Qué hará Qatar con los estadios que erigió en una superficie equivalente a la mitad de Tucumán

El país organizador de la Copa del Mundo sólo poseía una cancha al momento de su designación como sede de la edición 2022. El conjunto de las instalaciones deportivas de última generación puede ser recorrida en dos horas de auto. Casi todos los nuevos estadios recibirán otros destinos tras la competencia y uno de ellos, el intrigante 974, desaparecerá por completo

LUSAIL. Tiene capacidad para 80.000 espectadores y será sede de la final. Una vez que concluya la Copa toda la zona se destinará a un emprendimiento inmobiliario. Del estadio sólo quedará la imponente cubierta.  LUSAIL. Tiene capacidad para 80.000 espectadores y será sede de la final. Una vez que concluya la Copa toda la zona se destinará a un emprendimiento inmobiliario. Del estadio sólo quedará la imponente cubierta.

El Mundial 2022 de Qatar fue concebido para dejar una huella única. Será el primero celebrado en Oriente Medio y en la estación invernal del hemisferio Norte, pero también el que se desarrollará en la sede más pequeña de la historia de 22 ediciones de la competencia masculina: 11.000 kilómetros cuadrados, la mitad de la superficie de la provincia de Tucumán. Los 64 partidos se disputarán en ocho estadios desplegados sobre la costa del Golfo Pérsico, siete de los cuales fueron especialmente construidos para esta Copa.

La mayoría de estas instalaciones deportivas de última generación tendrán una existencia breve: al cabo del Mundial, serán desmanteladas o recibirán un nuevo destino. El caso más curioso de esa estrategia de reconversión es el 974, ubicado en la localidad de Lusail, que hace culto de la política de reciclaje total con su denominación de “estadio efímero”.

Del mapa de locaciones se desprende que el país anfitrión concentró la actividad mundialista en la capital, Doha, y sus municipios periféricos. El minimalismo preexistente fue acentuado. Esta vez no habrá nada parecido a los desplazamientos con complicaciones logísticas, diferencias de husos horarios y costos altos que, por ejemplo, demandó la participación en Rusia 2018.

Las autoridades cataríes descartaron la idea de aprovechar el acontecimiento para equipar y dar a conocer todas las regiones de este país tan chico como asimétrico. La mayor extensión del desierto deshabitado, que “mira” hacia Bahréin y Arabia Saudita, permanecerá alejada de la fiebre mundialista. En contraste, la actividad discurrirá a lo largo de 120 kilómetros de entramado urbano, una distancia que se puede cubrir en dos horas de auto por las autopistas y vías rápidas de Qatar.

Obra faraónica

La estancia cómoda de la que gozarán las selecciones y sus comitivas; los hinchas y la prensa planteaba como contrapartida la acumulación de una infraestructura imponente que, por el tamaño y las necesidades del emirato, iba a quedar inexorablemente ociosa tras el Mundial. Para dimensionar la empresa faraónica en la que se embarcó el Comité Supremo para la Organización y el Legado (SC por sus siglas en inglés) basta con advertir que hasta 2019, cuando entró en funcionamiento el Al Janoub, las demandas más exigentes del fútbol, de otros deportes profesionales y de espectáculos masivos eran resueltas por el histórico y decano Estadio Internacional Khalifa (o Jalifa), recinto con 45.000 butacas inaugurado en 1976. Remodelada para la ocasión, esta será la única locación multiuso que conservará su formato actual cuando la Copa concluya.

Los restantes escenarios cambiarán de función de acuerdo con un plan pergeñado de antemano, que requirió el desembolso de varios miles de millones de dólares.

Inspirado en las formas y texturas de las dunas, y con un exterior ondulante que remite a los motivos clásicos de la arquitectura islámica, el Áhmad bin Ali pasará a tener la mitad de su capacidad original (40.000 asientos) para adaptarse a la vida de Al Rayyan, ciudad ubicada al Norte de Doha que el SC presenta como “puerta de entrada a los paisajes del desierto”.

