Las discusiones en torno de las PASO

02 Noviembre 2022

La campaña electoral para las nacionales de 2023 está en marcha, aunque el cronograma ni siquiera haya sido fijado aún. Esto, porque muchas provincias –como Tucumán y Salta- decidieron adelantar los comicios locales y también porque entre la dirigencia política ya se verbaliza y se actúa en clave proselitista. Es parte del escenario que se vive cada cuatro años. Lo que no forma parte de lo recomendable –y que se está viendo en este cierre de 2022- son los intentos por modificar las reglas de juego a poco de la cita a las urnas.

Puntualmente, nos referimos al intento de sectores del oficialismo de eliminar las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). Instauradas durante el primer gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, las PASO siempre estuvieron sujetas a la polémica. Según los estudiosos, se trata de un sistema que –aunque con falencias- permite evitar la fragmentación, resume la oferta a los electores y acaba con los acuerdos internos partidarios. Incluso, entre la fecha de las Primarias y las generales, los ciudadanos tienen la oportunidad de repensar o de ratificar el voto y los candidatos, de ajustar estrategias.

Enfrente, quienes objetan este régimen aducen que atenta principalmente contra la gobernabilidad de quien está en el poder, que resulta oneroso para un Estado en crisis y que es tedioso para la ciudadanía, que debe ir en dos o en tres ocasiones (si hay balotaje) a las urnas en poco tiempo. También advierten que han sido poco utilizadas desde su implementación, en 2011, y que en definitiva las principales candidaturas se negocian de antemano dentro de los partidos y son sometidas a una gran encuesta abierta, por lo que no cumplen la función de competencia y selección de candidatos. Finalmente, se critica que perjudica a terceras fuerzas y partidos chicos, al establecer pisos mínimos de participación para acceder a la elección principal. Hasta aquí, una discusión válida y razonable que la política debería darse. Pero, ¿este es el momento adecuado? ¿A quién puede favorecer o perjudicar? El debate está en marcha. Al proyecto que ingresó en el Congreso Juntos Somos Río Negro se suma el planteo de los gobernadores peronistas, los más verborrágicos a la hora de cuestionar la conveniencia del mecanismo, y los reparos públicos que exhibió el referente de La Cámpora y ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro.

Los analistas concluyen que favorece más a las oposiciones que a los oficialismos, razón por la cual en 2019 también Juntos por el Cambio, hoy acérrima defensora del instrumento, proponía suspenderlas. Hoy, en tanto, en esta alianza opositora alzan sus voces para que se mantengan las PASO. Hay especialistas que sugieren hacer algunas modificaciones pero mantener el espíritu de la norma. Entre ellas, que sean optativas y no obligatorias en aquellas agrupaciones que acuerden listas únicas, que deban ser financiadas por los partidos políticos y que se puedan negociar las fórmulas entre ganadores y perdedores, y no cerradas como establece la actual ley.

El debate es interesante y debe darse. Lo que no es sano es que se lo incluya o pretenda apurarlo en medio de un proceso electoral ya en marcha. Cualquier modificación que se apruebe en este momento cargaría con la sospecha de favorecer a algún sector. Nunca es recomendable tergiversar procesos electorales en marcha.

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