Boleros románticos y psicoanálisis en crisis en “Sabor a Freud”

Jackie Anastasio Salas y Marcos Gallardini actúan en la obra de Juan Pablo Feinmann que dirige Fabrizio Origlio.

RELACION ESPECIAL. Marcos Gallardini y Jackie Anastasio Salas en escena. RELACION ESPECIAL. Marcos Gallardini y Jackie Anastasio Salas en escena.

Una paciente con trastorno de identidad y su psicoanalista con sus propios problemas latentes, se debaten entre pasiones ocultas, conflictos no resueltos y deseos reprimidos en “Sabor a Freud”, la comedia de Juan Pablo Feinmann que entrelaza boleros y psicoanálisis, la razón y los sentimientos, con los miedos a hacer lo que realmente se quiere siempre presentes.

Fabrizio Origlio retorna a Tucumán para dirigir a Jackie Anastasio Salas y a Marcos Gallardini en una puesta que suma elementos de actualidad, como el uso de Internet para expresarse. El estreno será hoy a las 22 en la Sociedad Francesa (San Juan 751), con entrada solidaria y consciente de los espectadores, sin que esté prefijado el monto, como forma de difundir el teatro tucumano ante la difícil situación económica actual.

“Hemos tomado Tik-Tok no como una red de vínculos sociales sino como un espacio virtual que permite a mucha gente desplegar ese otro aspecto que tiene dormido: el de sentirse un poco artista y un poco protagonista. Tomamos las redes sociales como el espacio de expresión del Siglo XXI”, precisa el director en diálogo con LA GACETA.

- La historia de un psicoanalista y un paciente se contó varias veces en teatro, TV y cine, ¿qué distingue “Sabor a Freud” de otras obras?

- Ante todo, la distinción de esta obra está en la autoría de Feinmann, un enorme filósofo y pisocanalista del cual poca gente sabe que escribió teatro y guiones para cine. Pero además en esta obra hay dos aspectos a resaltar: la comparación con la lógica de los boleros y una crítica feroz al rol el psicoanalista.

- ¿Por qué te atrajo este texto?

- Primero porque no es un texto escrito por mí, a diferencia de otras obras que puse. En general me convocan más para escribir, y esta vez fue para dirigir. Y si bien cuento con las dos formaciones, poner toda la energía en la mirada del director es siempre un desafío. Además, Jackie me invitó con una pasión tan absoluta por este texto que logró contagiarme.

- Aunque se presente como comedia, Feinmann siempre escondió alguna vuelta de tuerca en sus propuestas. ¿Cuál es en este caso?

- Sin duda son dos vueltas: la filosofía y la música. Una conjunción que hace que la obra sea imperdible: va desde Beethoven al trío Los Panchos, desde Pascal a Lacan.

- ¿La racionalidad y el corazón están en las antípodas o puede haber un espacio de encuentro?

- ¿Qué puede decir un dramaturgo de esto? Sófocles, Shakespeare, Moliere y Chejov, entre otros, ya lo dijeron todo... Son mundos paralelos, pero no creo que sean irreconciliables.

- ¿Qué significa Tucumán para vos, con tanta trayectoria en la provincia?

- Definitivamente Tucumán es mi segunda casa. Una pasión en mi vida con sus paisajes, su gastronomía, su arte, su gente... Admiro profundamente a Miguel Ángel Estrella, Mercedes Sosa, Juan Falú o Julio Ardiles Gray. Y para los que creen en la reencarnación, seguro que en otra vida fui tucumano.

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