Atlético Tucumán: esperanza “mata” dolor

Pese a la caída de ayer, en Atlético nadie baja los brazos; los hinchas tienen fe de cara al final

SACRIFICIO. Matías Orihuela elude a Raúl Lozano durante el juego que terminó siendo favorable al local. “Mati” sufrió por su banda el despliegue de los volantes de Patronato que eligieron ese sector para atacar. Foto de Javier Escobar - Especial para La Gaceta SACRIFICIO. Matías Orihuela elude a Raúl Lozano durante el juego que terminó siendo favorable al local. “Mati” sufrió por su banda el despliegue de los volantes de Patronato que eligieron ese sector para atacar. Foto de Javier Escobar - Especial para La Gaceta

La salida del plantel del estadio visitante se dio con total normalidad. Los hinchas del “Patrón” que aún permanecían en el estadio fueron indiferentes para con el equipo que llegó con el rótulo de líder.

Incluso, hasta un plateista se animó a un pedido que sorprendió a todos: “Mario, Mario, apoyemos el torneo de 30 (equipos), Mario; por favor. Apoyemos al fútbol del interior, confiamos en vos”, dijo el hincha de Patronato, en tono de súplica a Mario Leito que, a la distancia, asintió con su cabeza sólo para conformarlo. Los pensamientos del presidente “decano”, en ese momento, estaban en otro lado.

Ya en el aeropuerto, cuaderno en mano, Matías Villavicencio y Alejandro Albornoz empezaron a anotar todos los detalles que dejó el partido. En la carrera al título, cada segundo es valioso y en el cuerpo técnico de Atlético aprovecharon la espera -desde las 18.50 hasta el despegue- para revisar algunos videos y pintar las hojas de un cuaderno tapa dura con la información vital que dejó el 1-2 en Paraná. Minutos después, también se sumaron a la charla Lucas Pusineri y Fernando Amoroso (preparador físico).

Mientras se esperaba el embarque, los minutos fueron eternos. Las caras largas se multiplicaron en la sala de espera del aeropuerto Justo José de Urquiza. Ni los efusivos aplausos de los hinchas, en el arribo de los jugadores mitigaron la sensación que dejó la derrota.

“Vamos, vamos, vamos; que no decaiga. Hay que prepararse para lo que viene”, alentó Pusineri a los jugadores e hinchas que esperaban el Boeing 737-700 que recién despegó a las 20.10 del suelo entrerriano y aterrizó a las 21.17 en Tucumán, donde en algunas horas jugará ante Platense por la fecha 23 de la Liga Profesional.

A diferencia del viaje de ida esta espera transcurrió sin risas y con escasas palabras. Absolutamente todos los viajeros estuvieron inmersos en sus celulares, cabizbajos. Algunos hablando con la familia, otros mirando Boca-Vélez y sufriendo con un Agustín Rossi que se mostró imbatible.

Para colmo, mientras todos se acomodaban en el avión, Boca se puso 1-0 arriba y el silencio se apoderó de la cabina. Fue el segundo golpe que recibió la delegación en pocas horas aunque, por supuesto, el que más dolió fue el que recibió en el Grella. “Ahora habrá que confiar en Gimnasia (próximo rival del ‘Xeneize’)”, dijo un hincha con cierta dosis de esperanza. “Sí; el equipo que no gana hace tres fechas”, respondió otro, todavía masticando bronca.

Claro que una vez que los hinchas dejen de lado ese pesimismo lógico tras una derrota, valorarán lo que se consiguió hasta el momento y se entusiasmaran con lo que viene. A fin de cuentas, Atlético se encuentra a un punto de Boca y dará pelea hasta el final, sin confiar en los rivales; más bien apoyándose, como hasta ahora, en el trabajo propio. Aún hay 15 puntos en juego y el DT ya dijo su mensaje para los fanáticos: “hay que seguir creyendo”.

Revancha rápida

El vuelo chárter aterrizó en nuestra provincia pasadas las 21. La idea de un partido cercano, calmó la ansiedad de varios de los viajeros que lamentaron la derrota del domingo, pero ya están enfocados en Platense.

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