Al séptimo día, no descansaron: los hinchas le regalaron a la Selección un último banderazo

Los fanáticos se reunieron para apoyar al equipo que se enfrentará mañana a Francia en la final del Mundial de Qatar.

MUNDIAL DE QATAR 2022. Miles de argentinos participaron del último banderazo. MUNDIAL DE QATAR 2022. Miles de argentinos participaron del último banderazo.

El aliento en Doha jamás se apagará. Ni antes de la final del Mundial con Francia, ni después de la final en el icónico Estadio de Lusail. Los argentinos han colonizado esta zona del mapa de Medio Oriente. Todos sienten de alguna manera los colores celeste y blanco; todos sienten que mañana será nuestro día, el día de la consagración eterna de Lionel. “Él es nuestro dios”, me dice Mohamed, nacido en Bahrein y con una percha bien alimentada con shawarma, cordero y otras delicatesen de la zona. Si querés comer rico, Doha puede ser tu lugar en el mundo, a pesar de lo especiados que pueden ser algunos platos. 

Y también picantes, como lo fue este séptimo banderazo en apoyo y honor a la Selección. Una vez más, la pista central del aliento fue el corazón de Souq Waqif, el mercado de chucherías para turistas y locales, donde nosotros fabricamos el sueño de llegar, justamente a esto, al séptimo día de convocatoria para hacer sonar alto, fuerte y lejos nuestro cancionero. Domingo, te esperamos como el aire que respiramos.

Al séptimo día, no descansaron: los hinchas le regalaron a la Selección un último banderazo

Ya es costumbre anunciar un horario y que ese horario solo sirva para maquillar un punto más de nuestra agenda de cábalas. Como siempre, la reunión era a las 19, pero los pibes arrancaron a las 18 a calentar gargantas. Así somos los argentinos y así cazaron la jugada los extranjeros en este país que reniegan cuando uno les dice de dónde son: “obvio, de Argentina”.

Farad no tiene nada de argentino, pero si le decís que no es, refunfuña. “No importa el nacimiento, importa el sentimiento”, me dice como si ya fuera un experto en argentinidad. Farad tiene 28 años, nació en casa del único verdugo que queremos tener en Qatar 2022, Arabia Saudita, y se enamoró de la Argentina gracias a su tío.

Como allá, esto es generacional, tradición pura. “Mi tío era fanático del Boca de Maradona. Yo lo escuché cuando nací y me interesé por el país. Después me dice hincha de la Selección por Batistuta y Ortega”, me cuenta en un español de 7 puntos para ocho. De hecho, pronuncian mucho mejor que nosotros los tucumanos, que a veces hablamos como si tuviéramos una papa en la boca y demasiado rápido. Yo soy de esos dos grupos. Hablo para mí, y a veces ni entiendo lo que digo. Volviendo a Farad, él árabe con un español de lujo, me cuenta que aprovechó la cuarentena para estudiar el idioma.

“No tenía nada que hacer, estaba aburrido y me dije, bueno, voy a estudiar español”, y acá está Farad saltando y agarrándose el turbante con la mano derecha para no perderlo. Si se enamoró del Burrito, luego siguió con el más grande, con Leo. “Es todo”, asegura y se pone a cantar, “Con Don Diego y con la Tota…”, crack de crackes.

La bandera del 10 está presente desde el primer banderazo en Corniche, a la vera del mar y con esa vista de ensueño que nos regala hacia la costa de La Perla, el desarrollo inmobiliario que le ganó 33 kilómetros al mar. Qatar es como un experto en derrotar al selecto grupo de los cuatro elementos: le ganó al agua y le ganó al desierto. Y puede seguir.

Uno de los trapos novedosos en esta última función de reuniones en el Zoco es uno de Leo en posición de Topo Gigio, la mundialmente famosa frase “qué mirás bobo”, y a su lado el dueño de la coreografía de Leo, Juan Román Riquelme.

Esa bandera es de Mohamed, el amigo de Bahrein que tiene a Messi como un Dios y a Román como Leyenda. Guma, aparentemente su hermano gemelo, también es dueño de la bandera.

Lamentablemente, los chicos no irán a la final mañana. “Muy caros los tickets, pero igual queremos que gane Argentina. Vamos Messi”, claaaaaa. Esa es. Farad tampoco estará mañana, no consiguió venta legal y no pagará reventa.

Como de costumbre, la gente se va apilando de a poco, el volúmen de la canciones aumenta, así como el de los curiosos. Cada banderazo de la Selección se convirtió en algo así como la mejor película para grabar y guardar por toda la eternidad. La lluvia de celulares en modo video le da otro color, como también lo hace el brillo dorado del famoso dedo interpelador del Zoco, “The Pouce”, el pulgar de 6 metros de alto, hecho de bronce macizo y  descrito por varios comensales como cualquier otra figura menos la de un dedo. En fin, no podemos adentrarnos demasiado en ese tema.

Al séptimo día, no descansaron: los hinchas le regalaron a la Selección un último banderazo

En el que sí podemos es en la pasión de los argentinos, en la pasión de los que quieran que la Argentina gane mañana. Y así, como cada día de los siete que nos reunimos, nos despedimos con un simple anhelo: ver a la Selección levantando el trofeo más lindo de todos, la Copa del Mundo.

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