Si se supera el miedo escénico, un Mundial es una prueba fácil

Siempre, para cada Copa del Mundo, son citados los árbitros que son considerados los mejores de cada asociación. Y creo que la decisión que tomaron en nuestro país, dentro del momento complicado que vive el arbitraje nacional, es la adecuada; porque desde mi consideración Fernando Rapallini y los asistentes son los que mejores resultados tuvieron en el último tiempo en las diferentes competiciones de las que participaron. No así Facundo Tello, quien mostró preocupantes dificultades de conducción en el último partido entre Racing y Boca.

En este último ítem, creo que es necesario hacer un paréntesis sobre el caso de Patricio Loustau quien, creo, fue un triste olvidado durante toda esta etapa; porque creo que es el árbitro de mayor jerarquía que hay en el país. Ya está excedido de edad para ir a un Mundial, pero no para otras competencias internacionales, dado que fue el juez de la final de la última Copa Libertadores.

. Habrá que ver si se hace alguna consideración especial dado el lugar en el que se juega el torneo y a las altas temperaturas; porque más allá de que los estadios tienen aire acondicionado, ese contexto puede llegar a afectar a los jugadores.

Esperamos que sea una competencia linda y apasionante. Participan muchos equipos y juegan muchísimos árbitros. Son 36 en total los jueces que formarán parte de este Mundial. Es mucho, muchísimo… esperemos que los nuestros puedan tener una participación activa y bien eficaz como lo vinieron haciendo en las últimas Copas del Mundo.

En este Mundial, el VAR será mucho más fluido respecto a lo que estamos acostumbrados a ver en nuestras competiciones nacionales o en las sudamericanas. La tecnología que se utilizará en Qatar 2022 está a nivel de la UEFA; con muchísimas cámaras para poder tomar las distintas posiciones de las jugadas que se deben analizar. Eso, le da mayor rapidez y mayor veracidad para tomar una decisión prontamente. Además, los árbitros VAR están siendo entrenados para agilizar el juego y para que no haya demoras sustanciales. Eso ya se ve en muchos países, a diferencia con el nuestro en el que el VAR hay veces que demora muchísimo para resolver una jugada puntual.

A esta Copa la jugarán muchos árbitros de muy buena capacidad. A mí, particularmente, me gustan mucho los jueces italianos o los ingleses. Por ejemplo, a Qatar van el inglés Anthony Taylor y el italiano Daniele Orsato, quienes son grandes jueces. Y hay un detalle que por primera vez van mujeres, como por ejemplo al francesa Stéphanie Frappart, a quien veremos cómo se desempeña en este Mundial. Yo creo que no tendrá ningún tipo de problemas porque en los mundiales el comportamiento de los futbolistas es mejor que en otros torneos, y mayormente, los jueces no tienen demasiados problemas de conducción. Además, ella demostró, en diferentes torneos, tener un gran nivel.

A los jueces argentinos no los veo en los partidos finales, si es que nuestra selección no tiene la suerte de llegar a los duelos definitorios. En este Copa hay árbitros con muy buen nivel; aunque claro, habrá que ver también qué es lo que pasa con sus selecciones. Orsato, quizás corra con alguna ventaja en ese sentido porque como Italia no participa y él tiene grandes condiciones. Tal vez pueda ser considerado para los partidos decisivos.

Uno siempre espera este tipo de torneos con renovadas expectativas. Se supone que en este tipo de competencias están los mejores. A mí me gusta ver los partidos en los que hay buen comportamientos y no jugadores que simulan o que intentan sacar ventajas mediante el engaño. Cuando el partido es fluido y bien disputado, se pueden lucir todos; incluso los árbitros porque pueden sacar a relucir todos sus atributos; como su estado físico, sus ademanes, sus gestos; cosa que cuando el partido es complicado no se puede hacer.

Si un árbitro logra superar el miedo escénico que significa participar de un Mundial; no sólo por la cantidad de espectadores que hay en el estadio sino porque todo el mundo está posando sus ojos sobre él, creo que es una prueba mucho más fácil para superar que las competencias nuestras, por ejemplo.