LA GACETA en Qatar: Messi y Enzo, la dupla que nació en el momento justo

Enzo Fernández  y Lionel Messi Enzo Fernández y Lionel Messi

Córner desde la izquierda para Argentina. El final del partido está cerca, el 1 a 0 desinfló por completo a México, pero hace falta un golpe de nocaut para quedar a salvo de sorpresas. De Paul toca corto para Lionel Messi y desde atrás, donde estratégicamente se había ubicado para despistar la marca, aparece Enzo Fernández. Messi le alarga el pase y Enzo entra en la historia mundialista a lo grande: perfora el área, amaga pasando la pierna sobre la pelota, arquea el cuerpo y saca un derechazo bellísimo. El vuelo estéril de Ochoa le proporciona más plasticidad a la acción. Go-la-zo. 

La celebración es una explosión que nace en la cancha y trepa por las imponentes tribunas del estadio Lusail. El gol cayó justo en el arco que da espaldas al grueso de la hinchada. Aprisionado por la montaña albiceleste está Enzo, viviendo el sueño del pibe ante más de 88.000 personas. Y el que más lo abraza, lo mima, lo felicita, lo besa y lo bendice es el capitán. Habría que estar en la piel de Enzo, sería la felicidad de cualquiera, para sentir semejante gesto. 

La mitad de la cancha argentina está renga. La dupla Paredes-De Paul, galvanizada en el ABC de Scaloni, es justamente lo que menos funciona. Por el físico golpeado de Paredes, que ayer ni siquiera estuvo en condiciones de jugar algunos minutos, y por este De Paul que erra pases de dos metros, pierde la pelota y descompensa por sus errores al equipo. Se suma el vacío futbolero que dejó Lo Celso, puesto por el que -hasta aquí- pasaron sin suerte “Papu” Gómez y Mac Allister. En ese esquema, la presencia de Enzo Fernández proporciona una salida. 

La historia de los Mundiales está llena de historias similares. La de Argentina en 1986 es una de ellas, con un equipo que se armó sobre la marcha y a medida que pasaban los partidos. Y en aquella media cancha campeona del mundo, Héctor Enrique no figuraba de movida y terminó consolidado como titular y protagonista absoluto. Enseñanzas que cualquier entrenador sabe aprovechar y Scaloni, quedó claro, es un DT abierto a estos movimientos. Viene ensayando mucho en procura de encontrar la formación justa y Enzo Fernández, entero desde lo físico, está listo para aprovechar la oportunidad. 

Lo que necesita Messi son interlocutores a la altura. Jugadores frescos y veloces que quiebren las líneas, pisen el área y lleguen al gol. Ayer Enzo Fernández hizo justamente eso y en el momento más caliente del partido. ¿Será que en la noche de Qatar nació una nueva dupla? Messi y Enzo, los protagonistas del gol. 

 

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