Por Santiago Re y Matías Auad 04 Noviembre 2022
“ME MATÓ A MÍ”. Jiménez pidió que la Justicia escuche a los papás.
“Algo tiene que cambiar en la Justicia. No siempre el papá es un monstruo;, hay padres que aman a sus hijos y hay madres que también pueden ser monstruos. Hay papás buenos y malos, mamás buenas y malas. Hay gente que por hacerle daño a su pareja ataca a lo más preciado, que son los hijos. Sólo puedo pedir que escuchen a las dos partes. Escuchen a los papás también. Siempre hablan de los sacrificios de la mamá, nunca del sacrificio del papá. ¿Qué le pido a la Justicia ahora? Que caigan todos los responsables de la muerte de Yulian, porque no fue culpable solo ella (su ex pareja), también lo fueron los psicólogos que la apañaron y la autorizaron a tener un arma; ellos también deben ser juzgados”, expresó Cristian Jiménez para finalizar su entrevista con LA GACETA. Estas son algunas de cosas que contó el padre de Yulian Jesús Gabriel Jiménez (5 años) sobre su relación con su ex pareja, la policía Manuela Mariana Medina, quien terminó matando al niño y luego se disparó a sí misma. La mujer permanece grave.
-¿Qué explicaciones encontrás a lo ocurrido?
-Este dolor es inaguantable, me han arrancado el corazón y el 99% de mi vida. El 1% restante está aquí, es mi familia, mis amigos y mi señora. Sigo adelante por las metas de mi hijo y no quiero que nadie más pase por un caso así. No quiero otro caso como el de Yulian, ni el de Lucio Dupuy, con cuyo padre hablé anoche. Me dio su apoyo incondicional; él comparte mi pérdida. En parte esto se podía haber evitado si la Justicia actuaba como correspondía. Las fallas no empezaron ahora, empezaron hace 4 años en la comisaría de Los Ralos.
-¿Esto fue un hecho aislado o responde a episodios anteriores de violencia?
-Hay una secuencia de hechos de violencia. Quiero creer que no tenía que pasar esto, pero parecería que la madre de Yulian premeditó todo. El 1 de noviembre se cumplieron 22 años de la muerte de mi mamá y a mi hijo lo mataron ese mismo día. No sé si llamarlo casualidad o si esto estaba premeditado. Lo que sé es que pudo evitarse esto.
-¿Cuáles fueron esos episodios previos de violencia?
-Convivimos dos años. Me casé con ella. Al principio era una persona normal, dulce y amable. Después, con la convivencia y el embarazo, se volvió posesiva y sobreprotectora. Aguanté muchas cosas por mi hijo, maltratos, violencia física y psicológica. Por ejemplo, hace cuatro años yo salía de trabajar y le dije que llevaría a la casa una leche especial para el bebé, porque consideraba que la deslactosada que ella compraba no le hacía bien a Yulian; ella comenzó a insultarme y cuando llegué comenzó a pegarme y hasta amenazó con sacar su pistola. Le dije ‘vos estás re mal’, y le avisé que iba y que volvería para llevarme mis cosas. Luego, el día que el gordo comenzó a caminar, yo le estaba dando de comer y ella llegó y nos gatilló dos veces con el arma; llegué a forcejear con ella y salió un disparo que pegó en la pared. Estaba cargada el arma. Mi mamá fue un ángel guardián que no dejó que salieran las dos primeras balas. Le tiré la pistola por la ventana y me pegó por todas partes hasta que llegó la policía y me sacó de la casa como si yo fuera un ladrón. Yo nunca reaccioné. Hasta me rompió el celular.
-¿Con ese hecho empezó la violencia?
-Sí. Cuando les comento a los policías lo que había pasado ellos me dijeron que si yo denunciaba los dos padres terminaríamos presos y el bebé en la Sala Cuna. Me decían que tratara de arreglar las cosas con ella. Me presionaban para que la cubriera. Entre policías se cubrieron.
-¿En algún punto hubo errores tuyos también?
-Mi único error tal vez fue no haber sido más corajudo y poner límites. Yo le seguí mucho la corriente, me banqué muchas cosas creyendo que así la ayudaba y no era así, la estaba perjudicando. Debí ser más firme. Yo trataba de darle lo mejor; en un momento hasta saqué una moto para que ella tuviera movilidad. Antes del disparo yo ya había decidido irme de la casa porque ya no aguantaba las situaciones de violencia.
SIGUEN DE DUELO. Cristian Jiménez (al centro) y su familia recibieron a LA GACETA en su casa luego del velorio del pequeño Yulian.
