Papa beato: Candela Giarda, la chica del milagro

La joven, que tiene hoy 22 años, tenía 10 cuando se enfermó de encefalitis

EN VIDEO. Candela no pudo asistir a la beatificación, pero envió saludos. Infobae EN VIDEO. Candela no pudo asistir a la beatificación, pero envió saludos. Infobae
05 Septiembre 2022

Candela Giarda, la joven argentina que hace algunos años recibió el milagro que hará beato a Juan Pablo I, dijo que “la intercesión del ‘Papa de la sonrisa’” le dio una segunda oportunidad de vida.

La joven envió un video en el que agradece al Papa Juan Pablo I “por esta segunda oportunidad de vida que me dio; y al Papa Francisco por invitarnos”.

La joven tenía 10 años y vivía en Paraná, la capital de la provincia argentina de Entre Ríos, cuando se enfermó. Tenía dolores de cabeza, vómitos y fiebre. En marzo de 2011 la internaron en el Hospital Pediátrico de Paraná a causa de las convulsiones que comenzó a sufrir.

Poco después, la trasladaron a la unidad de Pediatría de la Fundación Favaloro de Buenos Aires. Allí quedó internada, porque su pronóstico no era bueno.

Desesperada, su madre, Roxana Sosa, se acercó a la parroquia Nuestra Señora de la Rábida, para solicitar la visita del entonces párroco, Juan José Dabusti.

El sacerdote comenzó a visitarla, le administró la Unción de los Enfermos y animó a Roxana a rezar pidiendo la intercesión de Juan Pablo I, por su hija que estaba intubada y que había quedado en estado vegetativo. Para entonces, Candela tenía 11 años y pesaba 19 kilos. El relato de su madre, que reproduce ACI Prensa es que, con las oraciones, “comenzó a mejorar hasta quedar sana por completo”.

Candela tiene hoy 22 años y no tiene secuelas del síndrome epiléptico por infección febril, enfermedad que afecta a una persona en un millón, en general sin posibilidades de sobrevivir.

En el video, Roxana dijo: “estamos emocionadas, es algo muy importante que beatifiquen al Papa gracias al milagro de Cande. Lo que pasó con Cande quizás ayude a otras personas a tener más fe y esperanza ante los momentos difíciles”.

“Agradecemos las oraciones brindadas y nos encomendamos a las oraciones del Papa Francisco y nosotras vamos a seguir rezando por él”, concluyó Roxana.

La invitación para asistir a la beatificación de Juan Pablo I quedó pendiente. “No pudimos ir porque me fracturé el pie, pero en algún momento vamos a poder ir a la tumba de Juan Pablo I”, aseguró la joven.

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