Instagram puede ayudarnos a proteger a nuestros hijos

“Ha sido un error dejar que los chicos entren a las redes sociales”, tituló hace pocas semanas un ensayo publicado en el New York Times que volvió a encender las alertas sobre el rol de las plataformas y las situaciones de acoso que pueden sufrir los menores de edad. Yuval Levin, autor de dicho texto y académico del American Enterprise Institute, enfatizó en que si Instagram o TikTok fueran lugares físicos, probablemente los padres nunca dejarían a sus hijos ahí solos, por lo tanto, deberían tener la misma capacidad de decisión sobre la presencia en los espacios virtuales.

Admitir que las redes son el lugar predominante para los jóvenes y adolescentes es casi una obviedad, pero no es tan claro el rol que pueden asumir los adultos a la hora de acompañar a sus hijos en esos espacios. Según Levin, existe una sensación de que es casi imposible tener un lugar activo en la participación de los menores en las plataformas, pero no es así. La clave, según el autor, está en empoderar a los adultos ante los riesgos que conllevan las redes sociales y para ello existen herramientas legítimas como la verificación de edad que disponen dichas tecnologías.

Casi en sintonía con estas advertencias, una de las redes más populares entre los jóvenes lanzó una serie de actualizaciones con el fin de fortalecer sus medidas frente a situaciones de acoso y difusión de contenido sensible. Instagram anunció la semana pasada que aumentará el control de contenido delicado a través de una serie de opciones que sería importante que como adultos conozcamos y tomemos un rol activo, como sugiere Levin.

Según explica en su blog, Instagram ya cuenta con un control de contenido delicado que tiene dos opciones para los adolescentes: “Estándar” y “Menos”. Para los menores de 16 años que se registran en la red, la opción predeterminada a la que tienen acceso ahora será “Menos”, de esta manera dicho público tendrá menos posibilidades de quedar expuesto a material delicado en cualquiera de las secciones de la red social, tales como “Buscar”, “Explorar”, “Páginas de hashtags”, “Reels”, “Recomendaciones del feed” y “Cuentas sugeridas”. La plataforma también invitará a los usuarios que ya están registrados a revisar sus configuraciones de contenido para ampliar sus opciones de protección.

Desde mitad de año, la red social además puso a disposición herramientas de control parental, con una serie de opciones que posibilitan a los adultos tener un mayor control sobre lo que hacen sus hijos en este entorno. Entre dichas habilitaciones, los padres pueden enviar invitaciones a sus hijos para activar las herramientas de supervisión, ya que antes solo los menores podían enviar invitaciones. Además, pueden definir horarios específicos durante el día o la semana para limitar el uso de Instagram y finalmente se puede obtener más información sobre una cuenta o una publicación que haya reportado su hijo, incluidos detalles sobre a quién reportó y el tipo de reporte.

A pesar de estas funcionalidades, la tecnología no lo resuelve todo. Para activar la mayoría de estas opciones tanto adulto como el menor deben estar de acuerdo con la supervisión parental. Además, cualquiera de las partes puede desactivar dichas opciones en cuanto lo decida Por lo tanto, el diálogo previo resulta clave para acordar este tipo de acompañamiento. Así, como apunta Levin, dicho pacto no tiene que ser tan diferente como cualquier acuerdo que establecen un adulto y un menor a la hora de habitar un espacio público en el mundo analógico.

Las redes sociales potencian la capacidad de interacción y socialización de los usuarios. Amplifican la red de relaciones que tenemos y allí están inmersos nuestros hijos, con los riesgos y beneficios que estas prácticas pueden conllevar. Por eso, hablar de “reels”, “influencers” o “tendencias” puede costar para quien no haya habitado los espacios virtuales, pero si queremos acompañar a los que más queremos, es hora de tomar un rol activo, por más que nos cueste.

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