La baja del desempleo y la informalidad laboral

23 Septiembre 2022

El segundo trimestre de este año ha mostrado, en las estadísticas oficiales, que la actividad económica de Tucumán comenzó a mostrar signos de recuperación en su fase más sensible: el capital humano. La tasa del 7,2% de desocupación registrada durante ese período en el aglomerado urbano del Gran Tucumán-Tafí Viejo, donde residen casi un millón de ciudadanos, es una señal alentadora si se toma en cuenta los desequilibrios macroeconómicos que arrastra la Argentina. Actividades como la construcción, pública y privada, y el turismo contribuyeron a la mejora del indicador, que se ha reducido cinco puntos porcentuales respecto de igual período de 2021, de acuerdo con el reporte difundido por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

En la reducción del desempleo también jugaron otros dos factores: los asalariados públicos y los cuentapropistas -monotributistas, autónomos y monotributistas sociales-. En el caso de los primeros, el crecimiento interanual ha sido de casi 3%, pero se destaca por no haber exhibido números en rojo durante la pandemia. Tal es así que el crecimiento respecto a 2019 es de 2,3% por encima del crecimiento poblacional, según un informe de Ecolatina. Si bien los cuentapropistas sí sintieron el impacto de la pandemia, la recuperación -apuntalada también por la regularización de la asistencia social vía monotributo- muestra un avance de casi 10,2% considerando también el aumento de la población desde 2019.

Desde el Gobierno provincial se ha argumentado que la baja de la desocupación fue producto de la tarea mancomunada entre los sectores público y privado. El desafío, entonces, pasa por dos carriles: que el Estado garantice la generación de empleos de calidad, bajando los costos que implica el sostenimiento de la dotación de personal; también, que las empresas y las industrias aseguren las condiciones para ampliar la capacidad de producción. La luz de alerta, en este sentido, se enciende por la falta de dólares, ya que, en muchos casos, los insumos son importados y cotizan en la divisa estadounidense.

Un párrafo especial en la dinámica del mercado laboral constituye el incremento del empleo informal. Esa franja de trabajadores ha sido la que padeció el golpe más duro de la pandemia y, aún en épocas normales, los índices son alarmantes, ya que esa informalidad afecta a tres de cada 10 asalariados argentinos. Aún así, en tiempos de crisis, este tipo de contratación en negro ha repuntado exponencialmente, debido a la necesidad de no quedar inactivos ante la fuerte aceleración inflacionaria. Así, se reincorporan al mercado laboral bajo esta modalidad. Desde hace varios años, el Gran Tucumán-Tafí Viejo muestra las tasas más elevadas de trabajo no registrado entre los 31 aglomerados urbanos de la Argentina. Según las mediciones oficiales, este tipo de contratación informal afecta al 46% de los asalariados del distritos (suman 122.865 personas). En este sentido, también corresponde un trabajo coordinado entre el Estado y las empresas, con el fin de que esa dotación de empleados, que no podrán gozar de una jubilación futura, y no cuentan con cobertura de obras sociales, tengan la posibilidad de alcanzar cierta estabilidad laboral. Otro aspecto a mejorar se vincula con la inflación. Tucumán, en este aspecto, también evidencia un problema estructural en cuanto al nivel de ingresos promedios en los distintos sectores de la economía. Por esa razón un tercio de los ocupados deben salir a buscar otro empleo para contar con más ingresos y, así, no quedar expuestos a la pobreza, medida por ingresos. Las estadísticas oficiales sirven como un diagnóstico preliminar sobre lo que hay que corregir para mejorar la imagen de la provincia.

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