Antes de morir, Enrique Pinti habría cambiado su testamento: quién sería la única heredera

Se trataría de la hija del primo del humorista, quien falleció meses antes que el actor.

Enrique Pinti. Foto tomada de: exitoina.com.ar Enrique Pinti. Foto tomada de: exitoina.com.ar
04 Mayo 2022

El humorista Enrique Pinti falleció el pasado 27 de marzo a los 82 años. Según se conoció esta semana, el actor, que tenía diabetes y se mantuvo encerrado en su casa durante toda la pandemia, cambió el nombre de beneficiarios de su testamento durante los últimos meses de vida.

En el programa “A la tarde” se habló sobre la nueva beneficiaria del testamento de Enrique Pinti. El nombre de la joven es Natalia Gabriela Camaño, y es la hija del primo del humorista, quien falleció meses antes que Pinti. 

“Hay dos propiedades, pero se quiere saber qué sucederá con el dinero de Enrique. Natalia es la sobrina de Enrique, hija de un primo que falleció a principio de año. El papá de Natalia era la persona que más cerca estaba de él, vivía con él”, explicaron en el programa, donde se mostró además el frente de una de las propiedades que dejó el actor.

“Había una persona que lo cuidaba durante la pandemia y que quizás era un poco hostil”, afirmó Débora Amato al hablar sobre la plata que habría ganado el humorista durante toda su vida de trabajo. De este modo, la periodista relacionó la situación con la problemática que vive actualmente Antonio Gasalla, aclarando que si bien “Pinti era un tipo extremadamente talentoso, en el caso de Enrique él mismo contó que no llevaba un gran control de su dinero”.

Los panelistas del programa de América hablaron sobre la situación que vivía el humorista. “Enrique Pinti tenía testamento. En 2014 él tenía un testamento que decidió cambiar en el 2022, a principios de este año, el 26 de enero”, indicaron los periodistas.

Al parecer, la situación de Pinti era muy débil durante sus últimos meses. Desde la mesa afirmaron que “en una parte del testamento se aclara que ‘se deja constancia que no pudiendo firmar bien, el otorgante, en virtud de la enfermedad que lo aqueja, estampa también la impresión del dígito pulgar derecho’. Pensábamos que estaba en perfectas facultades para poder firmar”.

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