San Martín hizo lo suyo, pero no alcanzó

Después del empate conseguido en Jujuy, a San Martín se le había achicado demasiado el margen para mejorar su ubicación final en la tabla y soñar con la clasificación directa a las semifinales del Reducido por el segundo ascenso, desde la Primera Nacional a la Liga Profesional. Ya no dependía de sí mismo y debía esperar una combinación de resultados casi milagrosa, que en definitiva no llegó.

Sin embargo, el “Santo” ayer hizo lo que debía, ganó por tres goles de diferencia y rescató un tercer puesto que, ante el panorama previo, es un premio para un equipo que, sin brillar, se las arregló para mantenerse en el podio durante todo el torneo.

Ante Flandria, el equipo que conduce Pablo De Muner volvió a ser el que impuso su juego, manejó la pelota y buscó los espacios para llevarse un 3 a 0 que no admitió discusiones. Claro, el rival ya no corría riesgos de descenso y no mostró el nivel necesario para incomodar siquiera a los tucumanos. Salvo por el penal que cometió Nicolás Carrizo, que luego se encargó de atajar.

Después de esos segundos de zozobra, todo volvió a ser de San Martín, que nunca dejó de buscar los goles que le podrían haber permitido arrebatarle a Instituto el segundo tiempo. Pero los goles que llegaron desde Alta Córdoba terminaron por sentenciar el futuro de los tucumanos en el Reducido.

El tercer puesto tiene gusto a poco a un equipo que se gestó pensando en el ascenso directo y que, en la mayor parte del año, fue el escolta de Belgrano. Pero si tomamos en cuenta que el bajón futbolístico pudo haberlo arrastrado hasta el quinto, terminó haciendo negocio.

Esta victoria debe servirle a De Muner para reacomodar las piezas. Sabe que empieza “otro campeonato” y que para “coronar” los 18 meses de trabajo habrá que sacarle jugo hasta a las piedras. No queda otra.