PARÍS, Francia.- Miles de personas salieron a las calles de París para protestar contra el alza de los precios, mientras las centrales obreras reclaman por el aumento de los salarios en las refinerías de petróleo e impulsan el llamado a una huelga general. Jean-Luc Mélenchon, dirigente del partido de izquierda La France Insoumise (La Francia Insumisa), apoyada por los Verdes, Socialistas y Comunistas, y respaldada por cientos de asociaciones que buscan mantener la tensión creada por la huelga de refinerías TotalEnergies.
Mélenchon siguió los pasos de cuatro sindicatos -pero no el mayor de Francia, el moderado CFDT- que han convocado huelgas y marchas para hoy por aumentos salariales.
Con ellos marchó Annie Ernaux, la recién nombrada Premio Nobel de Literatura. Ella y otras 60 figuras públicas de las artes y la cultura llamaron a unirse a la marcha, en una carta conjunta. “Van a vivir una semana como ninguna otra, nosotros somos los que la hemos iniciado con esta marcha”, dijo Mélenchon a la multitud.
Los cuatro sindicatos también convocaron las protestas para ayudar a proteger el derecho de huelga, después de que el Gobierno ordenara la requisa de algunos trabajadores de las refinerías de petróleo, una medida que consideran una violación de sus derechos constitucionales.
La huelga de refinerías en Francia ha provocado problemas de escasez de combustible en el país, en un clima caldeado por la inflación. El gigante energético francés anunció el viernes un acuerdo de incremento salarial (7% más bonificaciones) con los dos mayores sindicatos que representan a la plantilla de sus cuatro refinerías en Francia.
Pero el sindicato CGT, famoso por su combatividad, se ha negado a aceptarlo, reclamando un incremento del 10%, y sus miembros continúan manteniendo los piquetes.
“Puede verse que este movimiento empieza a extenderse”, afirmó la líder del grupo parlamentario de La Francia Insumisa, Mathilde Panot, en la radio France Info.
“Puede verse en el sector nuclear. Los camioneros han anunciado un paro el martes y otros sectores están empezando a unirse”, agregó.
Varios sindicatos franceses anunciaron su adhesión a la jornada nacional de huelgas de hoy, que se espera afecte al transporte por carretera y ferroviario y al sector público.
El ministro de Cuentas Públicas, Gabriel Attal, aseguró ayer que el mantenimiento de la huelga era “inaceptable”. “Evidentemente hay un derecho de huelga, pero en un momento el país tiene que poder funcionar”, afirmó en una entrevista con varios medios franceses.
Donde sí se levantó la huelga esta semana fue en las dos refinerías del grupo Esso-ExxonMobil en Francia, gracias a un acuerdo salarial y bajo la presión del Ejecutivo, decidido a tomar el control de las plantas para que se reanudara la actividad.
Cerca de un tercio de las estaciones de servicio del país sufren problemas de abastecimiento, especialmente alrededor de París y en el norte, lo que implica horas de espera para poder repostar. Muchas empresas han reducido los viajes y las entregas, e incluso los vehículos de los servicios de emergencia se enfrentan a problemas de suministro, informó “France24”.
Los enormes beneficios obtenidos por las compañías energéticas debido a los precios récord de los carburantes suscitan la comprensión por la demanda de aumentos salariales entre los trabajadores, pero según una encuesta de BVA publicada el viernes, solo un 37% de los franceses apoyan los paros.
Al reclamo por los salarios y el encarecimiento de la vida, se suma la protesta por la inacción climática.
El principal objetivo es llamar la atención sobre la difícil situación de los trabajadores que luchan por un aumento del coste de vida -la inflación se sitúa en el 5,6 % interanual en septiembre- y criticar la falta de acción política contra el cambio climático. La policía estima que habrá unos 30.000 participantes, entre ellos, grupos anarquistas e integrantes de los “chalecos amarillos” que se teme causen altercados. (Reuters-Especial)