Bullying escolar: "no hay débiles o fuertes; se trata de una mecánica de grupo"

El ministro Lichtmajer insta a modificar los roles en los grados donde se presentan situaciones problemáticas. "Hay que mostrarles otras formas de relacionarse".

PARA PRESTAR ATENCION.  La evidencia de golpes, la baja autoestima o los cambios llamativos en el humor son algunas evidencias de bullying. ARCHIVO LA GACETA PARA PRESTAR ATENCION. La evidencia de golpes, la baja autoestima o los cambios llamativos en el humor son algunas evidencias de bullying. ARCHIVO LA GACETA

"La pandemia influyó de una forma muy significativa en niñas, niños y adolescentes. La presencia de los espacios digitales, que venía cambiando progresivamente los vínculos, se ha consolidado durante estos aislamientos. Eso nos ha llevado a nuevas situaciones problemáticas, como el ciberacoso", revela el ministro de Educación de Tucumán, Juan Pablo Lichtmajer, al ser indagado sobre las razones por las cuales la violencia escolar parece haberse exacerbado en los últimos años.

"Afortunadamente, hoy volvemos a encontrar las aulas llenas de voces y risas. Este reencuentro es una oportunidad para repensar en las pautas de comunicación y de vinculación. Fortalecer el respeto y la inclusión y aceptar las diferencias son los pilares del aprendizaje", añade el funcionario.

Desde su mirada, el acoso escolar y el ciberacoso se entienden desde una abordaje grupal, institucional y social. "No hay estudiantes débiles o fuertes. Se trata, en realidad, de una situación de grupo en la que los integrantes van asumiendo roles. A partir del acompañamiento y del sostén para todos los chicos, esos roles pueden modificarse. Hay que mostrarles otras formas de relacionarse", asegura enseguida. Pero, ¿por qué se ha perpetuado el bullying? ¿Qué pasa después de la pandemia? ¿Qué cosas debería decir una guía para prevenir las conductas hostiles? ¿Se podría generar en las escuelas y colegios un nuevo cargo: coordinador contra el acoso? ¿Hay un registro provincial de denuncias por bullying? ¿Los docentes están capacitados? ¿Cuáles son los obstáculos principales?, fueron las preguntas que este diario le formuló al ministro.

El ministro de Educación, Juan Pablo Lichtmajer. El ministro de Educación, Juan Pablo Lichtmajer. ARCHIVO

Tras la interpelación, Lichtmajer cuenta que en 2017 el Ministerio de Educación creó el Programa de Aprendizaje Social (PAS). Desde entonces, la prevención de toda forma de violencia escolar es abordada de manera articulada y sistemática, a través de éste y de otros programas ministeriales, como el Programa de Convivencia Escolar. "De modo constante, se consolidan espacios de participación estudiantil, desde los niveles inicial hasta superior", especifica.

Además, se promueven encuentros con las familias y jornadas de formación con los docentes, para reflexionar acerca de situaciones complejas y poder brindar respuestas superadoras colectivas. "Desde estos lugares se pudo reflexionar acerca de las caravanas estudiantiles y el ciberacoso", puntualiza.

A decir suyo, estas estrategias, basadas en la participación, han demostrado que permiten fortalecer el respeto; la comprensión de las diferencias; los espacios de escucha y la expresión de las emociones de manera saludable.

Con estas instancias, Lichtmajer precisa que han llegado cada año a más de 35.000 estudiantes; 15.000 docentes y unas 900 familias.

- Se sabe que la mediación es una herramienta eficaz para prevenir el acoso escolar.

- Sí. De hecho, otras estrategias que estamos promoviendo son la construcción de centros estudiantiles de mediación escolar en el nivel primario y la redacción de acuerdos escolares, los cuales son elaborados de manera participativa y democrática por todos los actores del establecimiento. Aprender a convivir no es una tarea sencilla.

Finalmente, Lichtmajer menciona la implementación de talleres y encuentros estudiantes. Estas citas son acompañadas por  adultos responsables, quienes deben generar propuestas propicias para que el grupo pueda aprender formas sanas de vinculación.

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