no demande una intervención quirúrgica. “Nadie sabe cuándo volverá. Se puede curar en cinco días o en un año”, afirmó Bradl. Por lo pronto, el alemán sabe que en Las Termas -y probablemente en la siguiente carrera en Estados Unidos- manejará la moto de Márquez. “En términos de pista, es el menos exigente físicamente. Termas es una buena pista para calentar y entrar en ‘modo carrera’, reconoció un entusiasmado Bradl.
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Termas de Río Hondo
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