Los peligros latentes en la avenida de Circunvalación

Peatones y vehículos lidian día a día con varios problemas al transitar por una de las arterias más importantes de la provincia. Qué se puede hacer ante la inseguridad y la falta de iluminación. Testimonios

INSEGURIDAD. Los cruces irregulares  son moneda corriente, como se ve en las imágenes. INSEGURIDAD. Los cruces irregulares son moneda corriente, como se ve en las imágenes. LA GACETA / FOTOS DE ANALÍA JARAMILLO

Claudia Liliana Díaz conoce mejor que nadie el peligro que implica cruzar por la avenida de Circunvalación. Ya ha perdido a su padre y a su hermano en esa vía; ambos intentaron atravesar de noche la ruta y fueron víctimas de accidentes. En el mismo cruce que ella recorre hasta 10 veces por jornada. De hecho, ahí la encontramos: “¿Qué vamos a hacer? No hay de otra para cruzar; la única manera es levantar los pies, atravesar la baranda y hacer lo mismo del otro lado -cuenta, recién llegada a la zona del barrio Juan Pablo I-; de noche es igual. No hay alumbrado público, pero nos damos maña para cruzar”. Y su historia sólo muestra una de las patas de los varios problemas que enfrentan las personas que circulan por esa avenida.

Los autos andan a altísima velocidad (la máxima es 110) a pesar de que en varios tramos de la ruta hay casas. De noche la iluminación es escasa en algunos puntos; autos y peatones corren peligro de accidentarse o de ser víctimas de algún ladrón. Y ni hablar de los pasos ilegales que los mismos vehículos han creado; a lo largo de los 12 kilómetros que la recorren, hay varias decenas de ellos. Y aún así, esto es sólo una parte...

Radiografía

Una mañana cualquiera en la avenida. LA GACETA sale a recorrer y a fotografiar para conocer cuál es la situación actual de “la Circunvalación”. Y no hace falta andar mucho para empezar a ver dificultades: en los primeros metros (sobre Las Talitas), aparecen ya los cruces ilegales, que sin cesar utilizan vehículos de todo porte; muchos de ellos, luego se meten a contramano. La avenida articula la conexión vial entre el Gran Tucumán, Las Talitas y Tafí Viejo; y, sin duda, las poblaciones aledañas han crecido de manera sustancial. El movimiento que hay hoy, no es el mismo que hace 30 años

“Lo que sucede es que cuando se planificó la obra no existía un desarrollo urbano en la zona como hoy. Lo que se hizo, se pensó para la planificación de la época... Hay muchos barrios que surgieron después”, cuenta a LA GACETA Jorge Guillermo Correa, jefe del Tercer Distrito Tucumán de la Dirección Nacional de Vialidad, institución de la que depende la avenida, porque tiene jurisdicción nacional. “En el caso de que haya desarrollos urbanos no planificados, hay que plantear una solución diferente, en la que intervengan todos los actores”, resume.

Es cierto, hay nuevos barrios y hay nuevas necesidades que deben ser atendidas. De madrugada -comenta David Pérez, que vende huevos al costado de la ruta, a pocos metros del Mercofrut- son muchos los vecinos que salen a tomar el colectivo en la banquina. “Hay muchos peligros; hay muchos accidentes, y hay una escuela. Mucha gente cruza caminando la autopista durante todo el día. Y el puente no se puede usar hace meses”

En esa zona, por lo menos, hay un puente (por ahora inhabilitado); en otros lugares, ni siquiera eso existe. “Podemos llegar a cruzar 10 veces al día; tenés que dejar a los chicos en la escuela y buscarlos, cruzar a hacer compras... Pero es peligroso; de noche no hay luces, y no podés salir con el celular para alambrar porque te roban; a veces hasta sin zapatillas salimos”, dice Estela Maris Corbalán, que vive desde que nació en las cercanías del Mercofrut. Pero eso es una parte: la iluminación que se pone, es vandalizada; circulan carros de tracción a sangre y hay una constante violación a las normas viales. Todo eso y más, en una de las arterias más importantes de la provincia.

Responsabilidades

La pregunta elemental es quién tiene que tomar cartas en el asunto. “Todo lo que es ejecución de obras depende de nosotros siempre y cuando tenga que ver con caminaría -indica Correa -; y otras obras como, por ejemplo, iluminación, las pueden hacer los municipios después de tramitar la solicitud correspondiente”.

Correa explica a LA GACETA que en la DNV conocen muy bien estas cuestiones que enumeramos. Como hay vandalismo, constantemente -dice- se hace la reposición de cartelería vertical y horizontal; además, realizan desmalezamiento y control de la avenida y de las barandas que impiden los pasos ilegales. “Las colocamos para evitar estos cruces, pero son dañadas. Tenemos que reponerlas en forma permanente; la persistencia de la gente es importante, y los cruces persisten aunque los desalentamos de diferentes formas”

Con lo que respecta a las luces, asegura que “hay obras de iluminación que Vialidad sí realiza, pero en general se transfieren a los municipios -resalta-; ellos pueden solicitar obras en caso de que detecten una necesidad; lo que hace a las condiciones de cada sector urbano, deben ser atendidas por los municipios”. Por lo pronto -adelanta- ya hay un proyecto para realizar un paso peatonal sobre la autopista -puntualmente frente al barrio Las Piedritas, dónde vive Claudia- para el primer trimestre de 2023. Además, hay obras en los Accesos Norte y Sur, ambas “puntas” de la Circunvalación.

Los municipios, en tanto, realizan también acciones en sus áreas en injerencia. Alfredo “Fredy” Toscano, secretario de Obras Públicas de la capital, cuenta que ellos se han hecho cargo de la iluminación (se roban constantemente los cables), del bacheo y mantenimiento del acceso por San Cayetano. “Pero para todo lo que necesitemos hacer, tenemos que pedir autorización. No podemos intervenir porque sí; si se me ocurre poner un paso peatonal o un semáforo, que no está permitido, no lo puedo hacer de forma unilateral”.

En conversaciones con LA GACETA en 2021, el intendente de Las Talitas, Carlos Najar, también aseguró que hacen limpieza y mantenimiento del derivador de la Avenida en su municipio. “tenemos un gran problema y es que se arrojan muchos residuos sobre uno de los derivadores. Vienen vehículos o camiones y en horas de la noche arrojan contenidos de todo tipo”, especificó.

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