Una performance teatral que reivindica los cuerpos disidentes

“Gorda”, la propuesta de Fernanda Ormaechea y Diego Palavecino, tendrá dos funciones en Puerto Cultural Libertad. Tiempo de derechos.

Una performance teatral que reivindica los cuerpos disidentes

Una de las formas de discriminar más extendidas (e incluso aceptadas silenciosamente) es la gordofobia. Sostenida por la cultura de la dieta y la reivindicación de la flacura como sinónimo de salud, el cuestionamiento a las personas con sobrepeso circula por las sociedades disfrazado de consejos inocentes y genera un profundo malestar y desvalorización entre quienes lo reciben.

“Gorda”, la propuesta que llega esta noche desde Santiago del Estero a Puerto Cultural Libertad (Las Piedras 1.850) con dos funciones, a las 21 y a las 22.30 con entradas 2x1 dentro del programa Reactivar Escenas del Instituto Nacional del Teatro, desafía esos planteos desde la primera persona. Fernanda Ormaechea en la instalación teatral performática desde sus textos e intervención y Diego Palavecino en la puesta en escena, se adentran en preguntar, contar y construir desde “un cuerpo como espacio de disidencia a la norma que impone una sociedad que controla y reprime definiendo lo bello, lo sano; que nos desprecia, que plantea la validez o invalidez de los cuerpos”.

“Se desarrolla como una construcción colectiva, en la que llamamos constructores a los espectadores, quienes deciden participar prestando su voz. Es intimista, con la ambición de que los presentes se miren, se pregunten, recuerden a sus gordos; puedan situarse en esos espacios donde generaron o sufrieron discriminación por portar un cuerpo fuera de la norma. Así, cada función es única, con un marco de improvisación algo reglada porque los textos a leer están preestablecidos, ya que hacen a una producción pensada para que ocurra lo que el público genere”, le explica a LA GACETA la protagonista de esta performance.

- ¿Cómo la construyeron?

- La creación responde a los meses de encierro impuestos por la pandemia en la que los gordos parecíamos ser (una vez más) los blancos perfectos, ahora para morir de covid. Me preguntaba sobre la naturalización de los cuerpos regidos por la hegemonía de turno; así comencé a escribir el texto, y en el camino invité a Diego, mi compañero de grupo teatral, a participar con su mirada de director, puestista y amigo. Después hicimos entrevistas sólo con dos preguntas que funcionaban como disparador: ¿cómo es tener un cuerpo diferente en un mundo para flacos y cuál fue tu primera dieta? De ellas salieron muchas voces que intervienen en la pieza con una gran diversidad de miradas e historias; hablamos con una psicóloga y el proyecto fue creciendo, sumamos a Diego Díaz con visuales por su mirada sensible y profesional, a Carlos Ríos y Fla Roldán para profesionalizar el sonido, a Flor Leyría en el arte gráfico y a Ana Lía Chara, como conductora.

- ¿La carga autorreferencial es determinante?

- Esa carga existe porque soy mujer, porque vivo en este mundo en el que se nos exige ser bellas (de forma hegemónica), ocupar poco espacio y adornar con silencio; además tengo amigas, compañeras y colegas que deben acomodarse a los estereotipos. La Argentina es un país con altos índices de trastornos alimenticios en cada vez personas más jóvenes. Según el Inadi, la gordofobia es la segunda causa de discriminación, por sobre de la religión y de la etnia.

- El proyecto ganó el Concurso Nacional de Experiencias de Creación Escénica del Instituto Nacional del Teatro. ¿Qué implicó este aval?

- Ganar fue absolutamente sorpresivo, eran 927 propuestas de todo el país, y es la primera vez que triunfa un proyecto santiagueño y encima con el primer lugar. Ha sido un orgullo inmenso para nuestro grupo El Yunque Teatro, en tiempos donde la cultura fue apagada por el covid, con años de olvido por la falta de políticas públicas locales.

- ¿Cómo fue la experiencia en las funciones que ya tuvieron?

- Lo que vamos acumulando nos sorprende función a función. Estrenamos en mayo, y en cada salida es gente que nos cuenta sus historias, personas que nos felicitan contrariados, otras sumidas en un silencio absoluto... “Gorda” es una experiencia y el tránsito es personal.

- Virgie Tovar tituló a su libro “Tenés derecho a permanecer gorda”. ¿Se está llegando a esa instancia, a reclamar que se lo respete como un derecho ante la presión social y mediática que existe?

- Tenemos derecho a ser como queremos, sin consejos de pseudonutricionistas u opinadores, sin prejuicios ni valoraciones. El cuerpo de las mujeres ha sido uno de los más colonizados en la historia de la humanidad y hoy quiero ser escuchada, quiero que tengamos voz. Los gordos somos sujetos de derecho y es tiempo de hablar de la gordofobia.

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