Por Soledad Nucci
09 Abril 2022
EXTENSION HORARIA. "Parece positivo, pero queremos ver cómo se implementa", dicen los especialistas. ARCHIVO LA GACETA
Nadie puede discutir que es más que necesario ampliar la cantidad de horas que estudian los niños argentinos. La mayoría de las evaluaciones internas y externas señalan, desde hace años, que en las aulas se aprende poco y nada. Sin embargo, ¿qué deberían priorizar las escuelas tucumanas con esta hora extra anunciada el martes último por el ministro de Educación de la Nación, Jaime Perczyk? La propuesta, que ya fue convalidad por el Consejo Federal de Educación (CFE), hace referencia a las escuelas primarias de jornada simple del país y lleva la carga horaria de cuatro a cinco horas diarias, lo que eleva el total semanal a 25 horas, en lugar de las 20 actuales.
De hecho, en relación a algunos establecimientos privados de jornada extendida de la provincia, donde los estudiantes permanecen hasta ocho horas por día, había un desfasaje importante. Pedagoga y mamá de cinco niños, Mariana Dato califica a esta hora adicional como valiosa, en primer lugar ("el saber nunca está de más"). En segunda instancia, entiende que se debería aprovechar este momento para fortalecer las prácticas del lenguaje, pues considera que desde este punto de partida se pueden englobar todos los demás contenidos.
"Las prácticas del lenguaje activan las capacidades mentales; de comprensión de textos; de análisis; de síntesis lectora y de creatividad. Los niños pueden crear otro mundo y proyectarse en él. Un niño que lee, escribe mejor; ordena su pensamiento; aprende a razonar y puede plasmar su imaginación en una hoja de papel", describe Dato, y enseguida recuerda el plan nacional de lectura que se había implementado durante el gobierno del ex presidente Raúl Alfonsín, que planteaba un cuento por día durante los 180 días del calendario educativo.
DEBATE. En la reunión del Consejo Federal de Educación, que se hizo ayer, se decidió abrir una mesa de trabajo conjunta con los diferentes sectores, incluidos aquellos que cuestionaron la propuesta. FOTO TOMADA DE TWITTER @jplichtmajer
Eugenia Ponce, pedagoga especialista en el neuroaprendizaje, aclara que en la mayoría de las propuestas ofrecidas para mejorar la educación en nuestro país predominan los razonamientos teóricos sobre cómo lograrlo. No obstante, desde la neurociencia se barajan propuestas más ligadas a la práctica, como hacer deportes, porque el ejercicio aeróbico beneficia las capacidades cerebrales tanto en los niños como en los adultos; dormir lo necesario y con regularidad; guiar el aprendizaje con preguntas; leer mucho; aprender otro idioma e implementar evaluaciones orales, entre otras.
- ¿Efectivamente con una hora más se obtendrá un mayor rendimiento académico?
- No siempre cantidad es calidad. Esto debe analizarse desde los períodos atencionales de los alumnos, para establecer si realmente sumaría al aprendizaje. El objetivo tendría que atravesar las metodologías de enseñanza, que actualmente ni convocan ni motivan. Y desde allí, apropiarse de los contenidos académicos.
- ¿Qué deberían priorizar las escuelas tucumanas?
- Esta hora extra podría ser utilizada para atender y personalizar la educación. Todos aprendemos de diferentes maneras, a tiempos diferentes y con necesidades diferentes.
Carina Mondino, de la red tucumana de Familias y Padres Organizados por la Educación, considera que la extensión horaria debería servir para dictar contenidos en las áreas de lenguas y matemáticas, donde se sabe, a través de datos estadísticos, que los chicos tienen los peores rendimientos, apunta. "Solo el 50 % de los alumnos que empieza la primaria se recibe; y de ese porcentaje apenas el 16 % sale con los conocimientos necesarios", grafica la vocera de esta agrupación, con ramificaciones en todo el país y el mundo y surgida tras el cierre de los establecimientos educativos durante las cuarentenas de 2020.
Además de lenguas y matemáticas, Mondino hace hincapié en que los alumnos egresan del secundario sin comprender ni lo que escriben ni lo que leen. "La lecto-comprensión es muy necesaria también", dice. Entonces y desde su mirada, pensar en una hora más de clases resulta "súper positivo". Pero previamente debe resolverse cómo se implementará esa extensión horaria, aclara. "Sino se cuenta con un plan concreto, la calidad educativa no mejorará", advierte. "Además, esto puede ser una forma de recuperar los contenidos perdidos. En 2020 y en 2021, las escuelas públicas prácticamente estuvieron cerradas", recuerda.
De acuerdo a datos provistos por el Ministerio de Educación local, la disposición implicará a unos 170.000 alumnos de primaria de escuelas públicas y de colegios de gestión privada de esta provincia. Finalmente, Mondino menciona que son varios más los aspectos que deben tenerse en cuenta, incluso los edilicios. "Hay muchos problemas de infraestructura. Me refiero a establecimientos que todavía están con aulas sobrepobladas y con falta de docentes y de auxiliares", concluye.
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