09 Agosto 2022
RESILIENCIA. Eso es lo que pide Diarte para salir fortalecido de este paso en falso. “Esto es San Martín y, como siempre, vamos a dar pelea hasta el final”, sentenció. ARCHIVO LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ
“Estamos con mucha bronca. Defendemos a un club muy grande que tiene aspiraciones importantes y en el que tenemos la obligación de ganar. Por eso, este tipo de partidos no se nos pueden escapar y, sin embargo, esta vez se nos escapó. Duele muchísimo”. Lucas Diarte fue uno de los primeros jugadores en abandonar el vestuario visitante del Osvaldo Baletto tras el 0-1 contra el “Candombero”.
Con los ojos vidriosos, que reflejaban que el inesperado resultado en contra había golpeado los ánimos de toda la delegación “santa”, caminó con la mirada clavada en el suelo hasta subirse al ómnibus. Estaba mal en serio y se le notaba a un kilómetro de distancia.
“Dio muchísima tristeza haber perdido ese partido. Tristeza y bronca porque dejamos escapar tres puntos que debíamos haber conseguido”, le dice el lateral a LG Deportiva, intentando dejar atrás el mal trago. Aunque claro, esa no parece ser un tarea demasiado sencilla.
Según su óptica, la diferencia entre el “Candombero” y el “Santo” sólo fue que el local acertó un pleno, mientras que San Martín falló cada chance que se le presentó. “Todo análisis se disuelve porque no podemos convertir. Eso termina modificando el juego, el estado de ánimo e impide que los rivales salgan a jugarnos. Tenemos que aprovechar cuando tenemos una chance porque eso nos permitirá abrir los partidos y, sobre todo, ganarlos”, asegura, explicando cuál fue la falla “santa” en la Isla Maciel. “Antes del gol de ellos nosotros habíamos tenido tres o cuatro situaciones claras para marcar. Y no las convertimos. Para colmo, sabiendo que necesitábamos ganar, asumimos riesgos como siempre lo hacemos; nos agarraron de contra y nos lastimaron”.
Bronca, dolor, ganas de tener ya mismo una revancha. Esas son las sensaciones que experimenta Diarte. “Duele muchísimo porque este grupo hace mucho esfuerzo para conseguir los tres minutos. Trabaja con todo y la verdad es que en esta oportunidad nos fuimos vacíos”, sentencia.
Pero el fútbol da revancha y el ex Estudiantes y Central Córdoba de Santiago lo sabe. Los empates de All Boys, Gimnasia de Mendoza y la derrota de Belgrano sirvieron como premio consuelo en un fin de semana negro para San Martín. Ahora, en Bolívar y Pellegrini comenzaron a meterle garra y corazón para intentar levantarse de cara al juego contra el “Lobo” mendocino. “Tenemos la obligación de ganar siempre. Eso no es presión, simplemente es lo que debemos hacer”, jura Diarte y apunta a que su equipo se ponga de pie, pese a que muchos hinchas mostraron desazón y hasta desconfiaron de ver un futuro mejor para el equipo. “Nos quedan nueve partidos y tenemos que ganar lo máximo que podamos. Hay que tratar de llegar al ascenso directo. Esto es San Martín y, como siempre, vamos a dar pelea hasta el final. Nunca vamos a bajar los brazos”, concluye, dejando en claro que una derrota no matará la fe y la esperanza.
A trabajar
Luego de haber tenido libres el domingo y ayer, el plantel “santo” retomará hoy los entrenamientos en el complejo “Natalio Mirkin”. Pablo De Muner comenzará a trabajar para tratar de que el equipo deje atrás el tropezón de la Isla. El domingo recibirá a Gimnasia (M), el equipo que menos goles recibió en lo que va de torneo.
Instituto es único escolta
En el “Madre de Ciudades”, Güemes e Instituto igualaron 1 a 1. Así, la “Gloria” se transformó en el único escolta del torneo y achicó la distancia con Belgrano. El resto de los partidos de ayer fueron: Gimnasia (J) 3-Quilmes 1 y San Martín (SJ) 3-Brown (A) 2. Hoy jugarán: Almirante Brown-Independiente Rivadavia.
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