A partir de 2023, el estadio reducido será absorbido por una entidad local, el Club Deportivo Al Rayyan, y prestará servicios múltiples a sus asociados, quienes dispondrán de seis canchas de entrenamiento de fútbol y una de cricket; de pistas de equitación, ciclismo y atletismo, y de gimnasios. “El estadio Áhmad bin Ali desempeñará un papel de liderazgo en el cumplimiento del objetivo clave de Visión Nacional 2030 de promover estilos de vida saludables en Qatar”, anuncia el Comité Supremo.

100% desmontable

Émulo de las tradicionales tiendas de los beduinos nómades, Al Bayt albergará a 60.000 fanáticos durante nueve partidos del Mundial, incluida una semifinal, y, cuando ese frenesí quede atrás, hará honor a su diseño de carpa portable y la mitad de sus gradas viajarán para sumarse a los edificios que las precisen. ¿Qué pasará con el espacio ganado? La explanada superior del estadio ubicado en la localidad de Al Khor se convertirá en un hotel cinco estrellas. Un centro comercial, un patio de comidas, un gimnasio, una clínica de medicina deportiva y un salón de usos múltiples también se incorporarán al complejo. “Al Bayt brindará a las generaciones futuras un excelente ejemplo de cómo un lugar consagrado al deporte puede cambiar innumerables vidas”, dicen los organizadores del Mundial.

Un futuro similar al del edificio de Al Khor le aguarda a Al Thumama, cuyo aspecto redondo, liviano y blanco como las “gahfiyas” tejidas que los hombres árabes se colocan en la cabeza lo postulan como uno de los emblemas arquitectónicos del Mundial. Enclavado en el gigantesco espacio verde que alberga instituciones dedicadas al arte, la música y la práctica del golf, el Estadio de la Ciudad de la Educación fortalecerá el entrenamiento y la transmisión del conocimiento vinculado a la agenda de la Fundación Qatar.

El futurista Al Janoub (40.000 espectadores), que lleva la firma de la célebre arquitecta Zaha Hadid, se transformará en un espacio social y cultural para los residentes de Al Wakrah: 20.000 asientos del recinto cubierto serán donados para privilegiar el funcionamiento de una mezquita, un salón de fiestas, una escuela y un mercado.

Del Lusail, el estadio con 80.000 asientos elegido para disputar la final, sólo quedará su cubierta icónica: bajo ese techo, la SC proyecta desarrollar un emprendimiento inmobiliario “que evoque la gloria de Qatar”.

El modelo de reciclaje más versátil e innovador aparece en el estadio 974. El nombre asignado a esta arena se corresponde con el código telefónico de Qatar así como con el número exacto de contenedores para el transporte marítimo utilizados en su construcción. Se trata de la primera edificación de su tipo completamente desmontable. Se supone que, una vez finalizada la competencia, el 974 saldrá a dar vueltas por el mundo para instalarse allí donde lo requieran. El predio que hoy aloja al recinto trashumante se integrará a una zona abierta orientada a disfrutar del mar. El Comité Supremo asegura que los trabajos conducentes a hacer realidad el mote de “estadio efímero” comenzarán inmediatamente después de la clausura de la Copa. Se iniciará entonces la deconstrucción prolongada e inédita que promete ser otra marca registrada del Mundial de Qatar.

LOS ESTADIOS EN SÍNTESIS

Ahmad bin Ali
Ubicación: Al Rayyan
Inauguración: 2020
Capacidad: 40.000 espectadores

Al Bayt
Ubicación: Al Khor
Inauguración: 2021
Capacidad: 60.000 espectadores

Al Janoub
Ubicación: Al Wakrah
Inauguración: 2019
Capacidad: 40.000 espectadores

Al Thumama
Ubicación: Doha
Inauguración: 2021
Capacidad: 40.000 espectadores

Ciudad de la Educación
Ubicación: Al Rayyan
Inauguración: 2020
Capacidad: 40.000 espectadores

International Khalifa
Ubicación: Al Rayyan
Inauguración: 1976
Capacidad: 45.000 espectadores

Lusail
Ubicación: Lusail
Inauguración: pendiente
Capacidad: 80.000 espectadores

974
Ubicación: Doha
Inauguración: pendiente
Capacidad: 40.000 espectadores

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