Cumbre en Olivos: El Gobierno quiere evitar otra crisis

Alberto Fernández analizó con Cristina Kirchner las medidas que quiere instrumentar para frenar al dólar. Sigue buscando el respaldo a la gestión de Batakis. La liga de gobernadores prevé un encuentro en el CFI para el miércoles, en medio de versiones de cambios en el gabinete. ¿Qué sucederá con Juan Manzur?

ARCHIVO ARCHIVO

El oficialismo quema sus últimos cartuchos. La idea es dejar de lado las diferencias políticas y emprender una cruzada contra el dólar, contra la especulación y, en definitiva, contra la inflación. El problema es que apela a viejas recetas como estrategia: restricciones cambiarias y más controles y fiscalizaciones en los comercios. La semana que pasó fue con demasiadas turbulencias. El dólar “blue” se escapó a $ 338 por unidad, mientras los tipos financieros no detienen su marcha. El Gobierno no sabe qué hacer para captar divisas y, de esa manera, intentar mejorar las reservas internacionales del Banco Central. Se esperan que en las próximas horas alumbren anuncios para incentivar al sector agropecuario a agilizar la liquidación de la cosecha.  

El presidente Alberto Fernández analiza varias medidas para seducir al campo e incluso no descartan la posibilidad de la baja temporal de retenciones o un tipo de cambio especial para el agro. Ahora cambió la estrategia. Recibió ayer en la Quinta de Olivos a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, en un intento para alcanzar el apoyo político a la batería de anuncios y, especialmente, a la figura de la ministra de Economía, Silvina Batakis, que hoy partirá hacia los Estados Unidos para reunirse mañana con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva. 

La titular del Palacio de Hacienda pedirá al organismo una flexibilidad en las condiciones frente a la escalada del dólar, la caída de reservas, la emisión monetaria y el desequilibrio fiscal. Si bien Batakis pondrá en la mesa las cifras de cumplimiento de las metas pactadas por su antecesor, Martín Guzmán, no se descarta que, hacia los próximos meses, la Argentina no pueda estar en línea con las condicionalidades frente a un cúmulo de desequilibrios macroeconómicos. “La paciencia se agota evidentemente, pero yo creo que el Fondo no quiere ser el que gatille una precipitación de una crisis que se está precipitando sola sin que el Fondo haga nada”, afirmó ayer Héctor Torres, ex representante argentino en el FMI.

Alberto Fernández no puede lidiar solo con tanta crisis. Sabe que su compañera de fórmula es clave para su supervivencia política. El peronismo, además, no está dispuesto a quedarse a mitad de camino. Como sea, el Frente de Todos quiere completar el mandato actual que se vence el 10 de diciembre de 2023. En el medio, el oficialismo tendrá que someterse a la voluntad popular y, en ese aspecto, es probable que haya un cónclave multisectorial para reacomodar las piezas y evitar la profundización de la crisis, comentó a LA GACETA un importante referente nacional del peronismo.

La semana que pasó no ha sido de buena cosecha para la Casa Rosada. Batakis no tuvo el respaldo suficiente como para tomar impulso frente a la corrida cambiaria. En su ausencia de esta semana, es probable que haya movimientos en el elenco de funcionarios cercanos a Alberto Fernández. Desde hace varios días circulan rumores y papers que no hacen más que reafirmar viejos rumores: Sergio Massa dejaría la presidencia de la Cámara de Diputados para convertirse en el nuevo jefe de Gabinete. ¿Qué pasará con Juan Manzur? 

El gobernador en uso de licencia no tiene previsto retornar a Tucumán y su perfil, según algunas fuentes oficiales, es claramente negociador. La Cancillería sería su próximo destino, un poco por la agenda internacional que posee el sanitarista tucumano y otro poco porque ese lugar le permitiría tener una mayor soltura a la hora de negociar con los distintos sectores socioeconómicos y políticos del país. Manzur vino este fin de semana a la provincia. Anoche trascendió que hoy retornará hacia la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para saber qué pasará con su destino institucional. Quienes están cerca de él siguen afirmando que el actual jefe de Gabinete está cómodo  en la Casa Rosada y que no hay cuestionamientos hacia su figura. 

Sin embargo, no participa directamente de las últimas reuniones el círculo rojo. Se lo vio activo a la hora de convocar a los gobernadores al Palacio de Hacienda. Al manzurismo le inquieta la posibilidad de que su líder pierda el poder de la billetera nacional con el cambio de puesto. Sin embargo, en los hechos, eso está sucediendo, ya que Batakis ha puesto en marcha el sistema conocido como caja única, con la que intenta disciplinar la política fiscal, poniéndole coto al gasto público y, así, cumplir la meta de reducción del déficit en las cuentas nacionales.

Los mandatarios peronistas, a su vez, están más activos que siempre. La liga de gobernadores tiene previsto reunirse el próximo miércoles en la sede porteña del Consejo Federal de Inversiones (CFI) para analizar la postura que asumirán ante la crisis política y económica actual, además de aunar criterios acerca de los planteos que le formularán al Gobierno nacional. ¿Qué hará Osvaldo Jaldo? El vicegobernador en ejercicio del Poder Ejecutivo también ha proyectado un viaje a Buenos Aires para el próximo miércoles. Pero su destino es la Casa Rosada, donde participará de los anuncios vinculados con la tarifa social para la energía, en un acto que encabezaría el Presidente y el secretario de Energía de la Nación, Darío Martínez. Su visita al CFI estará supeditada a la agenda y a lo que se defina en la charla que mantendrá con Manzur.  

