“MAD”: una increíble perversidad

20 Junio 2022

Carlos Duguech

Columnista invitado

“Mutually assured destruction” (“Destrucción mutua asegurada”). Ese concepto sobre la guerra nuclear sobrecoge al espíritu humano. En cualquier campo del pensamiento una claudicación como lo que eso revela requiere de un análisis que esté más allá de la ciencia política. La psicología como antesala de la psiquiatría y ésta son necesarias plataformas de abordajes para semejante expresión del género humano. Y por boca, nada menos, que de sus dirigentes supremos en los asuntos del gobierno de sus países. Y de su cosmovisión de los arsenales de tanta muerte, de tanta destrucción asegurada. Sólo imaginar lo que la tecnología en todos los órdenes ha revolucionado de la mano de la investigación y las aplicaciones de sus logros en todos los campos del quehacer humano, hace suponer cuánto se ha “perfeccionado la capacidad de matar y destruir” desde hace 77 años cuando Hiroshima y Nagasaki. Desde que esas dos primeras bombas se utilizaron en esa “prueba de campo” la miniaturización por la tecnología que llevó de los 4.700 kg. y más de 3 metros de largo a pesos mínimos y medidas compatibles para las “ojivas” que se montan en los misiles balísticos o de cruceros. Con sólo el ejercicio de comparar la fabulosa evolución de los sistemas telefónicos y sus prestaciones dese 1945 (con el fin de la IIGM) a nuestros días, concluimos cómo y cuánto pueden significar para la Humanidad todas las armas nucleares disponibles.

“ZLAN”: zonas libres de armas nucleares

No hay mejor razón para desterrar la amenaza nuclear mundial que todo el planeta sea una ZLAN. Por ahora sólo existen cinco zonas en las que estados de la que forman parte determinan su pertenencia formal con ratificaciones del compromiso de no poseer armas nucleares ni adquirirlas en el futuro. La más emblemática es la que define el Tratado de Tlatelolco (vigente desde 1969) y comprende América Latina y el Caribe. Su impulsor, el Dr. García Robles de México recibió por ello el Nobel de la Paz en 1982. El mérito de este tratado es que los países que administran territorios en la zona lo ratificaron (Holanda, hoy “Países Bajos”) y al igual que los cinco poseedores “autorizados” a poseer arsenales nucleares por el TNP ( Tratado de No Proliferación Nuclear), EEUU, Francia, Rusia, Gran Bretaña y China. Las otras ZLAN están definidas por los Tratados de Rarotonga, (Pacífico Sur) vigente desde 1985; el de Bangkok (Sudeste asiático), desde 1995; el de Pelindaba (Sudáfrica) vigente desde 1996 y suscrito por 51 países de África y el de Asia Central, que ratificaron cinco países ex-soviéticos, siendo la primera ZLAN del Hemisferio Norte. Y, en 1998, Mongolia, como país, ya no “zona”.

116 estados partes en ZLAN

La superficie sumada de esos estados equivale al 50 por ciento de la superficie de la tierra. Y los estados involucrados significan el 60 por ciento de los miembros de la ONU. Claro, no están comprendidas las que corresponden a las superficies de los cinco poseedores nucleares (“autorizados “por el TNP). Tampoco la de los otros cuatro: India, Israel, Paquistán y Corea del Norte.

La indiferencia de los 9 estados nuclearmente armados es casi rayana es la más elemental estupidez que permite analizar el problema y pretende resolverlo con otro. No descuido observar que en ello les va el futuro y el crecimiento de las empresas fabricantes de todos los elementos del sistema nuclear y sus bancos financistas, seguros de su negocio porque, en suma, el gobierno de los estados siempre pagan.

Un caso raro, aunque se intuye sobre su rareza

Si existe un lugar en el planeta que concentra en un relativamente circunscripto sector el mayor riesgo de enfrentamientos bélicos de todo tipo y aún por razones que no son “de estado”, Ese lugar es el Medio Oriente (M.O.). Egipto en 1961 promovió una ZLAN y logró interesar a muchos países árabes, y de los no alineados (NOAL) y al punto que la ONU aprobó una resolución en 1974 para ese propósito. Se puede decir, “pura intención, nada más” porque pese a la aceptación de 22 países árabes (incluido Palestina (Estado observador) no prosperó. No hay que ser adivino para colegir que a partir de esas acciones hubo un estado (miembro pleno de la ONU, desde 1949) que formalizó oposición y formuló observaciones ante la Asamblea General del organismo. Israel expresaba que formalizar una ZLAM en el M.O. era difícil y de alta complejidad. Pero no dejaba, de paso, de señalar el alto riesgo que para la zona implicaba Irán como una amenaza seria para la región, al que se le señalaba como encarando una nuclearización de su capacidad militar. Cabe señalar que Irán sí ratificó el TNP (Tratado de No Proliferación Nuclear). Y no posee arsenal nuclear, no hay dudas de ello. La totalidad de los estados que conforman el M.O. han ratificado el TNP, mientras que Israel no lo hizo.

Diplomacia creativa: 5+1 con Irán

Los cinco integrantes del Consejo de Seguridad (poseedores de arsenales nucleares consentido en el TNP) que son EEUU, Rusia, Gran Bretaña, China y Francia y más Alemania (la de la Merkel) habían consagrado un acuerdo en conjunto con Irán ¡nada menos!, en 2015 para desarticular su potencialidad encarada a construir armas nucleares. Mientras, se generó el “clima” levantando algunas medidas de embargo que sufría el país teocrático. Trump, ¡cuando no, Trump! decidió el abandono del grupo (2017) traicionando a los otros miembros y despreciando a Irán. Y el país persa, se sintió casi del todo desobligado a los acuerdos a los que se había llegado en este experimento denso y prometedor de diplomacia creativa.

No hay posibilidad alguna de crear la ZLAN en el M.O. mientras los sucesivos gobiernos de Israel lo impidan. Recordamos que en plena campaña electoral (2015) el ex primer ministro israelí Netanyahu en el Congreso de los EEUU se manifestó abiertamente en contra de Irán y del acuerdo que se concretaría con la conformación de ese extraordinario experimento de alta diplomacia de 5+1 con Irán, para asegurar la no producción de armamento nuclear. Omitía Netanyahu el preponderante papel de la OIEA (Organismo Internacional de Energía Atómica) con sede en Viena, garante del procedimiento. Joseph Goebbels, el más mentiroso de los hombres del nazismo que tanto significó para la materialización de la shoá, parece que tiene un imitador. Netanyahu mintió y sigue haciéndolo, aún cuando ya no es primer ministro. Nunca aceptó pronunciarse sobre si Israel era o no poseedor de armas nucleares. Si no dijo ni sí ni no, es obvio que podemos tener la respuesta. Bussi hizo lo mismo cuando le preguntaron en juicio sobre si tenía cuentas en Suiza: “ni niego ni afirmo”. ¿Para qué preguntar más por armas atómicas o cuentas en Suiza?

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