09 Octubre 2022
A veces da la sensación de que no es una ruta, sino que se trata del mundo del revés, donde nadie hace lo que debería. En el Camino del Perú, las normas que rigen en otras calles parecen no funcionar. O tal vez fueron reemplazadas por normas propias, nacidas de un caos cada vez más grande. Transitar por la ruta 315 en cualquiera de sus tramos es estresante. Quizás es por eso que, cada vez que se publica una noticia que anuncia una posible alternativa para mejorar la circulación (la construcción de una autopista o la apertura de una calle alternativa), se genera mucha expectativa. En los últimos años hubo muchos anuncios, pero ninguno pasó de eso.
Hace algunas semanas, la Dirección Provincial de Vialidad (DPV) dio a conocer un proyecto que propone la construcción de una autopista de Circunvalación Oeste. Nunca quedó muy en claro cuál será la traza. Pero lo que destacaron los funcionarios es que era imperioso encarar esta obra ahora, porque todavía es posible expropiar buena parte de los terrenos que se requieren porque aún no están habitados. Si esto se posterga, se corre el riesgo de que esas tierras sean loteadas o usurpadas y que, luego, sea mucho más difícil concretar la obra.
Justamente acá asoma el problema de base. Si bien a lo del Camino del Perú hay que darle una solución lo antes posible, uno de los grandes inconvenientes del Gran San Miguel de Tucumán es que no cuenta con autopistas que la circunvalen en todos los puntos cardinales.
Siempre es bueno observar lo que ocurre en la región para poner en perspectiva nuestra realidad. En Jujuy es posible llegar en menos de 10 minutos desde Ciudad de Nieva (al norte de la ciudad, sobre la salida que lleva a la Quebrada de Humahuaca) hasta el estadio de Gimnasia y Esgrima, en el acceso sur a la ciudad. A esto lo pudieron comprobar los tucumanos que fueron a ver el partido que jugaron Los Pumas contra Escocia y que alquilaron casas en las zonas de Yala y de Villa Jardín de Reyes. En Salta, la circunvalación total de la ciudad se está por completar con un pequeño tramo que pronto será inaugurado. Y quien haya pasado por Santiago del Estero podrá dar fe de la fluidez en el tránsito que brinda su autopista para quienes prefieren no entrar a la ciudad.
En Tucumán, la Circunvalación es, en realidad, una ruta que bordea la capital por el este y que une el Acceso Norte con la zona del Mercofrut. Sin dudas, es insuficiente. Hoy, una persona que está en Yerba Buena (en Perón y Bascary, por ejemplo) y que necesita ir al aeropuerto, cuenta con una única opción: atravesar toda la ciudad, con todo lo que esto implica.
Otra deuda pendiente aparece en el sureste de la capital. Si uno toma Alfredo Guzmán y cruza la avenida Roca puede seguir bordeando el canal Sur casi hasta la avenida Jujuy, muy cerca de su cruce con la Circunvalación. Pero es imposible llegar hasta esta calle en auto, porque a la altura de Alem, la infraestructura se deteriora notablemente. Además, a lo largo del camino se amontonan escombros, basurales y la iluminación es deficiente. Si se lograra conectar Alfredo Guzmán con la Jujuy y se la dotara de los servicios adecuados, aquellas personas que están en Yerba Buena, en El Manantial o inclusive en San Pablo, podrían conectar con la Circunvalación en cuestión de minutos.
Tucumán es una provincia con un serio déficit en autopistas. Los proyectos existen, el problema es que son obras muy caras que requieren de fondos millonarios. De todos modos, creemos que es necesario priorizar, en la medida de lo posible este tipo de trabajos antes de que el crecimiento urbano impida realizarlos.
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