Despidieron a monseñor Zecca en una emotiva misa

Decenas de personas se acercaron a darle el último adiós al ex arzobispo de Tucumán. Fue enterrado a los pies del altar del Sagrado Corazón de Jesús.

OFICIO RELIGIOSO. Pasado el mediodía, comenzó la misa de exequias para despedir al ex arzobispo de Tucumán, monseñor Alfredo Zecca. LA GACETA / FOTOs DE Osvaldo Ripoll OFICIO RELIGIOSO. Pasado el mediodía, comenzó la misa de exequias para despedir al ex arzobispo de Tucumán, monseñor Alfredo Zecca. LA GACETA / FOTOs DE Osvaldo Ripoll

Los restos de monseñor Alfredo Horacio Zecca ya descansan en nuestra provincia, a los pies del Sagrado Corazón de Jesús, dentro del recinto sagrado de la Catedral, tal como era su deseo personal. En una emotiva misa, en la que no faltaron las lágrimas, decenas de fieles despidieron a quien fue arzobispo de la Arquidiócesis de Tucumán entre 2011 y 2017.

La misa de exequias comenzó pasadas las 12.30 y fue presidida por el arzobispo tucumano, monseñor Carlos Alberto Sánchez. Estuvieron presentes el obispo auxiliar de la arquidiócesis, Roberto José Ferrari; el cardenal Luis Héctor Villalba, arzobispo emérito de Tucumán; monseñor Armando José María Rossi OP, obispo emérito de Concepción; monseñor José Antonio Díaz, obispo de Concepción y el obispo emérito de Santiago del Estero, monseñor Francisco Polti Santillán.

Apenas comenzó el oficio religioso, colocaron arriba del féretro el báculo que monseñor Zecca usaba cuando estuvo frente de la Iglesia tucumana.

Sánchez recordó los grandes momentos que compartió junto a Zecca, a quién describió como un hombre valiente, con grandeza de espíritu y dueño de una voz estruendosa. Nombró los festejos por el Bicentenario de la Batalla de Tucumán y por el Centenario de la coronación de la Virgen de la Merced (ambos en 2012). También el Congreso Eucarístico Nacional que se realizó en Tucumán en 2016 y que fue multitudinario.

A monseñor Sánchez, según contó, le quedaron grabadas las veces que Zecca visitaba las parroquias y enseñaba catecismo con mucha pasión y entusiasmo.

“Alfredo dio todo de sí al servicio de nuestra Iglesia, todo lo que su frágil salud le permitía”, destacó. “Con grandeza de espíritu, renunció al gobierno de la Arquidiócesis, consciente de los inconvenientes de salud que tenía”, apuntó.

TRASLADO. Los sacerdotes llevan a pulso el féretro para ser enterrado. TRASLADO. Los sacerdotes llevan a pulso el féretro para ser enterrado.

“Hoy damos gracias a Dios por la vida y el servicio de este pastor fiel”, dijo. En ese momento, desde el tercer asiento, Isabel Carrizo soltó unas lágrimas. Cuenta que ella lo conoció en sus visitas a la iglesia de San Expedito. Entre los presentes había fieles, catequistas y miembros de la iglesia.

Uno de los momentos más emotivos se vivió cuando hicieron públicas las condolencias enviadas por el papa Francisco.

En nombre del clero, tuvo la palabra el padre Marcelo Barrionuevo. Lo primero que hizo fue manifestar su dolor por el contexto actual: “ayer se hizo Justicia por un sacerdote (en referencia al juicio por el crimen del padre Oscar Juárez); hoy sepultamos a un hermano”.

Agradeció una y otra vez la ardua y “poco salubre” tarea que tuvo monseñor Zecca en Tucumán. Destacó la vocación docente del ex arzobispo, marcada por años de estudio, investigación y enseñanza. “Él decía que los pilares fundamentales de la sociedad eran la educación y la cultura. Y también sostenía que debían serlo en la iglesia, por eso apoyaba que los sacerdotes estudiaran y estaba en contra de la ignorancia”, señaló. Y tuvo una calurosa ovación de los fieles.

Además, ponderó que el ex arzobispo no estaba “atornillado” a la diócesis, consciente de su delicado estado de salud. “Sabía que la iglesia es de Cristo, no de uno”, apuntó.

Al final de su discurso, Barrionuevo dijo: “no existen obispos perfectos. No le fue nada fácil a Zecca su tarea en Tucumán; Tucumán no es fácil para nadie”. “Nos queda agradecer lo poco o mucho que pudo dar”.

Antes de finalizar el oficio religioso, Monseñor Sánchez roció con agua bendita el féretro donde ahora descansan los restos de Zecca, quien falleció a los 73 años, el 4 de noviembre, a raíz de una insuficiencia cardíaca.

Luego, un grupo de sacerdotes trasladó el féretro a los pies del Sagrado Corazón de Jesús (a la derecha del altar).

Rosario Wilde no puedo contener las lágrimas. “No lo conocía personalmente, pero vine a agradecer lo que hizo por nosotros los tucumanos. Como ya escuchamos recién, nuestra provincia no es nada fácil”, dijo la joven, mientras se persignaba y rezaba.

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