Qatar 2022: Un triunfazo que también se festejó en Tucumán

Miembros de la Asociación Japonesa se reunieron para ver la sorpresa de Japón sobre España, que dejó afuera a Alemania

TENSIÓN. Facundo Juárez, Rodolfo Oyamada, Kazumasa Hashimoto y Hiroshi Kakeno siguen atentamente el partido desde la “pequeña Tokio” montada en Mirasoles. TENSIÓN. Facundo Juárez, Rodolfo Oyamada, Kazumasa Hashimoto y Hiroshi Kakeno siguen atentamente el partido desde la “pequeña Tokio” montada en Mirasoles. LA GACETA / FOTOS DE DIEGO ARÁOZ

Definitivamente, a este Japón que llegó al Mundial de Qatar no le van los medios tonos: el mismo que sorprendió al derrotar a Alemania en el debut, perdió luego contra un Costa Rica que venía de comerse siete goles a manos de España, y cerró el grupo ganándole nada menos que a “La Furia” de Luis Enrique. El 2-1 de los nipones, producto de una gran remontada después de un primer tiempo que había sido un monólogo español, no solo los clasificó a octavos de final en el primer puesto del grupo E por delante de los ibéricos, sino que de yapa dejó afuera a Alemania en primera fase por segundo Mundial consecutivo. Después de conquistar el tetracampeonato en Brasil 2014, todo se puso negro para la “Mannschaft”.

Todo lo contrario fue para el Imperio del Sol Naciente, cuyos rayos del atardecer alumbraron el festejo en Tucumán. Más precisamente en el bar Mirasoles, en el Parque Avellaneda, donde miembros de la Asociación Japonesa local (AJT) se reunieron para seguir la apasionante definición del grupo, con Japón-España en la pantalla gigante y Alemania-Costa Rica en los celulares. A Japón le alcanzaba con el empate solo en caso de una eventual igualdad entre los teutones y los “Ticos”, escenario poco probable, por lo que la única forma de asegurarse el pase a la siguiente ronda era tumbar a la temible armada española.

Minutos antes del inicio del partido se montó una pequeña sucursal de Tokio en el bar, con carteles que rezaban Ganbare Nippon! (Fuerza Japón!), origamis y hasta una katana envainada. Frente a la pantalla, casi como un jurado de notables, se ubicaron los japoneses más veteranos: Kazumasa “Alberto” Hashimoto (presidente de la AJT), Rodolfo Oyamada y Hiroshi Kakeno. Junto a ellos, Saori Hashimoto, la hija de Kazumasa. A los flancos, se ubicaron alumnos y socios de la AJT: Daniel Agüero, Marcelo Shiroma, Facundo Juárez, Juliana Navarro, Victoria Villarreal, Gabriela Catalán y Diego Sánchez. Todos con su correspondiente hachimaki, la típica cinta que los japoneses se anudan en la cabeza y que recuerda a la que usaba Daniel LaRusso en la saga Karate Kid.

El primer tiempo fue más o menos lo que se esperaba: España dominando el juego y Japón en posición defensiva, como si de karate se tratara, a la espera del descuido que lo habilitara a salir de contragolpe aprovechando el pique corto de sus delanteros. La paciencia es una de las virtudes que mejor caracteriza a la sociedad japonesa, y eso necesitaban los “Samurai Blues” para esperar el momento oportuno. El problema es que la diferencia de altura era evidente, y en el primer centro a la olla, Álvaro Morata cabeceó el 1-0 para España.

El resto del primer tiempo fue un unipersonal de la “Roja”, con el control de Sergio Busquets y las subidas constantes de Azpilicueta y Gabi por derecha, pero con demasiado toque y escasa llegada. Parecía estar relajado, cómodo en esa diferencia de un gol, como un gato que se divierte con el ratón antes de liquidarlo.

Craso error. El segundo tiempo vio entrar a un Japón con armadura y espada samurai a degüello gritando Banzai. Al tiempo que Tamiji Kanazawa se sumaba a la mesa, llegó el gol del empate: la constante presión de Maeda sobre el arquero Unai Simón dio su fruto y la pelota le quedó a Ritsu Doan, que sacó un misil y clavó el empate. Y antes de que terminase de entender España lo que había pasado, llegó el segundo con una jugada que va derecho a ser de la más polémicas del Mundial: Ao Tanaka empujó a la red una pelota que en la acción previa había salido, y que ni la revisión del VAR permitió esclarecer. Debió haberse cobrado saque de arco, pero fue gol. Para colmo, minutos después Costa Rica le dio vuelta el partido a Alemania, resultado que dejaba a los dos favoritos del grupo afuera en primera ronda. Sin embargo, tres minutos después, el empate de Alemania le dio vida a España otra vez.

Lo que siguió después depende de quién opine. Lo que para unos fue una heroica defensa de Japón para aguantar el asedio, para otros fue una España que decidió levantar el pie del acelerador porque ese resultado aún le aseguraba la clasificación y al mismo tiempo dejaba fuera de carrera a Alemania, que estaba a una canasta de goles de igualar su diferencia de tantos a favor. De yapa, la clasificación en segundo lugar le evitaba cruzarse con Croacia, subcampeón del último Mundial.

Sea como sea, los nervios en la pequeña Tokio le dieron lugar a una contenida felicidad y gritos de júbilo en japonés. Loa “Samurai Blues” están en octavos de final por cuarta vez en su historia, y el lunes frente a Croacia buscarán meterse por primera vez en cuartos de final. Hasta aquí, han demostrado que saben cómo dar sorpresas.

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