El sistema sanitario ucraniano recibió 235 ataques desde el inicio de la guerra

La Organización Mundial de la Salud verificó que el mayor número de los incidentes reportados consistió en bombardeos con artillería pesada a hospitales y centros de asistencia. En lo que va de este año hubo en total 360 agresiones a objetivos sanitarios en 15 países con conflictos armados o emergencias humanitarias

HOSPITAL DESTRUIDO. Desolados, dos médicos ucranianos observan el resultado de un ataque ruso en Mariúpol. El sistema de salud está devastado. HOSPITAL DESTRUIDO. Desolados, dos médicos ucranianos observan el resultado de un ataque ruso en Mariúpol. El sistema de salud está devastado. REUTERS

La guerra está provocando daños colosales en el sistema de salud de Ucrania. Desde el inicio de la invasión rusa, el 24 de febrero, hasta ayer hubo 235 agresiones confirmadas a centros asistenciales, depósitos de medicamentos, equipos, ambulancias, pacientes, médicos, enfermeros y personal de apoyo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). El mayor número de incidentes reportados consiste en bombardeos con armas pesadas a hospitales, sanatorios, clínicas, consultorios y otros espacios de atención médica. Tales hechos de violencia provocaron 75 muertes y 59 heridos. La cifra de objetivos sanitarios damnificados en Ucrania representa el 65% del total de 360 casos verificados en lo que va de 2022 en países con conflictos bélicos o emergencias humanitarias.

Los datos son actualizados periódicamente y constan en el panel del Sistema de Vigilancia de los Ataques a la Protección de la Salud (Surveillance System for Attacks o SSA), herramienta de monitoreo de importancia capital para dimensionar el deterioro de la infraestructura que debe garantizar el derecho a la vida de la población afectada por la lucha armada. Los tratados internacionales dejan fuera del combate y procuran la preservación de los recursos destinados a la salud, pero el volumen de agresiones detectadas en Ucrania no sólo denota la transgresión sistemática de esos límites, sino que también revelaría la intención de destruir este servicio, según un artículo incluido en el volumen 399 de la prestigiosa revista científica The Lancet (“Seeking accountablity for Ukraine health-care attacks”).

Al momento de la publicación, 26 de marzo, había 62 agresiones y 15 víctimas fatales corroboradas por la OMS en el territorio invadido por las tropas del autócrata Vladimir Putin. El artículo narra episodios de ambulancias destrozadas por tanques; de traslados de pacientes bloqueados por los puestos de control militar y de bombardeos directos a hospitales, como ocurrió con una maternidad de Mariúpol. También recuerda que Rusia ya había sido cuestionada en 2016 por sus agresiones a centros médicos de Siria, pero que estas acusaciones habían quedado impunes.

La información recolectada y publicada por la OMS acredita la continuidad de los daños infligidos a la infraestructura de salud de Ucrania. Con 157 hechos verificados, marzo fue catastrófico. Pero nada supera a febrero: en cuatro días de guerra hubo 26 ataques. En todo abril se registraron 44 sucesos mientras que en mayo ya ocurrieron otros 8.

El SSA discrimina las agresiones en función de los medios utilizados. La artillería pesada encabeza la tabla en Ucrania: este tipo de armamento aparece en 202 de los ataques confirmados. Luego vienen los actos perpetrados con armas personales, las obstrucciones, la ocupación militar de los establecimientos, los saqueos, la violencia psicológica y los métodos desconocidos. Las ambulancias recibieron 28 agresiones desde que el Kremlin anunció que empezaba “una operación especial para desnazificar” al país vecino.

El mapa del Sistema de Vigilancia de la OMS indica que, además de en Ucrania, en 2022 hubo ataques a la infraestructura sanitaria en estos otros 14 territorios nacionales: Palestina (58 acontecimientos); Sudán (18); Congo (8); Birmania (7); Siria (7); República Centroafricana (6); Burkina Faso (5); Nigeria (4); Libia (3); Yemen (3); Sudán del Sur (3); Afganistán (2) y Somalía (1). En algunos de esos sucesos se identificaron armas químicas, incendios deliberados y criminalización.

“Los ataques privan a las personas de la atención que necesitan con urgencia, ponen en peligro a los proveedores de la atención y socavan la salud pública general”, advirtió la OMS en un informe reciente. Este último reporte precisa que más de 3.500 civiles ucranianos murieron y que otros 7.300 resultaron heridos como consecuencia de la guerra. El panorama es espeluznante si se contrasta la necesidad creciente de servicios de salud con la circunstancia de que los propios centros destinados a satisfacer aquella demanda están luchando también por sobrevivir a la invasión rusa.

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