El banderazo o una historia de amor

LOCURA DE PASIÓN EN DOHA. Centenares de argentinos volvieron a concentrarse para alentar a la Selección. Esta vez fue en el mercado de la ciudad. LOCURA DE PASIÓN EN DOHA. Centenares de argentinos volvieron a concentrarse para alentar a la Selección. Esta vez fue en el mercado de la ciudad.

A veces las palabras están de más. Basta con contemplar en silencio o en dejarte llevar por tus sentidos. Podés subirte a la ola, caer en el pecado de elegir otro país con el corazón; de cantar por él como si tu partida nacimiento hubiera salido del horno del registro civil más cercano a tu domicilio.

Argentina contagia en la cancha con Leo Messi (nos olvidemos de lo que pasó) y Argentina contagia en las calles de Qatar. Fueron los hinchas, los nacidos y los sumados for export, los que armaron tremendo banderazo, qué locura; piel de gallina.

Justo en un día tan especial por el recuerdo de Diego, de sus dos años sin él en cuerpo presente, porque su alma si está con nosotros acá, eh; 100% seguros, juran los hinchas que invadieron el Souq Waqif, el mercado del centro de Doha donde comprás artesanías y podés fumar shisha, almorzar o cenar en restaurantes locales o de bandera internacional.

El zoco viene a ser el corazón noctámbulo de este Mundial de Qatar. Es además donde los argentinos fueron a frotar la lámpara de Aladino y pedir tres deseos de un solo tirón: que la Selección le gane a México y podamos estirar el idilio con la “Scaloneta”.

Qué barbaridad, por Díos, cómo estuvo el cancionero. Yo les diría en llamas, incinerado de pasión. Fue tal la cantidad de argentinos que llegó al zoco que miles se quedaron afuera sin poder ingresar a las calles del mercado donde las chucherías y las prendas de vestir fluyen como tormenta de agua qatarí (como en Tucumán, acá se inunda todo).

No me puedo quedar con una sola canción, sería injusto. Todas tienen algo, todas poseen la fórmula de la vida eterna. Por eso jamás olvidaremos a Diego. Ni nuestros tataranietos. El cancionero y su historias serán trasladadas de generación en generación.

Ayer se lo vio al Diez en andas. Se lo vio con la pilcha del Mundial ‘86, sonriente con esa parada onda Superman, con los puños y brazos en forma de triángulo sobre su cintura. “Era Diego”, dice una mendocina medio chicata. Estaba lejos, “Y él brillaba. Estoy seguro de lo que vi”, le dice a la GACETA.

Hablamos del banderazo y tenemos que hablar de Leo, el que siempre está, el que nunca nos va a dejar a pata. Lo de Arabia Saudita ya fue. Por eso, el “Messi se fue por Río y con la Copa (América) se quedó”, claaaaa. Que belleza.

Y los muchachos que no pudieron pasar al caldo de cultivo que son las calles del Zoco piden al resto que salga, que salgan hacia la zona del que da acceso al mercado, así pueden sumarse ellos también.

Porque, “somos la banda argentina y siempre vamos a alentar. Porque tenemos el sueño de salir campeón mundial”, vamos que mañana nos levantamos. Vamos Argentina.

“Hay que ganar o ganar. Lo del martes fue una sorpresa tremenda, pero ya está”, dice Diego, que está con Baltazar, su hijo. Es su segundo Mundial juntos. “Lo llevé a Rusia cuando tenía 10, ahora quizás lo disfrute un poco más”, explica papá, y Balta arenga. “Vamos que mañana ganamos”.

“Esta es la banda loca de Argentina, la que de las Malvinas nunca se olvida. La que deja la vida por los colores, la que le pide huevo a los jugadores, para ser campeones…”, que siga la fiesta, sí señor.

Una pareja de mendocinos se mantiene un tanto distante de la zona donde las banderas flamean levantando el clamor popular. Fernanda no se anda con chiquitas. “Esto se gana con huevos, con nada más. Y estoy segura que a estos jugadores les sobra. Aparte tenemos a Leo, él nos va a salvar”, ojalá, ojalá, amiga.

Oscar le agrega al temperamento que pidió su mujer, el fútbol. “Es fundamental que volvamos a jugar como lo veníamos haciendo. Lo que pasó, pasó. No se puede hacer nada. Tampoco nos vamos a quedar llorando toda la vida”, y sí. No perdamos la memoria y olvidemos de que veníamos de 36 partidos invictos.

“Esta hincha hincha loca deja todo por la Copa, la que tiene a Messi y Maradona”, Yousef, el león de Marruecos se para debajo de un trapo que tiene a Diego fumando un puro. No imagino el infierno que vivirá Yosef con ese disfraz. Pero sí imagino el infierno que vive por no poder surfear la ola del cancionero argentino. Al menos canta, “vamos, vamos, Argentina, vamos, vamos a ganar…”, que se venga México.

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