WASHINGTON, Estados Unidos.- El presidente Joe Biden finalmente convirtió el linchamiento en Estados Unidos en un crimen de odio que puede ser juzgado en todo el país, después de más de 100 años de dilaciones en el Congreso.
Biden selló con su firma la aprobación de la denominada Ley Emmett Till, consignó la agencia francesa France24.
El mandatario estuvo acompañado por la vicepresidenta Kamala Harris, la primera mujer de origen africano y asiático en ocupar ese cargo y quien también respaldó la ley durante su tiempo como senadora.
La normativa -que establece como crimen de odio y delito federal ese tipo de agresiones, con una pena máxima de 30 años de cárcel y multas- lleva el nombre del adolescente afroamericano que en 1955 murió linchado, en Mississippi. Fue uno de los momentos que marcó la lucha por los derechos civiles.
La nueva ley permite procesarlo como delito cuando existe una conspiración para ejecutarlo y conduce a lesiones corporales graves o la muerte, explicó el representante demócrata Bobby Rush, uno de los defensores de la iniciativa en el Congreso.
En 2019, el Senado aprobó el proyecto por unanimidad. El 7 de marzo de este año, la Cámara de Representantes lo avaló con 422 votos. Hubo tres votos en contra y ocho abstenciones.
El camino para su aprobación fue extenso. El Congreso consideró por primera vez una legislación contra los linchamientos hace más de 120 años. En 1900 fue propuesta por primera vez por el representante de Carolina del Norte, George Henry White, único miembro del Legislativo de origen afro en ese momento.
La prensa estadounidense destaca que en total fueron cerca de 200 los intentos por aprobarla. “Estamos reunidos para reconocer el horror de esta parte de nuestra historia, para decir que el linchamiento es y siempre ha sido un crimen de odio y para dejar claro que el gobierno federal puede enjuiciar estos delitos como tales”, señaló Harris.
Tras sellar con su firma la nueva ley, Biden reconoció la lucha por conseguir la normativa y habló sobre cómo fueron utilizados los linchamientos para aterrorizar e intimidar a los ciudadanos en el país. “El linchamiento fue puro terror para imponer la mentira de que no todos pertenecen a Estados Unidos y que no todos son creados iguales. El odio racial no es un problema antiguo, es un problema persistente, el odio nunca desaparece. Solo se esconde”, sostuvo Biden.
Solo entre 1877 y 1950, más de 4.400 afroestadounidenses murieron linchados, la mayoría en el sur de la nación, aseguró el mandatario.