En diciembre festejará 57 años. Desde su inauguración se convirtió en un atractivo para los tucumanos que, a poco más de 20 kilómetros, contaban con un lugar de esparcimiento inmerso en un imponente paisaje. Con una superficie de 1.300 hectáreas y una profundidad máxima de 72 metros, el dique El Cadillal -actualmente Celestino Gelsi- abastece de agua potable al 56% de la población del Gran Tucumán, es decir a casi 600.000 personas, aunque no era su objetivo inicial. Fue en septiembre de 1977 cuando comenzó a funcionar la planta potabilizadora.
Su desarrollo turístico tuvo marchas y contramarchas y en los últimos años, entre otros asuntos, las usurpaciones de tierras fiscales y la falta de agua en la villa pusieron la mala nota. Finalmente, las autoridades encontraron un modo de dar término a las irregularidades con los terrenos y hace pocas semanas, la Legislatura decidió crear el Parque Provincial El Cadillal.
En la oportunidad, se incorporaron incisos a la Ley N° 3778, que establece la construcción de un Parque Provincial de El Cadillal, y la N° 9179, que determina que la zonificación indicada será determinada por la autoridad de aplicación y que se buscará alcanzar “el mayor aprovechamiento económico de los inmuebles que constituyen el patrimonio estatal, el mejor desarrollo turístico y urbanístico futuro, y la protección del medio ambiente”.
Según el titular del Ente Autárquico Tucumán Turismo, se busca proteger y conservar los recursos naturales renovables, de modo que el flamante parque recibirá toda la normativa de conservación de las áreas protegidas, estableciendo que las tierras fiscales que lo integran son del dominio público.
“Es decir que dispone la afectación de las tierras para el uso público de la comunidad, lo que genera que particulares no podrán, en adelante, procurarse el uso propio de las tierras, y así evitar futuras prescripciones de ocupantes ilegales. Entonces la autoridad de aplicación que es Ministerio de Desarrollo Productivo, realizará un plan de gestión del área que incluya una zonificación y la elaboración de un código urbano para el desarrollo sostenible y ordenado del Parque El Cadillal”, dijo el funcionario.
No será entonces un parque temático, sino natural que tendrá además guardaparques. El funcionario señaló que se demarca el área de reserva natural, con restricción absoluta, destinada a la conservación estricta de la biodiversidad, actividades científicas y educativas, donde no se admitirán actividades productivas, urbanizaciones, ni emprendimientos turísticos, salvo el establecimiento de senderos para actividades de interpretación y educación ambiental, y por lo tanto son áreas no enajenables.
Sin duda, es un paso significativo no solo para el desarrollo turístico, sino también para el cuidado del medio ambiente, si se tiene en cuenta que en 2004, el ingeniero Franklin Adler advertía en un estudio que el dique ya había perdido el 35% de su capacidad, a causa de la acumulación de sedimentos provenientes de la cuenca que lo abastece.
Afirmaba entonces este profesional que la pérdida de capacidad del embalse iría en aumento, más del 1% anual, como consecuencia de la mala administración de la cuenca, entre ellas la deforestación y el cultivo irresponsable. Justamente, la creación del parque debería evitar la constante depredación de la naturaleza.
En los últimos años, El Cadillal ha sufrido una saludable transformación en lo que a cantidad de servicios gastronómicos y opciones de esparcimiento que brinda al visitante., se refiere Con buen criterio, el anfiteatro ha sido incluido por el Ente Cultural como uno de los escenarios del Septiembre Musical.
Sería interesante si en un futuro no lejano se concretara la construcción de un hotel, lo cual potenciaría aún más el turismo en este embalse tan querido, pero a veces tan poco cuidado por los tucumanos. Bienvenida sea la creación de este parque provincial.