Atlético, en la Copa Argentina: “La Linda”, una sucursal tucumana

Los hinchas “decanos” peregrinaron en masa hacia Salta para hacer sentir su presencia

LOCURA TOTAL. Los hinchas “decanos” se hicieron sentir desde la cabecera del estadio “Padre Martearena”, que vibró al compás de los cánticos. El público finalmente volvió a festejar una buena victoria. LOCURA TOTAL. Los hinchas “decanos” se hicieron sentir desde la cabecera del estadio “Padre Martearena”, que vibró al compás de los cánticos. El público finalmente volvió a festejar una buena victoria. Foto de Marcelo Miller - Especial para La Gaceta

“La “Linda” volvió a demostrar por qué cada año que pasa se posiciona mejor como anfitriona de varios eventos deportivos; claro, el auge de Santiago del Estero con su coqueto “Madre de Ciudades” le robó protagonismo escénico a Salta; sin embargo, el Gobierno y las empresas siguen apostando por albergar algunos partidos de Copa Argentina y de otros deportes como el rugby y Los Pumas. ¿Qué tiene Salta? Está bien posicionada a nivel nacional e internacional, dígase marketing o inversión, lo cierto es que la ciudad, independientemente a la organización de eventos masivos deportivos como el de anoche (que mueve un número interesante de personas que hacen uso de los hoteles e invierten en gastronomía, entre otras cuestiones) cuenta con un caudal de visitantes que llama la atención.

Por caso, ayer por la tarde, mientras Liverpool y Villarreal jugaban una de las semifinales de la Liga de Campeones en Inglaterra; en el bar “New time” situado frente a la plaza “9 de Julio” había una decena de extranjeros, vestidos de “diablos rojos” alentando por el equipo de Jürgen Klopp. Sí, en Salta, un miércoles cualquiera. De los aficionados presentes sólo tres tenían origen ingles, después había holandeses, israelíes y alemanes. Todos gastando sus dólares en una ciudad ubicada a 1.700 kilómetros de Buenos Aires, pero que trabaja para que eso suceda. Ni hablar de la cantidad de turistas de nuestro propio país que paseaban por las peatonales y principales atracciones turísticas del casco histórico.

Una vez que el árbitro Symon Marciniak pitó el final del partido en Anfield, la marea “decana” empezó a resaltar en la cálida tarde salteña. Algunos bocinazos, algunas canciones de aliento, gritos, alguna chicana para los “Santos” salteños, o los simpatizantes del “Cuervo”. Todo en paz, que no pasó más allá del consabido “folclore” del fútbol.

Ya con los últimos rayos del sol, el estacionamiento del “Padre Ernesto Martearena” comenzó a teñirse de celeste y blanco: banderas, asados, papeles y mucha ilusión empezaron a ser las postales de una noche que llegó más temprano que tarde y con ella la decena de colectivos y autos particulares, bien custodiados por la celosa policía salteña que como siempre que un equipo tucumano visita esa provincia, se vuelve más rigurosa, para que todo salga bien.

El primer escollo para los simpatizantes “decanos” estaba ubicado en Metán, el segundo control estaba ubicado en el peaje Cabeza de Buey. Allí el control era fortuito: algunos directamente recibían el visto bueno de las autoridades y avanzaban sin problemas, otros en cambio debían sortear un control exhaustivo. La última parada era en la entrada a la ciudad; si bien en algunos momentos hubo demoras, todo se dio con normalidad.

Ya en el estacionamiento, la pregunta que hacían todos era: “¿quiénes juegan?” La respuesta la dio Lucas Pusineri ni bien ingresó al estadio: varios de los que fueron titulares ante River jugaron anoche, para sorpresa de los hinchas. Quienes al margen de los nombres que salieran a la cancha, estaban dispuestos a alentar los 90 minutos, soñando con avanzar de fase.

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