Mientras pasea por una avenida arbolada, como puede ser la Aconquija de la ciudad de Yerba Buena, es probable que usted no se detenga a pensar en los beneficios de los árboles que tiene a su alrededor. Sin embargo, el fresno, el liquidámbar, el lapacho, el falso alcanfor, el crespón, el tarco y la morera hacen mucho más que suavizar el ajetreo de colectivos, autos y motos. Hay sobradas pruebas de que los árboles pueden mejorar la salud mental y mitigar la crisis climática.
"Agregarle árboles y espacios verdes a las ciudades les quita densidad y, en cierta medida, eficiencia en el transporte". Alfredo Grau
"Los árboles urbanos juegan un importante papel en la salud medioambiental y humana. Por ello, los parámetros de arbolado son ineludibles en la planificación urbana actual. En realidad, su urgencia es cada vez mayor", entiende el ingeniero agrónomo Alfredo Grau, uno de los editores de la Guía de Arbolado de Tucumán, cuya segunda edición fue publicada por la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) en 2017.
En otras palabras, lo que el especialista plantea es que los árboles y los espacios verdes deben estar planificados desde el principio; no añadidos a último momento. Especialmente, si se considera que un árbol puede tardar más de una década en madurar. "Berlín es un ejemplo de una ciudad bien arbolada: tiene 3,7 millones de habitantes y alrededor de 1,4 millones de árboles de buen tamaño. Podríamos decir que cuenta con un árbol cada dos habitantes; es un buen valor", explica.
- ¿Cuál es su mirada de San Miguel de Tucumán, de Yerba Buena y de Tafí Viejo?
- Yerba Buena es la más verde de todas, gracias a su historia de urbanización y a su densidad poblacional. Tafí Viejo exhibe una situación intermedia. Si bien surgió como un pequeño centro industrial, posee hoy bastante arbolado. San Miguel de Tucumán, en cambio, tiene una menor densidad de arbolado urbano en promedio, aunque con notables diferencias según los barrios.
- ¿Las ciudades con árboles son más felices?
- El arbolado es apenas un factor en la felicidad humana. Pero manteniendo todos los demás factores constantes, como los servicios públicos y la seguridad, probablemente una comunidad con más y mejores árboles sea más feliz que otra con pocos o sin ellos.
- ¿Cómo se generan ecosistemas urbanos más amables?
- En las ciudades hay fuerzas contrapuestas. Para que una ciudad sea funcional, todo debe estar concentrado. Agregarle árboles y espacios verdes le quita densidad y, en cierta medida, eficiencia en el transporte. Yerba Buena es más verde. Pero muchos de sus residentes se desplazan a sus trabajos situados en los espacios poco arbolados del centro de Tucumán. En contrapartida, los fines de semana numerosos habitantes de la capital y de La Banda se mueven a Yerba Buena a disfrutar del verde. Entonces, un ecosistema urbano amable implica, además de espacios verdes, la posibilidad de trabajar allí mismo y de contar con un buen transporte público y bicisendas.
Además de lo mencionado en las líneas precedentes, los árboles cumplen un valorable rol al filtrar los contaminantes nocivos del tráfico, como el dióxido de carbono, y compensar ("modestamente") los efectos del cambio climático. Deténgase también a pensar en cuán ensordecedor sería el ruido citadino sin vegetación que absorbiese la contaminación acústica. Los bosques bien gestionados en los alrededores de las ciudades suministran agua potable, previenen inundaciones y albergan a la flora y fauna autóctona, lo que asegura la subsistencia de la biodiversidad. El Parque Sierra de San Javier constituye un ejemplo de ello.
"Afortunadamente, un trabajo serio reciente ha mostrado que al contrario de lo que se creía, la superficie cubierta con árboles a nivel global ha aumentado en el período que va desde 1982 hasta 2016 en un 7 %. En contra, lo que sí ha sucedido es que los bosques y selvas siguen decreciendo en los trópicos y en el Chaco argentino. No obstante, este descenso a nivel global está siendo compensado por esa expansión de los bosques en las regiones templadas y frías", detalla el experto.
El último censo del arbolado urbano de Yerba Buena, que data de 2013 y que actualmente está siendo actualizado, indica que el área de mayor consolidación del tejido urbano cuenta con unos 17.000 árboles. Pero, ¿qué son 17.000 árboles? Si apeláramos a las comparaciones, los números nos servirían para establecer la magnitud. El parque Percy Hill, por ejemplo, tiene una hectárea forestada. Allí caben unos 730 ejemplares, entre grandes, medianos y chicos. Entonces, si pusiéramos los 17.000 árboles juntos, en un espacio único, necesitaríamos unas 23 hectáreas; es decir, podríamos llenar unos 23 parques parecidos. Se trata de un excelente nivel. De hecho, en promedio, cada 7,3 metros se yergue una planta, de acuerdo al padrón. La avenida Perón es la más verde. Le siguen la avenida Aconquija y las calles Salas y Valdez, Brasil y Sarmiento.
San Miguel de Tucumán, de acuerdo a datos que proporcionó la Municipalidad en 2013, cuenta con 300.000 árboles aproximadamente. No obstante, un porcentaje elevado ha cumplido su ciclo, según reconocieron autoridades del propio municipio. De acuerdo a lo planificado, paulatinamente los tarcos deben ser reemplazados.
En Tafí Viejo, los árboles se encuentran en un lugar privilegiado, en contacto directo con parques naturales protegidos y con un paisaje favorecedor. No obstante, el desarrollo inmobiliario fue creciendo.
En definitiva, planificar las áreas urbanas se ha convertido en uno de los desafíos más importantes del siglo, especialmente en momentos en que los últimos informes de la Organización de las Naciones Unidas apuntan a la necesidad de aplicar medidas drásticas para evitar las peores consecuencias del calentamiento. Los árboles pueden hacer que nuestras ciudades sean más saludables y más felices. Nuestros hijos y nietos los merecen.