La Justicia pidió a EEUU datos sobre el avión retenido en Ezeiza y sobre el piloto iraní

Buscan saber si Gholamreza Ghasemi es investigado en aquel país y si se adoptó alguna medida restrictiva de su libre circulación.

EL AVIÓN SIGUE RETENIDO. EL AVIÓN SIGUE RETENIDO.
24 Junio 2022

La Justicia busca responder algunas dudas que surgieron a partir de la primera etapa de investigación, en torno del avión de la empresa venezolana Emtrasur y del piloto iraní Gholamreza Ghasemi.

El juez federal Federico Villena libró exhortos a los Estados Unidos para requerir más información sobre este y sobre la aeronave que aterrizó en la Argentina el lunes 6 del mes en curso y que se encuentra retenido en el aeropuerto internacional de Ezeiza.

La medida había sido solicitada por la fiscala Cecilia Incardona en el dictamen con el que el martes había imputado al piloto y había requerido investigar a toda la tripulación del avión: 14 ciudadanos venezolanos y cinco iraníes, cuyos pasaportes se encuentran retenidos por la justicia argentina, lo que les impide salir del país.

Aunque investiga la carga, el avión y a todos sus tripulantes, la fiscala hizo foco en el piloto porque la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés de Federal Bureau of Investigation) comunicó, mediante un documento que solo puede ser utilizado para actividades de inteligencia, que Ghasemi es CEO, miembro del consejo de administración de Qeshm Fars Air y, también, piloto, y que esa firma fue ligada por el Tesoro de los Estados Unidos a actividades terroristas.

Debido a ello, la fiscala había solicitado que se libre exhorto diplomático a Estados Unidos para que se amplíe lo ya informado y manifieste si Ghasemi resulta formalmente investigado en algún proceso en ese país y, en su caso, si se adoptó alguna medida restrictiva de su libre circulación.

En el mismo dictamen, la fiscala había requerido que se le pregunte a los Estados Unidos si pesa o no un embargo o restricción formal sobre la aeronave Boeing 747-300(M), matrícula YV3531.

La investigación apunta a determinar las irregularidades que circularon en torno a la tripulación que arribó a bordo del avión y, a partir de ello, dilucidar si ese vuelo tuvo otros objetivos que no fuera el declarado, de transportar autopartes para la firma Volkswagen.

La fiscala entiende que hay una serie de irregularidades alrededor del arribo del avión a la Argentina que ameritan investigar si su llegada no escondía, eventualmente, un acto de preparación para proveer bienes o dinero que pudieran utilizarse para una actividad de terrorismo, su financiamiento u organización.

Entre los elementos "irregulares" detectados por la Fiscalía en la primera parte de la investigación aparece una diferencia en la tripulación que abordó el vuelo en México y la que ingresó a la Argentina; además de que en el allanamiento al avión fue encontrado un plan de vuelo de abril a nombre de Qushm Fars Air, cuando supuestamente la aeronave ya pertenecía a la venezolana Emtrasur.

Tras los allanamientos a las habitaciones del hotel en el que se encuentran los tripulantes y a la aeronave secuestrada por la Justicia, la aparición de una Tablet que nadie reconoce como propia también levantó sospechas de quienes instruyen la causa.

La causa comenzó a tomar forma pocos días después de la llegada del avión a la Argentina, cuando la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) se presentó ante el Juzgado federal de Lomas de Zamora, reclamó que se investigue a la tripulación del avión por posibles vínculos con el terrorismo internacional y pidió ser tenida por querellante.

Para entonces habían ocurrido dos cosas que generaron sospechas: las petroleras que operan en Argentina se habían negado a cargar combustible al avión sancionado comercialmente por Estados Unidos y el miércoles 8 del corriente mes Uruguay le negó el ingreso a su espacio aéreo.

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