Investigan el crimen de un hombre solitario

No había signos de violencia en la vivienda de Hugo Alberto Moyano, cuyo cuerpo fue hallado por un vecino

TAREA. Los peritos analizan la casa de la víctima del homicidio.  TAREA. Los peritos analizan la casa de la víctima del homicidio.

El informe autópsico fue contundente: Hugo Alberto Moyano (63 años) murió como consecuencia de un fuerte golpe en el abdomen que le provocó varias lesiones internas. “Todo parece indicar que la lesión se produjo con un objeto contundente y que estamos ante un homicidio”, explicó el fiscal Carlos Sale, que está al frente de la investigación.

El lunes al mediodía, un vecino de Charcas al 600, en Yerba Buena, pasó por el frente de la casa de Moyano y descubrió que la puerta de entrada estaba abierta. Como le resultó extraño, decidió ingresar a la vivienda.

Una vez adentro, descubrió el cuerpo de la víctima, tendido en la cama.

En cuestión de minutos, la zona se llenó de policías. Los comisarios Walter Colombres, Carlos Daniel Ruiz y Joaquín Girbeaux comenzaron a realizar las primeras averiguaciones del caso.

Apuestas clandestinas

Establecieron, entre otras cosas, que Moyano había participado de una reunión en otra casa de la zona a jugar a los naipes con apuestas. Estuvo en ese lugar hasta las tres de la mañana del lunes. De allí partió hacia su domicilio con una botella de cerveza y al menos $5.000 que había ganado apostando.

“Aparentemente, la víctima estuvo en una reunión de apuestas clandestinas la noche anterior con gente de la zona, por lo que estamos tratando de dilucidar en qué circunstancias lo habrían atacado. Hasta el momento no tenemos ningún sospechoso”, explicó el fiscal Sale.

“Era un hombre que no se metía con nadie. Siempre fue una persona muy reservada y educada”, comentó Graciela. “La verdad es que no podemos creer que haya tenido un final de esta manera”, añadió la vecina.

Los policías también analizaron la vida privada de la víctima. Hasta el momento determinaron que hasta no hace mucho tiempo trabajaba en una congregación religiosa y se encargaba de la venta de dulces artesanales que producían. Actualmente, según confirmaron algunas fuentes cercanas a la investigación, trabajaba en un restaurante de Yerba Buena.

“Se trata de un hombre muy solitario. Sabemos que tenía parientes, pero no los habría frecuentado mucho”, explicó Juan Carlos Migueles. “Hay varios puntos oscuros que deberán ser investigados porque hay cosas que no cierran”, agregó.

¿Alguien conocido?

Una de ellas es que la puerta de entrada donde se registró el crimen no tenía signos de haber sido violentada, por lo que es muy probable que la víctima haya ingresado con una persona que conocía. Por ahora no trascendió si en la escena del crimen se encontró el dinero que había ganado horas antes.

“Lo más llamativo es que no escuchamos ningún tipo de grito ni de ruido. Acá cuando hay un hecho de inseguridad se produce un revuelo y los vecinos estamos atentos para salir a ayudar”, finalizó Fernando Castro.

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