Axel Kuschevatzky: “’Argentina, 1985’ es la historia de David contra Goliat”

Axel Kuschevatzky produjo el filme que reconstruye el juicio a las juntas militares. De una idea en un café a ser ovacionados en Venecia y San Sebastián.

AXEL KUSCHEVATZKY. “No buscamos hacer un documental pero sí una película que siguiese los hechos más importantes de una historia real”.  AXEL KUSCHEVATZKY. “No buscamos hacer un documental pero sí una película que siguiese los hechos más importantes de una historia real”.

El 9 de diciembre de 1985 se dictó sentencia en el juicio a las juntas militares. Cinco de los nueve integrantes de las juntas fueron condenados por llevar a cabo un plan sistemático de exterminio en el marco de la dictadura cívico-militar en Argentina desde marzo de 1976. “Este proceso (la dictadura) ha significado para quienes hemos tenido el doloroso privilegio de conocerlo íntimamente una suerte de descenso a zonas tenebrosas del alma humana, donde la miseria, la abyección y el horror registran profundidades difíciles de imaginar antes y de comprender después”, definía el fiscal Julio César Strassera al iniciar su alegato final. Al terminar su exposición el fiscal inmortalizó la frase: “Señores jueces, quiero renunciar expresamente a toda pretensión de originalidad para cerrar esta requisitoria. Quiero utilizar una frase que no me pertenece porque pertenece ya a todo el pueblo argentino, señores jueces: nunca más”.

En su alegato, Strassera habló de la “imposibilidad de considerar uno por uno los miles de casos individuales” que exhibieron a lo largo de 17 “dramáticas semanas de audiencia”: “Tan solo 709 casos que no agotan el escalofriante número de víctimas que ocasionó lo que podríamos calificar como el mayor genocidio que registra la joven historia de nuestro país”, dijo y aseguró que “la nación argentina había sido ofendida por crímenes atroces”.

Llegar a ese momento no fue fácil para los fiscales Strassera y Luis Moreno Ocampo y su historia es la que se cuenta en la película “Argentina, 1985” que trascendió con gran éxito en festivales internacionales y, luego de su estreno en nuestro país, llegará a las sales de Estados Unidos, Canadá, Uruguay, España, entre muchos otros y hoy está transitando la carrera para los premios Oscar.

La historia que narra la película, es una historia de poder. Los fiscales debieron enfrentarse a quienes habían conducido el país durante siete años de dictadura militar que había empezado con el golpe de estado del 24 de marzo de 1976. Fue Raúl Alfonsín, el primer presidente de la democracia restaurada en Argentina quien, a través de un decreto de 1983, solicitó el juzgamiento a los militares que ordenaron cometer los crímenes de lesa humanidad contra los ciudadanos de argentina. Ese año se dispuso también la creación de la Conadep (Comisión Nacional de Desaparición de Personas), un órgano descentralizado que tenía por objetivo investigar la desaparición forzada de personas durante la dictadura, del cual participaron numerosos referentes del país como periodistas, académico, profesionales argentinos de la talla de Ernesto Sábato, René Favaloro, Hilario Fernández Long y Magdalena Ruiz Guiñazú, entre muchos otros.

El director Santiago Mitre (“La Cordillera”) se puso al hombro la difícil tarea de reconstruir el Juicio a las juntas militares realizado durante el primer gobierno democrático luego de la dictadura de 1976, a cargo de Raúl Alfonsín. “Desde los juicios de Núremberg (Alemania), ningún país se atrevió a llevar a una dictadura a juicio. Hasta Argentina, en 1985”, dice el tráiler en donde se palpita un guion cargado con intriga, acción y toques de humor. Ricardo Darín interpreta a Strassera y Peter Lanzani a Moreno Ocampo. Ambos realizan una de las mejores interpretaciones de sus carreras.

Para reconstruir esos años, los productores, director y guionista se basaron en expedientes judiciales, fuentes periodísticas, entrevistas y charlas con las personas que fueron parte de esta historia. Desde jueces hasta el equipo de la fiscalía. “Fue bastante extensiva la búsqueda”, explicó el productor Axel Kuschevatzky a LA GACETA quien compartió trabajo con Victoria Alonso, argentina y presidenta ejecutiva de Marvel Studios. “Trabajó con nosotros en el desarrollo y en pensar la película y mucho en la posproducción”, explicó Kuschevatzky.

Los videos en redes sociales que muestran la ovación del público en la presentación de la película argentina circularon por todo el país y emocionaron a millones. En el Festival de San Sebastián, España, el actor y uno de los coproductores de esta película, Chino Darín, hijo de Ricardo Darín -que interpreta al fiscal Strassera- destacó “la importancia que tiene que una película sobre la democracia reciba el premio del público. Más en estos días, cuando los discursos de odio no respetan la democracia que supimos construir”, dijo.

“Fue hermoso todo lo que sucedió en los festivales. Los premios, las ovaciones nos dieron la alegría de saber que la película conectaba con públicos muy diferentes y de diferentes países”, dijo Kuschevatzky en diálogo con LA GACETA: “cuando trabajás en una película siempre tenés miedo que no funcione, y con esta película sí funciona”.

-¿Cómo surgió la idea de contar esta historia del juicio a las juntas militares?

- Santiago Mitre ya tenía este tema en mente y un día, en una charla de café, empezamos a pensar cuáles eran las películas que nos gustaban y habían impresionado y nos preguntamos: ¿qué historia argentina relevante podría contarse como un thriller político? Santiago me dijo: “El juicio a las juntas”, e inmediatamente le dije: “hay que contar esa historia”.

No imaginamos en ese momento que íbamos a estar cuatro años armando un proyecto y que nos iba a gustar tanto el trabajo final.

-¿Qué veían en esa historia?

-Nos movilizaba la historia de David contra Goliat: tipos anónimos, sin herramientas, llevando adelante una causa improbable -sino imposible- y ganándola, pudiendo establecer la verdad por sobre todas las cosas.

-En aquella época eras joven, ¿qué recordás de esos momentos históricos?

-En esa época era adolescente y seguí de cerca lo que iba pasando. Estuve atento y al tanto de todo. Mis papás eran personas actualizadas, muy atentos a las noticias y a la realidad y esos temas se conversaban en casa.

Recuerdo que me impactó mucho el informe de la Conadep que se había presentado un año antes, que existiera el juicio a la juntas la existencia aunque no terminaba de entender bien qué podía pasar con todo eso.

Creo que fue un soplo de aire fresco para los argentinos. Más adelante me deprimí mucho con los alzamientos militares, con las negociaciones con gente que había cometido crímenes horribles, las cuestiones como el punto final y obediencia debida y después el indulto que se realizó dentro del gobierno de Carlos Menem fue demoledor. La sensación fue: “habíamos charlado algo y después hacen otra cosa”.

-¿Cuánto hay de realidad y cuánto de ficción en la película?

-Hay muchísimo de realidad. Obviamente algunas cosas de la línea temporal están cambiadas y dramatizadas. No buscamos hacer un documental pero sí una película que siguiese los hechos más importantes y fuese una interpretación -casi una ilustración- de una historia real. Es decir, todo se cuenta desde la óptica de Santiago Mitre, el director, y Mariano Llinás, el guionista y siempre apoyándonos en testimonios y documentos.

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