12 Septiembre 2022
Luego del fallecimiento de la reina Isabell II el pasado jueves, surgieron un sinfín de incógnitas, entre ellas: ¿a dónde irá todo el dinero de su herencia?
Vale recordar que detrás de la reina hay varias figuras de su familia que ya tienen cargos fijos dentro del Palacio de Buckingham y que además, según algunos rumores, no tenían muy buena relación con la monarca más longeva del mundo.
El heredero directo de Isabel es su hijo Carlos, quien ahora la sucedió en el trono bajo el nombre de rey Carlos III. Es él quien recibiría todo el patrimonio público que se reparte en joyas, propiedades, obras de arte, inversiones, bienes inmuebles e incluso 32.000 cisnes. Todos valorados en € 500 millones según estima la revista Forbes.
Además, entre los inmuebles de los que podrá disfrutar a partir de ahora el nuevo rey de Inglaterra se encuentran: el Palacio de Bukingham, el Palacio de Kensington, y terrenos y propiedades en todo Reino Unido, como la calle londinense Regent Street o el hipódromo de Ascot. Propiedades públicas que se encuentran protegidas por el Estado y que no podrían ser vendidas.
Por otro lado, recibirá un sueldo denominado “subvención soberana”, que cubre sus viajes, la seguridad, el personal y el mantenimiento de los palacios reales, que podría ser unos € 85 millones como mínimo.
En cuanto a las codiciadas joyas que fueron de la reina Isabel, estas también pasarían a ser heredadas por su hijo, quien podría entregarselas a la reina consorte Camilla. Desde 300 piezas, entre ellas 98 broches, 46 collares, 34 pares de pendientes, 15 anillos, 14 relojes y cinco colgantes, de las más caras y extensas del mundo.
Con respecto a los bienes privados, como por ejemplo el castillo de Balmoral -muy significativo ya que, además de ser su residencia de verano, ha sido el lugar donde Isabel II ha pasado sus últimos días- y Sandringham, donde suelen pasar las navidades, también pasarían a ser manejados por el nuevo rey.
Además de esto, la reina tendría ahorrados más de € 400 millones correspondientes a parte de una colección de joyas privada y otra muy valiosa de importantes sellos.
Teniendo en cuenta todo ello, si bien aún no se informó de manera oficial cómo quedará repartida la herencia, los medios locales estiman que toda la fortuna será repartida entre sus cuatro hijos y sus ocho nietos, pero esto podría cambiar ya que no existe una ley que obligue a la reina a dividir los bienes de un modo específica, por lo que cabría la posibilidad de que hubiera dejado fuera del reparto a algún miembro de la familia.
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