La mala señalización en las rutas de Tucumán se convirtió en un problema serio. En muchos casos los carteles no fueron renovados y a simple vista revelan el estado de abandono en el que se encuentran. Esta situación perjudica al viajero. Para la mayoría de los tucumanos se ha naturalizado esa falta de mantenimiento en la cartelería de los diferentes caminos. Pero quienes no circulan habitualmente por nuestras rutas, porque son turistas o van de paso se encuentran frente a un contratiempo en medio del camino.
Es una situación delicada que, algunas veces, puede derivar en accidentes de tránsito; en especial en horario nocturno, cuando los carteles deberían reflejar las indicaciones para que los conductores puedan tomar decisiones correctas con las manos al volante. Es notorio que los carteles ubicados en los accesos del sur de la provincia son escasos, pequeños y poco claros. No es novedad que un turista se pierda en lugares que no conoce. Lo que sí es cierto es que la falta de letreros o la mala señalización de un lugar agravan el problema.
Al llegar a la capital por la ruta nacional 38, se observan letreros muy pequeños, que no están colocados a una distancia suficiente como para que el conductor tenga tiempo, en caso de que llegara a verlos, de seguir las indicaciones.
Quienes llegan por la autopista de circunvalación y quieren ingresar en la ciudad por la calle Jujuy, tienen que doblar hacia el sur, bajar por un puente y retomar hacia el norte. Sin embargo, el cartel que expresa tales indicaciones está instalado prácticamente sobre el puente y sorprende al automovilista. Entonces, el conductor se ve obligado a realizar una maniobra brusca para tomar la curva. Si el automovilista se distrajo y pasó de largo, seguirá por la ruta nacional 9, pero con rumbo a Santiago del Estero. Los vecinos que viven en esa zona suelen comentar que muchos turistas pasan en sus autos, dan vueltas y, después se detienen para preguntar a alguna persona por dónde tienen que entrar a Tucumán. En el acceso por el barrio San Cayetano, la señalización tampoco es mejor. También se arriba por la avenida de circunvalación y se puede ingresar por la avenida Wenceslao Posse. Pero, al terminar la autopista, los automovilistas se topan con una rotonda que no indica hacia dónde seguir. No es muy grato para los turistas tener que dar varias vueltas a la rotonda, hasta que, ya cansados de no saber adónde ir, estacionan el vehículo y se bajan a preguntar. Para colmo, la situación se presta para terminar siendo víctima de la inseguridad. Esto, independientemente del hecho -positivo- de que se está remodelando precisamente ese acceso y eso obliga a un desvío a quienes llegan desde el sur para ingresar a la Wenceslao Posse.
En la Dirección Provincial de Vialidad se argumenta que el problema surge como consecuencia del robo de los carteles indicadores en las rutas provinciales. Quienes ingresan a la capital por el norte también encuentran el mismo inconveniente: carteles con letras gastadas, ilegibles, y en estado de deterioro. Antes de la pandemia, Tucumán llegó a ocupar los primeros puestos en el triste ranking regional de vandalización de señales de tránsito. Se trata de una cuestión que afecta tanto a las rutas provinciales como nacionales
La señalización vial es de vital importancia porque responde a la necesidad de organizar y brindar seguridad en calles, caminos y carreteras, así como la vida y la integridad de quienes transitan por esas vías dependerá de las indicaciones precisas de los esquemas de señalización, la atención que se le preste y la responsabilidad de conductores y peatones; para que la convivencia en la vía pública sea la más adecuada.