En las próximas horas, el Gobierno nacional terminará de definir los anuncios económicos, con el fin de frenar las presiones cambiarias antes de la apertura del mercado de mañana. Alberto Fernández ha endurecido su discurso contra el campo, un mensaje que irritó a la Mesa de Enlace. “Argentina sigue creciendo en un contexto que pone otros desafíos: enfrentar la inflación, a los que especulan con el dólar, a los que guardan U$S 20.000 millones en el campo y no los liquidan esperando una mejor rentabilidad cuando el país los necesita”, enfatizó el viernes el mandatario nacional.

La reacción contra los dichos del Presidente no sólo llegaron desde el campo y desde la oposición, sino también desde el propio oficialismo. “No comparto las expresiones del Presidente, lo digo con toda claridad. No se ve ninguna especulación en el sector productivo de Santa Fe”, dijo el gobernador de esa provincia, Omar Perotti. Antes lo había hecho el cordobés, Juan Schiaretti, a través de algunos parlamentarios que responden a su línea política.

¿Y los dólares?

El Gobierno aún no muestra un programa macroeconómico consistente. Puso el foco en el turismo para canalizar los dólares que traen los visitantes del extranjero y que ahora pueden canjearlos a un tipo de cambio cercano al dólar MEP. El éxito de esta medida será muy acotado, advierte un reporte de Invecq Consulting. De todas formas, aun si así se lograra volcar todo el volumen de dólares de los turistas en el mercado cambiario formal, la implementación es tardía y ataca solo una pequeña parte de todo el gran problema que atraviesa el Banco Central y su dificultad para acumular divisas. En los últimos 10 años el ingreso de divisas provenientes de Viajes y Transporte de Pasajeros fue en promedio de U$S 1.500 millones anuales, cifra que se eleva marginalmente hasta los U$S 1.800 millones anuales si se excluyen los atípicos años 2020 y 2021.

Según la consultora, hasta mayo el ingreso de dólares por este concepto fue de U$S 166 millones, lo que se estima representa solo una cuarta parte de lo que se podría haber captado de existir un mercado de cambios normalizado. A su vez, en lo que va de julio el Banco Central (BCRA) ya ha tenido que desprenderse de unos U$S 1.000 millones, más de lo que podría llegar a captar por la nueva disposición en todo lo que resta del año. A todo esto, se suma una restricción adicional, esta vez sobre la tenencia de Cedears, que serán considerados dentro del límite de U$S 100.000 que puede tener cada empresa que accede al Mercado Único y Libre de Cambios (MULC). Lejos de ser esto un gran alivio para el balance del Central implica en cambio una nueva traba para las empresas a la hora de alocar el gran excedente de pesos, que cada vez cuentan con menos opciones por fuera de lo que ofrecen el Tesoro o el BCRA, señala la firma que dirige el economista Esteban Domecq.

Por el contrario, la raíz del problema radica en los incentivos a los que se enfrentan tanto exportadores como importadores. “Mientras que los primeros se encuentran afectados no solo por el diferencial de tipo de cambio sino también por las retenciones, los últimos aprovechan el dólar subsidiado para adelantar compras en el exterior, lo cual se presenta hoy como la mejor alternativa para manejar los excesos de liquidez ante la falta de instrumentos de inversión que ofrezcan rendimientos reales y no representen una alta exposición al riesgo soberano o de inflación”, explica.

Como resultado, junio arrojó un neto negativo de la balanza comercial por primera vez en 18 meses, reflejando que el viento a favor por los altos precios de los commodities fue superado por los elevados costos de la energía, el encarecimiento general de los bienes por el contexto inflacionario mundial, y el atractivo por demandar bienes del exterior gracias a un dólar oficial atrasado. A esto se suma el gasto en fletes que, dado el salto en los precios internacionales, implicó una salida de U$S 1.720 millones en los primeros cinco meses del año, más del doble del promedio del mismo período en los últimos 10 años.

Esta falta de dólares originada en desajustes e impericias locales se combina con un frente externo que luce cada vez más adverso, con una inflación mundial que no cede y da lugar a políticas contractivas más agresivas por parte de los principales Bancos Centrales del mundo, señala Invecq. A la inédita suba de 50 puntos básicos por parte del Banco Central Europeo se sumará esta semana una nueva suba por parte de la FED, allanando el terreno para una desaceleración de la actividad económica, flujos de fondo profundizando el vuelo hacia la calidad, y commodities que probablemente no retornen a los precios máximos vistos previamente este año.

La realidad muestra que seguir aplicando parches en una economía que funciona sobre la base de incentivos contradictorios no hace más que agravar el problema. La prueba está en que, a falta de la última semana, en julio el Banco Central ya perdió toda la cantidad de dólares acumulados en junio, y en 2022 lleva comprados solo el 12% de lo que había acumulado para el mismo período del 2021. De esta manera la situación macroeconómica deja en evidencia la ausencia de un plan por parte del gobierno, el incumplimiento y las falencias del programa con el FMI y la falta de respuestas efectivas por parte de la nueva gestión económica, finaliza la consultora.

Comentarios