-¿Ella sufría problemas psiquiátricos?
-No podría precisarlo, pero como dije, los primeros tiempos con ella fueron buenos. Ella era amable con todos, pero con el tiempo cambió totalmente. Empezó a hablar de situaciones de abuso, decía que no confiaba en los hombres, que intentó suicidarse cuando era más joven. En todo eso traté de apoyarla pero ella se ponía violenta.
-¿La denunciaste?
-Cuando me hizo disparos, sí. Pero después hubo veces que ella vino aquí y me agredió a golpes. Fue a casa de mi pareja actual a insultarla. Me reclamaba dinero cuando a mí me exigen que le pasara el 25% de mi sueldo para mi hijo y yo pasaba más, porque además le enviaba leche o medicamentos. Siempre gastaba más de lo acordado pero ella me reclamaba más dinero.
-¿Qué buscaste en la Justicia?
-Peleé para que me dieran la tenencia, o al menos que me dieran un régimen en el que yo pudiera ver a mi hijo. Ella entonces me acusó de que yo había abusado de mi hijo y la Justicia le dio amparo. Todo el tiempo le creyeron a ella y yo por todos los medios quise mostrar que eso nunca ocurrió. Me hicieron ir a un psicólogo porque era la única forma que me dejen ver a mi hijo. Pedimos con mi abogado que se hiciera una cámara Gesell y no nos escucharon. Aquí hubo una persona que tiene que ver con lo que pasó, y es la psicóloga ‘Leo’ Risso, que la apoyó a ella y después se borró. Le hizo un informe a ella constatando un abuso que nunca existió. Ella también es responsable de la muerte de mi hijo. Estuve casi tres años sin ver a Yulian.
-¿Negás esa acusación?
-La niego rotundamente. Él era la luz de mis ojos. Ya quedó todo a la vista, se comprobó que con todo lo que hizo quiso ensuciarme a mí y a otra persona. Mató a mi hijo y quiso ensuciar a su actual pareja diciendo que ahora él había abusado de su hijo.
-¿Cuándo pudiste volver a ver a Yulian?
- En los últimos meses recién. Fueron muchas audiencias hasta que mi abogado logró llegar a un acuerdo para que yo pudiera volver a verlo.
-¿Creés que esa noche quería matarte también?
-Ella me llamó el 31 de octubre diciéndome que fuera urgente porque creía que su pareja le quería hacer algo al bebé. Para mí fue sólo un invento. Ella tenía ataques de paranoia. Le dije que llamara a la Policía o a alguien de su familia. Yo a su pareja no la conozco realmente, pero no creo que ese hombre haya hecho lo que ella decía; creo que quiso arrastrarlo al igual que a mí y al igual que a una prima a la que también llamó para que fuera esa noche. No sé si nos hubiera matado también si íbamos. Lo que sé es que mi hijo ya estaba muerto cuando ella me enviaba audios diciéndome que vaya urgente.
-¿Cómo era la vida de Yulian durante el proceso judicial?
-Por ocho meses ella no lo mandó al jardín, hasta que logré que lo deje ir. Ahí tenía sus amiguitos y creo que en el último tiempo fue lo que más disfrutó. Él tenía un compañerito, Gael, que era como su hermanito. Ayer el nene estaba en medio del velorio e inocentemente pedía que Yulian venga a jugar. Sinceramente esa escena terminó de partirme el alma ¿cómo le explico a un nene de 3 añitos que no va a volver su amiguito?
-Tu ex pareja está grave ahora ¿quisieras que mejore para decirle algo?
-Quisiera que se salve para que sufra en carne propia lo que hizo. En vida tiene que pagar lo que hizo. Lo único que le diría es que logró su cometido, me mató a mí. Me dejó muerto, y si hoy respiro todavía es porque quiero justicia para mi hijo.
-¿Qué más quisieras que cambie?
-Hay que cambiar todo, no solo la Justicia. Primero, nunca le podés dar un arma a alguien que no está bien. La psicóloga que le dio el alta tiene que responder por esto, hay que investigar quién fue y por qué autorizó esto. Un arma no es cualquier cosa. Extiendo esto a otros policías; no se le puede dar un arma a cualquiera. Hoy muchos ingresan a la Fuerza solo por dinero, no por vocación.
-¿Cómo entró ella a la fuerza?
-Entró por una cadena de favores, gracias a su hermano. Hubo funcionarios del Gobierno Nacional que le dieron vía libre para que pudiera ingresar, porque había fallado uno de los exámenes. Entró a fines de 2016.
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