“Todos esos días lo buscamos junto a unas 600 o 700 personas de Rodeo Grande, Villa Chicligasta y otras localidades cercanas. Me acuerdo que fueron días interminables, la gente estaba muy cansada y con hambre, pero seguían buscando a Luis por agua y tierra”, señaló Micaela Espinoza, la sobrina de Luis Espinoza, quien fue asesinado de un disparo en el omóplato el 15 de mayo de 2020 en El Melcho (Simoca). Los autores del crimen cruzaron la provincia de este a oeste y arrojaron el cuerpo en la zona de Alpachiri, en el límite con Catamarca.
Por el hecho están siendo enjuiciados los policías Rubén Héctor Montenegro, José Alberto Morales, Gerardo Esteban González Rojas, Mirian Rosalba González, Claudio Alfredo Zelaya, Carlos Lisandro Romano, José María Paz, René Eduardo Ardiles, Víctor Manuel Salinas, el vigía Héctor Fabio Villavicencio y el civil Álvaro Gonzalo González.
Días atrás Mario Castro, el delegado comunal de Villa Chicligasta, declaró en el juicio que junto al intendente de Simoca enviaron fiambre y suministros para ayudar con la búsqueda. Esto se debía a la cantidad de personas que se había abocado a la búsqueda. Colaboraron además con camionetas para que la gente pudiera desplazarse a los lugares donde se hacían los rastrillajes.
Transcurrieron cerca de seis días desde el hecho hasta que se encontró el cuerpo. Otro testigo que habló sobre esos desesperantes días fue Daniel Alberto González, el cuñado de Espinoza que terminaría encontrando los restos del desaparecido.
“Luego de unos días yo inicié un corte en la ruta 157 junto con el hermano de Luis, Juan Espinoza. Lo hicimos porque la Policía no nos estaba ayudando a buscar a Luis. Yo le plantee a Juan que si cortábamos la ruta se cortaba todo y ahí nos iban a tener que escuchar”, señaló González. Y en ese sentido detalló los motivos por los que incentivaba tomar esa medida de fuerza: “lo hicimos porque la Policía no nos ayudaba y era evidente que ellos sabían la verdad, ellos sabían donde estaba Luis. Nosotros pensábamos que lo tenían detenido o que lo habían hospitalizado, nunca nos imaginábamos lo que habían hecho realmente”.
El fiscal federal Pablo Camuña y las defensas le pidieron a González que detallara sobre la búsqueda que hicieron en la zona de los cerros del sur.
“El día del hallazgo llegamos hasta una casa de piedra, no sé lo que era realmente y no podría llamarla de otra manera”, explicó el testigo. Según lo que indicó el imputado Zelaya en su declaración, podría tratarse de la ex comisaría de Alpachiri.
“Estaba la Policía y no nos dejaba pasar. Yo me fui por un costado y pasé de todos modos. Somos gente de campo, me metí al monte a buscar dónde podrían haber tirado el cuerpo porque estaba seguro que sobre el camino no lo habían dejado. Seguí mi instinto, pensé que seguramente lo más fácil para ellos era tirarlo a la altura de una curva, y que cayera al fondo”, describió González. Luego agregó: “en lo que iba bajando escucho que un perro ‘toreaba’. ‘Toreó’ tres veces y siguiendo el sonido llegué a ver algo blanco (sería la bolsa en la que envolvieron el cuerpo). Subí y di el aviso, porque yo no podía bajar hasta ahí. Al final bajaron los lugareños y efectivamente era el cuerpo de Luis”.